Lema y Escudo

Aparece como motivo central el Pelícano Místico como símbolo cristológico y eucarístico por excelencia. El fondo, de color azul representa a María Santísima en el misterio dogmático de su Pura y Limpia Concepción, Madre y Modelo perfecto de la Iglesia.
La gran cruz arbórea en verde, descortezada en oro, hace referencia al Árbol de la Vida, lugar del sacrificio obediencial de Cristo al Padre, y también a la Resurrección según la antigua homilía pascual patrística “Oh Cruz gloriosa del Señor Resucitado…”
En esta Cruz ha puesto el Pelícano piadoso su nido, que se representa transformado en barca, en clara alusión a la Santa Madre Iglesia, desde donde se nutren los polluelos de su Sangre Redentora.
El motivo inferior (en el entado) es el anagrama mariano rojo sobre plata, Dulcenombre de María, en honor a Nuestra Madre la Virgen María, Reina de los Mártires, que nos enseña a vivir el martirio en el testimonio de fe diario y el servicio a los hermanos; como homenaje filial de S.E.R. y perenne solicitud de protección y amparo.
Blasón
Entado en punta. Trae:
En campo de azur, Pelícano místico de plata sobre Cruz arbórea (ecotada) en sinople, con los descortezados en oro, adornada de los tres santos Clavos de sable en las puntas; bajo el ave, nido en forma de barca de oro, con dos polluelos alimentándose de la Preciosísima Sangre.
En punta, entado en curva, en campo de plata, anagrama mariano de gules.
Ornamentos exteriores
Acola en palo cruz doble (arzobispal) trebolada de oro.
Al timbre, capelo arzobispal.
En punta, palio arzobispal.
La divisa prelaticia reza: Omnium servus.