El arca con las reliquias de San Vitores se abrirá este sábado, para recrear un acto celebrado hace 101 años

Arca con los restos del santo. Foto: Cerezoatalaya.

Con un año de retraso, los vecinos de la conocida como Riojilla Burgalesa celebrarán con un acto solemne la reapertura del arca que contiene las reliquias de San Vitores, en el exconvento que lleva su nombre y que se ubica en Fresno de Río Tirón. Se trata de rememorar el acto que se celebró el 11 de septiembre de 1916, en el que se verificó la existencia de varios restos del santo, entre ellos, algunos huesos del cráneo y un húmero. Como entonces, estarán presentes un médico y un notario, así como numerosos sacerdotes de la congregación de clérigos de San Vitores procedentes de Burgos, La Rioja, Cantabria y Asturias.

El acto, promovido por la Asociación Pueblos de San Vitores, comenzará a las 11:30 con la procesión con el arca que contiene las reliquias, que será trasladada desde la capilla del convento hasta la campa, donde se celebrará la misa, y se procederá a la apertura del arca para su documentación.  El acto estará presidido por el vicario general de la diócesis, Fernando García Cadiñanos. Tras volver a la capilla, permanecerá abierta y expuesta hasta las 15:00 horas. La celebración concluirá con una comida popular.

La conmemoración estaba prevista para septiembre del pasado año, coincidiendo con el centenario de la anterior apertura, pero el estado de conservación de la capilla obligó a retrasarla hasta este momento. Hoy la capilla ya se encuentra restaurada, gracias a una subvención de la Junta de Castilla y León, que se hizo cargo del remplazo  parcial de la cubierta, con una inversión de más de 57.000 euros, y a la aportación de la Asociación Pueblos de San Vitores, que ha corrido con los gastos de otras reparaciones menores (consolidación de bóvedas, cosido de grietas, trabajos de pintura y limpieza) por un importe de 20.000 euros.

Santo burgalés

San Vitores nació en Cerezo de Río Tirón en el siglo IX. Fue sacerdote de su pueblo natal, pero se retiró a una cueva cerca de Oña como ermitaño. Según la tradición se le apareció un ángel que le exhortó a volver a su pueblo, sitiado por los árabes. Volvió, animó a sus gentes y predicó entre los árabes. Cuenta la leyenda que le cortaron la cabeza y con ella en la mano, se dirigió a su pueblo, donde fue recibido por sus paisanos, entre ellos unos amigos cuyo hijo acababa de morir y al que Vitores resucitó.