El XXXI Encuentro Nacional del Diaconado ha contado con la presencia los dos únicos diáconos de la diócesis burgalesa, David Jiménez y Enrique Díez, quienes estuvieron respaldados por el vicario del Clero, Jesús Castilla, y la esposa de uno de ellos, Mariasun López. Fueron unas jornadas en las que no faltaron momentos para la oración, la liturgia y testimonios pastorales.
Unos pueblos cada vez más vacíos y envejecidos y un clero que va en disminución, hacen que cada día sea más complejo atender la vida pastoral de la zona rural en la provincia. A pesar de las dificultades, los sacerdotes de la diócesis trabajan con tesón por mantener encendida la vida de fe en las pequeñas comunidades. Rafael Gómez, José Luis Corral y Raúl Pereda son solo tres ejemplos de ello.
El arzobispo ha presidido esta mañana una misa funeral en sufragio por los obispos y sacerdotes difuntos de la diócesis. Días atrás ha hecho lo propio por todos los fieles difuntos, tanto en el cementerio de San José como en la catedral.
El monasterio de El Espino acogió ayer el retiro espiritual en que el arzobispo predicó a los sacerdotes del norte de la provincia. Durante dos charlas, don Fidel animó a los presbíteros ante el nuevo curso y plan pastoral diocesano.
Se ha reunido hoy con los de la zona centro de la provincia. Ha planificado otros dos retiros en el norte y sur de la provincia para los próximos días.