Sacerdotes peregrinan a Loyola para descubrir la espiritualidad de san Ignacio

Una treintena de sacerdotes diocesanos ha participado durante los días de Carnaval en unas jornadas de convivencia y oración junto al arzobispo en torno al fundador de la Compañía de Jesús.
<
>

 

La Compañía de Jesús celebra hasta el próximo 31 de julio un Año Jubilar en recuerdo de la herida de guerra que sufrió san Ignacio hace ahora 500 años y que fue el germen de su conversión y de la obra evangelizadora que puso en marcha. Tal motivo ha llevado a la vicaría del Clero a organizar una peregrinación hasta el santuario guipuzcoano de Loyola, donde una treintena de sacerdotes diocesanos ha disfrutado durante el puente de Carnaval de unos días de convivencia y oración.

 

El imponente santuario barroco que se construyó en torno a la casa natal de san Ignacio fue la primera parada de la expedición. Acompañados por las explicaciones de un jesuita, los sacerdotes de la archidiócesis conocieron la «santa casa» y celebraron la eucaristía en la basílica. La tarde del lunes la dedicaron a pasear por Azpeitia y disfrutar de algunos de los actos de su popular Carnaval. La jornada concluyó con una mesa redonda acompañados de dos jesuitas, que relataron algunos detalles de la espiritualidad ignaciana y de su estilo de vida.

 

El padre Juan José Martínez Domingo fue el encargado de dirigir las meditaciones del retiro de la mañana del martes, basadas en la experiencia de los ejercicios espirituales. El arzobispo, don Mario Iceta, también se hizo presente en la convivencia, presidiendo la eucaristía en la «santa casa». La excursión concluyó, de regreso a Burgos, con una parada en Vitoria, donde los sacerdotes pudieron conocer los secretos de su Catedral Vieja.

 

Jesús Castilla, vicario episcopal del clero y organizador del viaje, valora «muy positivamente» las dos jornadas de convivencia, tradicionales en Carnaval y aplazadas desde hace un año a causa de la pandemia. «Los propios sacerdotes han valorado mucho la convivencia, la acogida que nos han brindado los jesuitas, la mañana de retiro y que el arzobispo se haya hecho presente». Dos días de convivencia que ayudan al clero diocesano a descansar de su actividad y emprender la Cuaresma con renovada energía.

 

Comentarios

Los comentarios están cerrados para esta noticia.