Llamamiento de Cáritas para que el acceso a la cultura y la vivienda sea un compromiso común

La salud mental, la atención en periodos de convalecencia y los tiempos de espera para acceder a rentas garantizadas, son algunos de los problemas que presenta el colectivo de personas sin hogar que, junto con la infancia, son de los grupos más vulnerables, añadiendo a su pobreza las dificultades de acceso a la cultura y al ocio.

Cáritas y la Casa de acogida San Vicente de Paúl (Hijas de la Caridad), en coordinación con la Fundación Lesmes, promueven un año más la campaña sobre el colectivo de personas sin hogar. Cáritas ha organizado un programa de acciones de sensibilización y denuncia en el mes de noviembre para concienciar sobre su situación con motivo del Día Mundial de las Personas Sin Hogar, el 29 de noviembre próximo. Del mismo modo y coincidiendo con el día 20 de noviembre, Día internacional de los derechos de la infancia, los programas de intervención con menores de Cáritas han desarrollado un análisis de las carencias que arrastran en cuanto a las dificultades de acceso al ocio y la cultura que tienen y cómo esto afecta a su integración.

 

Este año culmina la campaña europea «Nadie Sin Hogar 2010-2015», que tenía entre sus objetivos acabar con el problema de los ciudadanos que viven en la calle. Con la campaña que lleva por lema: «Que todas las personas tengan un hogar es un compromiso común», se busca concienciar sobre la urgencia de garantizar el derecho de acceso a una vivienda digna y adecuada a las personas sin hogar, un objetivo por el sigue trabajando la organización que el año pasado atendió a más de 2.000 personas en todo el territorio.

 

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cartel de la campaña de personas sin hogar.

 

La sensibilización es ahora una herramienta fundamental en el cambio de los condicionantes sociales. El propio perfil general del colectivo también ha cambiado: ha disminuido la edad, más problemáticas de salud mental, menos transeuntismo con motivo de un modelo de intervención más intensivo, también porque hay menos ocupación laboral asociada a este modelo, mejor trabajo en red con otras organizaciones y una mayor sensibilidad de las administraciones hacia esta problemática.

 

En este sentido, Cáritas realiza algunas reivindicaciones concretas, como la necesidad de reforzar las actuaciones en la calle con fórmulas de intervención que permitieran intervenir de un modo más integral, atendiendo los aspectos psicosociales de esta problemática. También con la instalación de algún modelo de ventanilla única, que podría ayudar a evitar muchas de las dificultades con las que se enfrentas estas personas para las cuales, en muchas ocasiones, las gestiones suponen una barrera. Muchas personas siguen viviendo en situación de emergencia residencial. Hace falta seguir reivindicando un sistema de garantía de mínimos mediante renta mínima que impida las situaciones de precariedad.

Infancia en riesgo

Con motivo del día internacional de los derechos de la infancia, Cáritas Burgos, que trabaja con más de 400 menores en todo el territorio a través de los 6 centros existentes, reivindica las dificultades de integración que conlleva la falta de acceso a las actividades culturales y recreativas que tienen muchos menores atendidos, a causa de la precariedad económica y social que viven sus familias. Mediante un estudio que se ha realizado este año a través de una muestra de la menores acompañados, se han podido detectar diversas carencias específicas, como son: situaciones que presentan deficiencias derivadas de la mala alimentación o de la alimentación insuficiente, no porque las familias carezcan de alimentos, sino por la no existencias en sus hogares de buenos hábitos como consecuencia de las dificultades que viven en el hogar. Se continúa detectando cómo los menores viven en casas que no tienen todas las condiciones adecuadas, con carencias relativas a la calefacción o la higiene. Muchos sufren ambientes familiares negativos o con escaso acompañamiento de los padres, tanto afectivo como en lo que refiere a la realización de las tareas del colegio.

 

En consecuencia,  se le da poca importancia en sus entornos a la cultura y al ocio organizado; esto se convierte en un factor más de exclusión más que condiciona también a futuro sus oportunidades.

 

A través de los diversos centros de intervención, Cáritas dota de espacios educativos positivos a los menores donde se contrarrestan las deficiencias familiares, apoyando y acompañándoles a ellos y a sus familiares. Se les ofrece espacios de estudio, de relación, de ocio y de desarrollo personal en coordinación con los servicios públicos y con las propias familias.

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