Un total de 342 niños y adolescentes en catequesis. 207 personas atendidas (138 mujeres y 69 hombres) en la acogida de Cáritas y una inversión de gasto social de 52.800 euros. 37 niños bautizados, 56 primeras comuniones, 57 confirmaciones y 12 expedientes matrimoniales tramitados. Son solo algunas de las cifras de la actividad pastoral y asistencial desarrollada por la parroquia de San Pedro y San Felices en el año pasado. Una inmensa labor que es posible gracias al trabajo voluntario de más de 120 personas que ayudan a sus tres sacerdotes y un diácono permanente en las principales labores en la parroquia: acogida en Cáritas, formación en catequesis, visita y atención a los enfermos y ancianos que viven solos, acompañamiento en el tiempo libre de niños y jóvenes, animación de la liturgia o mantenimiento del templo y salones parroquiales, recientemente inaugurados. «Algunos de sus voluntarios no son ni siquiera católicos: trabajan y colaboran porque valoran positivamente la ayuda y el servicio que presta la parroquia al barrio», ha señalado su párroco Miguel Ángel Díez Villalmanzo.
Solidaridad burgalesa
La de San Pedro y San Felices es solo un ejemplo de la inmensa labor que realiza la Iglesia burgalesa en los territorios donde se asienta. De hecho, la diócesis ha querido esta mañana poner en alza todo ese trabajo asistencial con motivo de la presentación de la campaña de la Renta y la asignación tributaria a favor de la Iglesia católica y otros fines sociales. Una labor que se sostiene por la colaboración económica de los fieles y la «X» que los contribuyentes marcan a favor de la Iglesia católica al hacer su declaración. El reconocimiento por el trabajo asistencial y social que realiza es reconocido en Burgos por 94.233 personas que marcaron en 2015 la «X» de la Iglesia (255 más que el año precedente), el 48,51% del total de declaraciones, un porcentaje 13,4 puntos por encima de la media nacional (35,11%), tal como ha señalado en rueda de prensa Vicente Ruíz de Mencía.
Según el miembro del consejo diocesano de economía, ello supuso una recaudación de 2.611.250 euros a los que habría que añadir la cantidad que por IRPF llega de lo aportado por los declarantes de otras diócesis a través del fondo de solidaridad que se gestiona desde la Conferencia Episcopal Española. En total, la Iglesia burgalesa ingresó por esta vía un total de 5.348.877,91 euros, lo que supone solo un 16,23% del presupuesto diocesano anual.
De ese presupuesto total, 294.034,29 euros llegaron a Cáritas diocesana a través de la «X» de «Fines Sociales». Se emplearon en un total de 17 proyectos entre los que destacan un centro de atención a la infancia en la zona de Merindades, el centro de día Santa Luisa de Marillac o en programas de formación para el empleo.
De ahí que Ruiz de Mencía, haya insistido en la necesidad de marcar las dos casillas en la declaración pues, al hacer el doble gesto, se duplica también la ayuda. En efecto, marcar las dos «X» no sirve para enriquecer a entidades locales, sino para hacer posible que el entramado social se siga fundando en valores clave como la solidaridad o el respeto a los derechos básicos de las personas.
Ejercicio democrático
Para el ecónomo de la diócesis, Vicente Rebollo Mozos, marcar las dos «X» en la Declaración dela Renta es un pequeño gesto que hace posible el mantenimiento de una estructura estable que sostenga en nuestra sociedad unos valores y principios que todos estamos reclamando. En este sentido, ha indicado que marcar la doble casilla en la Declaración es uno de los pocos medios que los ciudadanos tienen a su alcance para «obligar» al Estado a invertir parte de sus impuestos a fines sociales y asistenciales. De lo contrario, ha recalcado, el dinero de la «X» podría destinarse a otras partidas económicas de los presupuestos generales del Estado, imposibilitando así que la ayuda asistencial que está en nuestras manos lograr acabe destinándose a otros fines. De hecho, al no marcar ninguna de las dos casillas, los burgaleses están haciendo que 3.870.688 euros dejen de destinarse a servicios sociales y asistenciales.
Para Rebollo, marcar las casillas en la Declaración es, por tanto, un «ejercicio de responsabilidad democrática que hace que un pequeño gesto se traduzca en mayor ayuda a la sociedad». Por marcarlas «ni se paga más ni te devuelven menos», ha insistido, a la vez que ha vuelto a remarcar que la Iglesia no recibe fondos de los Presupuestos Generales del Estado, sino únicamente lo que los declarantes quieren que reciba.