La iglesia de San Pedro de Medina «revive» gracias a las obras de restauración

La iglesia de San Pedro de Median de Pomar cuenta con un nuevo tejado que la pone a salvo del riesgo de ruina que corría. Así finaliza la primera fase de una serie de obras destinadas a recuperar este templo que llevaba cerca de 12 años cerrado y que sufría un deterioro importante.

 

 

La iglesia de San Pedro de Medina de Pomar llevaba cerrada cerca de unos 12 años, los suficientes como para causar un deterioro notable en su estructura y que impedía celebraciones en su interior. Por eso, con el «Proyecto San Pedro», la parroquia de Santa Cruz de Medina de Pomar decidió tomar cartas e impulsar una serie de obras que devolviesen al templo su esplendor perdido.

 

Tras dos meses y medio, la iglesia luce un nuevo tejado, en el que se ha cambiado toda la madera que lo sostenía y se ha alejado el peligro de ruina que amenazaba su estructura. Con esta obra concluye la primera fase, y que ha sido posible gracias a la subvención del «Convenio de las goteras» que en su día firmaron el arzobispado y la Diputación. La subvención ha aportado 41.000 euros, mientras que el resto lo ha puesto la parroquia de Medina de Pomar. En total, la obra ha costado 108.900 euros.

 

tejado san pedro

El nuevo tejado de la iglesia de San Pedro ya es una realidad.

 

Ahora se estudia el presupuesto y se analiza el resto de la estructura  del templo para acometer la segunda fase de la restauración, y que consistiría, según comenta Julio Alonso, arcipreste de Medina y párroco de la parroquia de Santa Cruz, «en una serie de obras enfocadas al interior de la iglesia: se eliminarían las humedades de los muros mediante una cámara de ventilación, también se desecharían las pinturas y yesos en mal estado para aplicar nuevos revestimientos con los mismos materiales, se rehabilitaría la sacristía, lo cual incluye un cambio de ventanas, y se eliminaría la reja del coro. Además, se instalará una nueva calefacción y se cambiará la instalación eléctrica, y se arreglarían dos vidrieras».

 

Como la restauración abarca tanto trabajo, se ha de ir poco a poco, por eso la necesidad de seccionar las obras en diferentes fases. La última de estas fases, la tercera, abordaría el arreglo de los retablos mayor y laterales, las imágenes, la megafonía, las luces, las campanas, los bancos, etc.

 

Todo ello permitirá que en breve, la iglesia de San Pedro pueda volver a ser el lugar de celebraciones que un día fue, y se encuentre de nuevo a disposición de todos los fieles y ciudadanos.

 

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