Una diócesis con sangre joven
En la Iglesia todos cuentan, desde el más anciano al más pequeño, y los jóvenes tienen un importante papel que desarrollar en ella: no sólo son su futuro, sino el motor de impulso y cambio en unos tiempos en los que el relativismo, la tibieza y el color gris parecen haberse instalado cómodamente en la sociedad. «No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente… La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, la creatividad y la alegría que caracteriza a los jóvenes», dijo el papa Francisco ante un mar de chicos y chicas en última Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro. Unas palabras que no caerán en saco roto.
Es por este motivo por el que la diócesis, desde la delegación de infancia y juventud, pone a disposición de todos ellos la oportunidad de participar en diversas actividades en las que pueden desarrollar y afianzar sus inquietudes espirituales. Ya el papa Francisco invitó a los jóvenes a que rechacen la oferta de felicidad «a bajo precio» y a encontrar el valor de la «felicidad auténtica» que sólo Dios puede dar, puesto que no es posible ser cristiano y tener una idea «en pequeño» de la vida.
Actividades para todos
La oferta es variada. Así, a finales de noviembre, los chicos y chicas burgaleses han podido participar en un peregrinaje centrado en el centenario de santa Teresa de Jesús, en una noche alternativa en San Lesmes y un retiro espiritual de tres días en el monasterio de las benedictinas de San José. En éste último, en silencio y recogimiento, han repasado sus vidas, ilusiones, proyectos a la luz de la Palabra de Dios. Para ello, la Lectio Divina ha tenido un papel muy importante: los jóvenes han podido descubrir con un estilo cercano e intenso lo que Dios comunica en las Sagradas Escrituras. Esta experiencia, la Lectio Divina, podrán vivirla de nuevo el 28 de febrero.
Pero hay muchas más actividades que se repiten con regularidad y que están enfocadas en los jóvenes. Otro ejemplo es la oración joven mensual que se celebra cada tercer viernes del mes en una parroquia a partir de las 22:00h para tener una hora de oración y en la que el hilo conductor es alguno de los momentos más destacables del año litúrgico. Y para quienes quieren asistir con más frecuencia a estos momentos de oración compartida, todas las semanas se organiza en el oratorio de Cáritas (calle San Francisco 8) una sesión en la que tiene lugar la lectura del evangelio del domingo, una breve reflexión, tiempo de silencio y por último, la bendición.
Buscando el compromiso
Agustín Burgos, delegado diocesano de Infancia y Juventud, señala que «los jóvenes viven con mucha alegría al compartir con otros chicos y chicas la vida que tienen en cada uno de sus grupos de origen; y con la curiosidad de quien está en búsqueda y quiere incorporar a Dios en su proyecto de vida. También destaca en ellos el agradecimiento por haber vivido una experiencia en cada caso enriquecedora».
Estas actividades diocesanas dirigidas a ellos suponen una herramienta más en su proceso de fe y logran que su implicación en una vida cristiana madure: «El compromiso no se hace en un momento sino que es consecuencia de una relación personal con Jesucristo que compromete a uno mismo y compromete en relación con los demás», señala Agustín.
«Desde la delegación no hacemos otra cosa que animar y ayudar a las parroquias y grupos en el acompañamiento a los jóvenes que han nacido a la fe o a los que se propone la fe. Los jóvenes que participan en las actividades que proponemos varían mucho. Hay actividades de minorías como los ejercicios espirituales o de mayorías como los musicales o la semana de cine espiritual. De todos modos siempre pensamos en quien no viene porque hay siempre un sitio en cualquier actividad para él».