El arzobispo de Burgos felicita la Navidad a todos los burgaleses, especialmente a los más vulnerables.
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Ayer viernes tuvo lugar la tradicional felicitación navideña del Arzobispo de Burgos. Tras un breve retiro para la curia diocesana y la foto oficial, la felicitación tuvo lugar en la Facultad de Teología. El Arzobispo hizo un breve recorrido por alguno de los eventos más significativos del presente año que concluye. Animó a los fieles burgaleses a caminar en sinodalidad y, sobre todo, a entender el sentido profundo de estos días. La Navidad no se improvisa, se contempla, se acoge. Las prisas y los preparativos externos pueden convertir estos días en un hacer sin desear ni esperar nada. Quien necesita algo, desea y espera. Es momento de hacernos recordar a qué deseamos y a quién esperamos. Para los cristianos éste es el sentido de la Navidad. El Señor que llega y se aloja en quien le desea y espera.
Tras la bendición para toda la diócesis y la oración por las personas más comprometidas por mejorar este mundo, dirigió su atención hacia los más vulnerables, los enfermos y necesitados de cariño. El nutrido grupo de fieles entonó Adeste Fideles y disfrutó de un vino español en el claustro de la Facultad de Teología.