Medio millar de arandinos veneran a la Virgen de las Viñas en el exterior de su ermita

El día grande de las fiestas arandinas comenzó con la Solemne Eucaristía presidida por el arzobispo de Burgos, don Mario Iceta. Alrededor de 500 personas homenajearon a la Virgen de las Viñas.
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Hacía años, exactamente tres, que la Virgen de las Viñas no salía de su ermita. En las fiestas de septiembre del año 2018 fue la última vez que la patrona de Aranda de Duero salió en procesión. La lluvia en el año 2019 y la pandemia del Covid-19 en el 2020, habían impedido a la imagen salir al exterior en los últimos años.

 

Ayer domingo 12 de septiembre, los arandinos celebraron con algo más de normalidad, el día grande de sus fiestas patronales. Lo hicieron manteniendo todas las medidas de seguridad que desde primera hora de la mañana se apreciaban en la preparación de la misa de campaña. La cofradía de Nuestra Señora de las Viñas fue la encargada de organizar todos los planes previos y de engalanar a la imagen.

 

Alrededor de 500 arandinos acudieron a la tradicional Eucaristía Solemne que este año se celebró en las proximidades de la ermita, en el campo de rugby, manteniendo así todas las medidas de seguridad. El arzobispo de Burgos, don Mario Iceta Gavicagogeascoa, presidió la celebración, emotiva y cargada de devoción. El prelado pidió a la Virgen María en su homilía caminar en fraternidad para «dejar los propios intereses y volcarnos en el bien común, para poder ver juntos la luz y no dejar a nadie atrás». Como es tradición en la localidad ribereña, los cantos litúrgicos de la celebración fueron interpretados por el Orfeón arandino Corazón de María.

 

Al finalizar la misa, don Mario se acercó a saludar a las distintas autoridades que acudieron y a los fieles que aguardaban a la salida. También aprovechó para visitar a las Hermanitas de los Ancianos Desamparados y las Benedictinas.

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