Homenaje a la vida en las jornadas «Felipe López»

El obispo de Bilbao, Mario Iceta, participó en el día de ayer en las jornadas "Felipe López". Organizadas por el Movimiento Cultural Cristiano, las jornadas de este año pusieron el acento en la defensa de la vida y la familia.

 

felipe lópez mario iceta

El obispo de Bilbao, Mario Iceta, fue el encargado de desarrollar un seminario y una conferencia en las últimas jornadas «Felipe López».

 

En el día de ayer, Burgos recordó la figura de don Felipe López y lo mucho que significó en la vida de tantas personas de la diócesis y del resto de España. Recibió la buena noticia del evangelio, la encarnó, la vivió y la transmitió con su testimonio: el evangelio de la verdadera alegría y de la vida. Años después de su muerte, es evidente que sigue vivo.

 

A ese don de la vida se dedicaban este año las jornadas que llevan su nombre, para las cuales se contó con la colaboración de Mario Iceta, obispo de Bilbao, quien dirigió el seminario matinal, presidió la eucaristía e impartió la conferencia final. Dichas jornadas fueron organizadas por el Movimiento Cultural Cristiano con la colaboración de las delegaciones de Apostolado Seglar, Pastoral de la Salud y Familia y Vida, así como la Facultad de Teología, donde tuvieron lugar.

Escuchar a las familias heridas

En el seminario de la mañana, monseñor Iceta planteó las claves de los sínodos sobre la familia abordando cuestiones claves como la dimensión social de la familia, sometida hoy a una gran crisis cultural, la fragilidad de los vínculos, el miedo al compromiso, el emotivismo, la ideología de género, etc. Frente a este ambiente, el matrimonio entre hombre y mujer sigue siendo un bien que responde al deseo profundo del corazón humano.

 

En este sentido, monseñor Iceta señaló que los sínodos están planteando una pastoral basada en la escucha y el acompañamiento a las familias heridas, desde la misericordia, que implica saber plantear «la verdad con amor». Es un reto para la Iglesia actual.

 

Tras la eucaristía, se celebró la conferencia en la que el obispo de Bilbao desgranó, con gran capacidad de síntesis, la antropología cristiana de la vida que ilumina lo que la ciencia va corroborando. La vida es un don, y la vida humana sigue siendo la mayor originalidad de la creación. Cada ser humano es irremplazable. La persona se revela en la experiencia del amor, y sólo se es persona cuando acogemos al otro en nosotros mismos. En este sentido, destacó que no puede caber duda de que el embrión es plenamente humano. Lo demuestra y ratifica la ciencia de la embriología: «Un ser con su propia carga genética, y por lo tanto, hablar de pre-embrión es una ideologización interesada para justificar lo injustificable».

 

A continuación resumió cómo la vida es un don de amor recíproco, por eso la importancia insoslayable del matrimonio y la familia, como ámbito donde vivir la vocación a amar: «No hay sexualidad auténtica sin amor, porque esta es el lenguaje, la dimensión corporal del amor».

Mensaje sanador

Finalmente, indicó las claves que la Iglesia aporta para actuar ante el drama del aborto. Aunque el número total de ellos parece haber bajado, ha aumentado el número de embarazos que acaban en aborto (uno de cada cinco), sin que sea posible cuantificar los abortos producidos por las píldoras de emergencia. Iceta recordó los efectos del síndrome post aborto, así como el mensaje acogedor a la vez que auténtico y sanador de san Juan Pablo II a las mujeres que abortan. «El camino para evitar este drama del aborto pasa por ofrecer una educación afectiva en el amor, no sólo dar información sobre relaciones sexuales «seguras»; acoger y proteger la maternidad, proteger jurídicamente al no nacido y ayudar y acompañar a la mujer que ha abortado», sintetizó monseñor Iceta. En el diálogo que sostuvo con los asistentes se profundizó en la idea de que los padres naturalmente expanden su mirada más allá de sus hijos, al descubrir que deben hacer el mundo más acogedor, más justo para sus hijos y para los demás.

Comentarios

Comentarios: 1

  1. Hijo de la Iglesia

    Importantísima la aportación de D. Felipe López. Que interceda por nosotros


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