«Los beneficios de la diversidad siempre son más que los conflictos que a veces se provocan»
El Paseo de Atapuerca fue ayer escenario de un nuevo Círculo de Silencio, en el que decenas de personas volvieron a unirse para reivindicar un trato digno para todos y de un modo especial para poner en evidencia que con frecuencia se vulneran los derechos de las personas migrantes y refugiadas.
«En nuestro punto de mira continúan la política de fronteras, las dificultades para conseguir el permiso de residencia, la triste realidad de los centros de internamiento, las restricciones al derecho universal a la sanidad, el acoso contra los voluntarios que intentan salvar vidas en el mar, o el comercio de armas que eterniza y nutre las guerras que provocan muertes y desplazamientos forzosos», denunciaba el manifiesto que, con el título «Somos diferentes… ¡Convivimos!» se leyó al término de la concentración.
«Sería bueno que hoy nos miráramos todos a la cara. ¿Quiénes estamos aquí? Personas de distintas edades, de distintas nacionalidades, de diversas opciones políticas, de distintas confesiones religiosas o no creyentes… Somos diferentes, pero ¡convivimos! Y no solo convivimos, sino que somos capaces de reunirnos esta tarde porque hay algo en la base que a todos nos une: creemos y confiamos en las personas, apostamos por una ciudadanía universal, defendemos que los derechos humanos han de respetarse y promoverse en todo lugar y en cualquier circunstancia».
Los convocantes recordaron que en la provincia de Burgos convivimos personas de 115 nacionalidades diferentes, de culturas y religiones diversas y que, aunque «algunos piensan que esto es un problema, que estamos perdiendo nuestra identidad, que sería más fácil convivir si todos fuéramos iguales», la historia nos recuerda que no es así, que precisamente nuestra identidad se ha ido forjando a lo largo de los siglos por el encuentro y a veces desencuentro entre personas de muy diversa procedencia. La diversidad actual de nuestra sociedad burgalesa en el siglo XXI «es un hecho irreversible» y «es indicador de bienestar en una sociedad: las diferencias nos enriquecen. Los beneficios de la diversidad siempre son más que los conflictos que a veces se provocan».
Tras recordar los cuatro verbos que el Papa Francisco propuso para las Jornada del Migrante y Refugiado de este año (acoger, proteger, promover, integrar) expresaron su compromiso con «una integración activa y pacífica, que es tarea de todos, no solo de unos pocos».