La diócesis de Burgos, dispuesta a acoger a los refugiados que pidan asilo

La Iglesia burgalesa se muestra disponible a acoger a cuantos refugiados soliciten asilo. Lo hará tanto a nivel institucional como a nivel de familias, dispuestas albergar en sus casas «a las personas que sean necesarias».

 

refugiados

 

Después del apelo que hizo ayer el papa Francisco a las diócesis y parroquias de toda Europa para acoger a los refugiados que huyen de la guerra y el hambre, sobre todo en Siria, esta misma mañana, el vicario general de la diócesis, el delegado diocesano de Cáritas y el responsable de la Mesa Diocesana de Pastoral con Inmigrantes han mantenido una primera toma de contacto para analizar la situación y comenzar a trabajar de cara a acoger a los refugiados que lo soliciten. «Lo haremos tanto a título institucional como las familias cristianas que estén dispuestas a abrir sus casas», ha señalado a este respecto Andrés Picón, vicario general, quien afirma que se pensaría más adelante los lugares de titularidad diocesana escogidos para dar albergue a estas personas.

Acogida, promoción y sensibilización

Así, aunque no es decisión de la diócesis determinar cuántos refugiados se deban acoger, «estamos a total disposición de las administraciones públicas» para refugiar a cuantas personas fuera necesario y así lo determine la autoridad competente en la materia. Asimismo, desde la mesa diocesana de pastoral con inmigrantes, su coordinador, José Luis Lastra, señala que también «tendremos que buscar las vías necesarias para colaborar con otras instituciones u organismos que estén dispuestos a remar en la misma dirección y que, además, saben mejor que nosotros gestionar mejor estas crisis internacionales». Aún así, todo es una primera toma de contacto, pues es necesario esperar la respuesta institucional que determine cuántos refugiados se acojan: «A partir de ahí, determinaremos dónde alojarlos y cómo ayudarles en sus problemas», señala Lastra.

 

De otro lado, también se insiste en la necesidad de concienciar a la población en general y a los cristianos en particular de la obligación moral de atender a estas personas que huyen de la guerra y la destrucción en busca de un futuro más esperanzador. Por esta razón, imprimirán varios materiales para trabajar en las parroquias y grupos cristianos sobre inmigrantes y refugiados y la respuesta a estos dramas que se ofrecen desde la Doctrina Social de la Iglesia. El próximo lunes, en el habitual círculo de silencio que organiza cada mes la mesa de pastoral con inmigrantes, se tendrá especialmente presente este drama y se leerá un manifiesto al respecto.

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