La parroquia nació para atender a los feligreses del pueblo de Villafruela. En la Edad Media fue villa episcopal, de ahí que aún hay restos del palacio arzobispal.
El templo es fundamentalmente gótico con un añadido de tipo renacentista. El retablo principal, verdadera joya del templo, es de tipo churrigueresco, alojando unas pinturas del siglo XVI que representan a los evangelistas, cuatro escenas de la vida de San Lorenzo y cuatro de la vida de Jesucristo.