Al hilo de la exposición «Punto y seguimos, la vida puede más», que puede visitarse en sus tres sedes, las iglesias de Santa Catalina, San José y Santa María de Aranda, esta última iglesia acoge una vigilia de oración contra la trata de seres humanos.
Coincidiendo con el día de la Vida Consagrada y bajo el lema «La vida consagrada, parábola de fraternidad en un mundo herido», religiosos y religiosas de la diócesis participan en su «celebración jubilar» con motivo del Año Santo de la Catedral. Tras atravesar la Puerta Santa del perdón y recorrer las naves del templo con las «candelas», participarán en una eucaristía presidida por el arzobispo, don Mario Iceta Gavicagogeascoa.
El Secretariado diocesano de Trata convoca a los burgaleses a participar en una vigilia de oración por todas las víctimas del tráfico de seres humanos.