La capacidad de escucha, tema del encuentro del departamento de formación sociopolítica

El salón de Cáritas acogió el pasado 11 de abril el XVI encuentro diocesano del departamento de formación sociopolítica. En el Año de la Misericordia, los asistentes quisieron hacer un ejercicio de escucha de los sufrimientos de nuestro pueblo.

 

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Un año más –y van dieciséis– el Departamento diocesano de formación sociopolítica celebró su encuentro anual el pasado lunes 11 de abril; se trata de un momento de convivencia y reflexión en común por parte de los miembros de los distintos movimientos e instituciones que lo forman. En esta ocasión se celebró en los locales de Cáritas diocesana de la calle San Francisco, y participaron en torno a 50 personas.

 

El título el encuentro reproducía una frase del libro del Éxodo: «He oído el clamor de mi pueblo». En medio del Año de la Misericordia, quisimos hacer un ejercicio de escucha de los sufrimientos de nuestro pueblo, y así, después del café compartido y el saludo inicial, tuvimos oportunidad de escuchar varios testimonios y experiencias de personas inmigrantes, en paro, en situación de trata o en la cárcel. Previamente Pepe Pinedo había hecho una reflexión sobre «por qué y para qué escuchar»: sin la escucha, no hay encuentro. La escucha debe ser empática, colocándonos en el ángulo del otro; y sabiendo que lo que el otro nos cuenta es provisional: lo tenemos que dar calidez, pero no lo podemos juzgar. El gran mandamiento de la Biblia es «Escucha»; el gran pecado, no escuchar.

 

En el diálogo posterior descubrimos que no nos han enseñado a escuchar; aun así, compartimos diversas experiencias de intentar escuchar que tenemos en nuestros grupos y ámbitos: con los inmigrantes, en la pastoral gitana, en alguna parroquia, en la JOC, en el trabajo, en la cárcel, desde el mundo rural… El silencio, la escucha y el compartir lo convertimos en oración final, confiando en un futuro sin espadas, fusiles, ejércitos ni guerra, sin deportaciones, sin malos tratos, sin aprovechamientos, sin desahucios, sin el agobio de fin de mes… porque los cristianos sabemos lo que es la esperanza activa y positiva.

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