Comunicado de la delegación diocesana de enseñanza sobre las clases de religión

En el que se explican las razones por la que unos padres cristianos deberían inscribir a su hijo a clase de religión católica.

 

Desde la delegación diocesana de enseñanza hemos creído conveniente dirigirnos  a los padres cristianos a través de los párrocos, para recordarles la importancia de las clases de religión en la escuela.

 

Y la primera aclaración que debemos hacer es la que concierne al objetivo y carácter propios de la clase de Religión. Las clases de religión no tienen como objetivo animar la vivencia religiosa de los alumnos; esa misión la desempeña adecuadamente la catequesis de las parroquias. Lo que intentan las clases de religión es presentar al conocimiento de los alumnos el armazón intelectual y cultural que subyace en la Religión. Este conocimiento es el que les va a capacitar para disponer de claves importantes que ayuden a entender la lógica de la doctrina y los diversos contenidos y simbolismos que, huellas de la religión católica, aparecen en nuestra literatura, en nuestra historia y en nuestras obras de arte.

 

En la normativa vigente las clases de religión en la escuela pública es de oferta obligatoria por parte de los centros y de libre elección por parte de los alumnos. Esto quiere decir que  la decisión de cursar o no clase de religión depende de los padres quienes, al comienzo de curso, deben expresar ante el Centro correspondiente la voluntad de que sus hijos cursen religión.

 

Vivimos una época en la que el sentido práctico de la vida lleva a que se valore mucho todo lo que potencia la preparación técnica de las personas y, se descuide a veces su preparación humana y moral. Es verdad que solemos decir en momentos de confianza que lo que más nos preocupa de nuestros hijos es que sean buenas personas, y seguro que es así, pero ¿cómo entenderlo como realidad si no aprovechamos la oportunidad de cursar aquellas asignaturas que contribuyen a la formación de la interioridad y de la humanidad de la persona?

 

Son estos tiempos en los que perfiles se desdibujan y la identidades se difuminan y en aras de un socorrido “qué más da”, nosotros mismos hacemos imposible la realización de los ideales que decimos creer. Quizás es éste el momento de reparar en nuestra condición de creyentes y de hacer visible lo que realmente nos importa.

 

Finalizamos no sin antes agradecer desde esta Delegación Diocesana de Enseñanza la atención prestada a este comunicado y los esfuerzos realizados en aras de la educación de sus hijos.

 

Delegación diocesana de Enseñanza. Burgos. 2015

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