«Missio canonica»: Enviados a enseñar en nombre de la Iglesia

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Para Carolina Martínez ser profesora de Religión es «una vocación», «el modo de vivir su vida cristiana». Es maestra en educación primaria y desea «enseñar a los niños a Jesús, sus palabras y el sentido que da a nuestras vidas». Pablo Dorado, además de ser sacerdote, es también docente de adolescentes que cursan secundaria. Para él la asignatura tiene sentido, pues así se permite a los jóvenes superar «el desconocimiento que tienen sobre la Iglesia y la religión». «Es una pena que, entre lo que cuenta la gente y los medios de comunicación, al final se pierde el verdadero sentido del mensaje cristiano».

Son solo dos de los más de cien profesores de Religión que recibieron ayer, de manos del arzobispo, la missio canonica, el documento que los capacita y envía, en nombre de la Iglesia, a cumplir con su misión docente en los colegios e institutos de toda la provincia. Fue en el transcurso de una celebración eucarística en la Catedral, donde los profesores acudieron a celebrar el Jubileo del VIII Centenario.

Don Mario Iceta agradeció su trabajo, que ayuda a los jóvenes, tan mediatizados por las tecnologías, a descubrir el sentido de la vida y ser felices. «Sois enviados en nombre de la Iglesia para sembrar en el corazón de vuestros alumnos la semilla que ha de germinar en una vida llena de frutos de esperanza y felicidad», les trasladó.

Previamente, la jornada contó también con momentos para la convivencia y la formación en la Facultad de Teología. El sacerdote Luis Diego Díez dirigió un taller bajo el título de «Pedagogía de la belleza», en el que afirmó que la sensibilidad del hombre ante lo bello tiene su cenit en la belleza de Dios, belleza siempre presente incluso en los momentos más difíciles.

También la parroquia de San Juan Evangelista

Junto a los profesores de Religión, también acudieron al templo gótico a recibir las gracias jubilares miembros de la parroquia de San Juan Evangelista, del arciprestazgo de Burgos-Gamonal.