El movimiento Cursillos de Cristiandad vuelve a vivir un fin de semana dedicado a Cristo

El Movimiento de Cursillos de Cristiandad celebró este fin de semana su cursillo número 233 n el monasterio de San Pedro Cardeña. Para los participantes, fue una ocasión para revivir e intensificar el encuentro con Cristo y renovar el compromiso de anunciar el Evangelio.

 

El movimiento Cursillos de  Cristiandad de la diócesis de Burgos celebró su cursillo número 233 este pasado fin de semana, con la asistencia de 14 personas, la mayoría jóvenes. También han participado  dos jóvenes sacerdotes que han vivido por primera vez esta experiencia, y que se organizó en el monasterio de San Pedro Cardeña.

 

Los cursillos de fin de semana tratan de acercar a los participantes a una profundización en la fe, para así «reavivar e intensificar nuestra relación con el Señor», según la organización.

 

cursillo de cristiandad

 

El cursillo comenzó el pasado viernes 27, aunque fue el jueves cuando tuvo lugar la Ultreya del envío en el colegio de  Nuestra Señora de Lourdes . Allí la comunidad de Cursillos rezó al Espíritu Santo para enviar al Equipo a la misión de anunciar y ser testigos del Evangelio de Cristo.
 
En este mismo lugar fue la clausura del Cursillo, y se trató de un gran momento en el que se recibieron a las personas que han vivido la experiencia del Cursillo y escuchar sus testimonios. Los participantes también celebraron juntos la Eucaristía y compartieron una cena.

Cursillos de cristiandad

Es un movimiento eclesial de difusión mundial que actúa en el interior de la Iglesia Católica, sintiéndose vocacionado a participar activamente en la gran misión del anuncio de la Buena Nueva del Evangelio a través de un método propio kerygmático. En palabras de san Juan Pablo II, este método de Cursillos es «un instrumento suscitado por Dios para el anuncio del Evangelio en nuestro tiempo».
 
Este instrumento de evangelización ha creado multitud de núcleos de cristianos que viven y conviven lo fundamental cristiano y se esfuerzan por fermentar de Evangelio los ambientes. Millones de cristianos renovados en un Cursillo de Cristiandad, o que tuvieron en él su primer encuentro con Cristo, han revitalizado instituciones y movimientos y han logrado animar cristianamente los ambientes donde se desenvuelven.

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