Eucaristía por la XXVII Jornada Mundial de la Vida Consagrada

El arzobispo, D. Mario Iceta, ha presidido un encuentro en la capilla de Santa Tecla de la Catedral en honor a todas las personas consagradas al Señor.
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Ayer día 2 de febrero se celebró en la Catedral de Burgos una eucaristía por la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, la cual estuvo presidida por el Sr. Arzobispo, D. Mario Iceta Gavicagogeascoa, acompañado de multitud de gente, tanto consagrados como laicos. Además, esta celebración coincidió con la Fiesta de la Presentación del Señor en el Templo o Fiesta de la Candelaria.

 

El evento comenzó con una bendición de las candelas en la Capilla de los Condestables recordando el encuentro que tuvo Simeón con la Sagrada Familia en el templo, donde le dijo que «Él sería la luz que iluminaría a los gentiles». Tras la bendición tuvo lugar una procesión hasta la Capilla de Santa Tecla en la que todos los fieles entonaron el Cántico de Simeón, y una vez allí comenzó la eucaristía.

 

El arzobispo en su homilía destacó la importante labor que cumplen todos los consagrados para con la sociedad, y que es fundamental que estos renueven sus votos con alegría y confianza, ya que Jesús «abre las puertas a todo lo humano para que lo llene Dios y vuelva a entrar en tu corazón, viene a coger nuestra fragilidad para llenarlo de sus dones». También, el lema de esta Jornada Mundial, «Caminando en esperanza», hace referencia a que nunca estamos solos ya que caminamos unidos y alegres, porque cuando uno se cae el resto le ayuda a levantarse decía D. Mario recordando la sinodalidad.

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