Ofreciendo al peregrino el verdadero descanso
Sus palabras clave son Jesucristo e iglesia. Su razón de ser, haberse encontrado con Jesús y darlo a conocer a los demás. Su modus operandi, salir a la calle y comunicar a los jóvenes la alegría de creer. Estas son, a grandes líneas, las características de los Centinelas de la Mañana, jóvenes entre 20 y 35 años que desde hace unos meses están llevando a cabo en la diócesis una iniciativa de nueva evangelización. El pasado sábado, veinte centinelas de Burgos volvieron a repetir una de sus acciones estrella: una luz en la noche, aunque esta vez con la novedad de hacerlo, no por la zona de marcha de los sábados por la noche, sino a lo largo del Camino de Santiago. Contaron, además, con la colaboración de otros cinco jóvenes centinelas venidos desde la vecina diócesis de Valladolid, donde llevan varios años llevando a cabo esta iniciativa.
En concreto, el lugar escogido para realizar su misión fue el tramo del Camino que discurre entre Orbaneja Río Pico y la ciudad de Burgos y los destinatarios de su evangelización fueron los peregrinos que se encaminaban hacia la tumba del apóstol. Los jóvenes centinelas se diseminaron así a lo largo del recorrido, anunciando a los peregrinos el evangelio e invitándoles a acudir por la tarde a la iglesia de San Nicolás de Burgos, donde, a partir de las ocho y cuarto de la tarde permaneció expuesto el Santísimo hasta pasadas las diez y media de la noche. Ni el calor sofocante del día ni las dificultades con el lenguaje, impidieron que estos jóvenes volvieran a salir ilusionados con esta actividad que, más allá de «convertir a los alejados», busca que los mismos centinelas descubran su vocación evangelizadora y formen a nuevos centinelas.
Bajo el lema «buscad y hallaréis», la actividad de estos jóvenes –que se desarrollaba también en otros puntos del Camino a su paso por las diócesis de Astorga y Lugo– no se quedó solo en estas dos acciones, ya que a lo lago del día tuvieron tiempo para realizar una serie de talleres y recibir su formación correspondiente, no sin antes tener momentos para compartir y convivir.