La ciudad de Burgos recuerda a san Julián, el obispo burgalés de Cuenca
Mañana, 27 de enero, la diócesis celebra la festividad de san Julián, burgalés que fue obispo de Cuenca desde el año 1198 hasta su muerte en 1208
Y con motivo de esta onomástica, el arzobispo Fidel Herráez presidirá a las 12:00 horas una eucaristía en la capilla de la residencia Barrantes, de la que el santo es patrono. Por la tarde, a las 20:00 horas, se trasladará hasta la parroquia de la que el santo es titular, en la zona sur de la ciudad. Allí, durante la ceremonia, algunos miembros del ayuntamiento renovarán los votos de la ciudad al santo.
Un santo que predicó por toda España
San Julián nació en Burgos, en 1128. A la muerte de sus padres, se retiró a una choza vecina al monasterio de San Agustín de Burgos y no lejos de una ermita donde había vivido santo Domingo de Silos. En aquella soledad se preparó durante largo tiempo a recibir la ordenación sacerdotal. Una vez consagrado sacerdote, salió a predicar por todas las provincias del reino de España, obteniendo un gran éxito.
Tenía más de sesenta años cuando el rey Alfonso VIII, que acababa de reconquistar la ciudad de Cuenca, pensó en establecer allí la sede de un obispado; luego de Juan Yáñez, el segundo titular fue san Julián, que hasta entonces había sido archidiácono en Toledo. En su nueva dignidad de obispo, conservó los sentimientos de una profunda humildad. Cada año, visitaba todas las parroquias de su diócesis y continuamente llevaba la palabra de Dios hasta las aldeas más pequeñas. A diario daba de comer a numerosos pobres y les servía personalmente. Al llegar a la edad de noventa años, san Julián cayó bajo una grave enfermedad, falleciendo el 28 de enero de 1208.