Emoción y fervor en una procesión del Encuentro más eucarística que nunca

La procesión del Encuentro ha añadido en la noche de hoy una estación penitencial en la catedral. La cofradía del Santísimo Sacramento y Jesús con la Cruz a cuestas ha entrado en la catedral y ha hecho una estación ante Jesús Sacramentado, reservado en el monumento de la Escalera Dorada.

 

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La procesión del Encuentro ha vuelto a ser, un año más, fuente de emociones entre las miles de personas que han abarrotado en la noche del Jueves Santo la plaza del Rey San Fernando. Aplausos, lágrimas en algunos rostros, miradas de compasión y ojos curiosos que querían contemplar atónitos la escena. Hacia las 21:00 horas, la talla de la Virgen de los Dolores –una talla barroca del siglo XVIII– ha hecho entrada en la plaza portada a hombros por los miembros de la Real Hermandad de la Sangre del Cristo de Burgos y de Nuestra Señora de los Dolores. Impaciente, ha esperado la llegada de Jesús con la Cruz a cuestas –talla de Ildefonso Serra del año 1901– que ha hecho su entrada en la plaza ante el aplauso de los asistentes y también portada a hombros por los miembros de la Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento.

Estación penitencial

Una breve alocución por parte del sacerdote Enrique Ybáñez, un intercambio de flores entre los priores de ambas cofradías y la interpretación de varias marchas procesionales han completado el acto que este año, además, ha contado con novedades.

 

Y es que la cofradía del Santísimo Sacramento ha querido ser hoy más fiel que nunca a su nombre y recuperar una vieja tradición del siglo XIV. Sus miembros han entrando en la catedral y han hecho una estación ante Jesús Sacramentado, reservado en el monumento de la Escalera Dorada tras la misa que esta tarde ha presidido el arzobispo.

 

La historia de esta devoción eucarística se remonta al año 1346, cuando los cofrades de Jesús Nazareno añadiendo una estación penitencial al culto público que ya desarrollaban durante todos los viernes de Cuaresma. Así, los Jueves y Viernes Santos, los cofrades entraban en una iglesia y realizaban una parada (estación) ante el Santísimo Sacramento. En 1604, el cardenal Niño de Guevara mandó a todas las cofradías penitenciales de Sevilla hacer una estación en la catedral. Ahora, la cofradía con sede en la parroquia de San Cosme y San Damián ha recuperado esta tradición y ya la han incorporado a la Semana Santa burgalesa.

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