Los sacerdotes renuevan las promesas del día de su ordenación
El arzobispo de Burgos don Fidel Herráez Vegas ha presidido la solemne Misa Crismal en la que los sacerdotes de la diócesis han renovado ante él las promesas que hicieron el día de su ordenación «para responder y servir al pueblo de Dios que se les ha confiado» tal como ha detallado el arzobispo en su homilía.
Una homilía en la que el pastor de la diócesis les ha pedido que este sacramento sea una «vinculación con Cristo sacerdote y una realidad que una a todos los presbíteros, ya que nunca podemos ir por nuestra cuenta».
Así mismo ha expresado su deseo de «quereros a todos, con todo mi ser y serviros con toda su vida», a la vez que ha animado a los sacerdotes a vivir entregados al servicio del pueblo de Dios, ya que son un «don precisos para el pueblo burgalés». Un pueblo de Dios que «crece entrañablemente» y al que también ha animado a que quiera y valore a sus sacerdotes «tal como somos para que nos ayudéis a ser como Dios quiere, pues nuestra vida es para vosotros».
El arzobispo ha hecho especial mención a los sacerdotes mártires burgaleses, que dentro de un mes serán beatificados en la catedral. Don Fidel ha calificado a don Valentín Palencia como un «hermano que entregó su vida, abierto al Señor y a los pobres y necesitados» y ha querido animar a la diócesis a tomar ejemplo de ellos.
Sacerdocio, óleos y santo crisma
La Misa Crismal es la expresión del presbiterio de la diócesis, en la que los sacerdotes recuerdan su compromiso de servicio a los hombres en el marco de la Semana Santa y cercana la celebración de la Última Cena del Jueves Santo, día en que Jesús instituyó el sacerdocio. En esta solemne eucaristía, además de renovar las promesas sacerdotales, se bendicen los óleos que se utilizarán a lo largo del año en los sacramentos del bautismo y la unción de enfermos y se consagra el santo crisma, un aceite aromático símbolo de la pertenencia a Cristo, que se emplea en el bautismo, la confirmación, la ordenación sacerdotal y la consagración de basílicas e iglesias.
Además, los sacerdotes en el momento del ofertorio han hecho entrega de su ofrenda, 20.053 euros, de los cuales 690 euros, corresponden a la aportación de los que hacían en el 2015, 60 años de sacerdocio. Este gesto solidario irá destinado a favor de los más pobres. Algo semejante a lo que hacía don Valentín Palencia, en el patronato de San José con aquellos descartados de entonces.