«Caminando juntos» para crear comunidad

El pasado domingo, el arciprestazgo de Ubierna-Úrbel celebró su día en una jornada que conjugó eucaristía, comida de hermandad y un acto mariano. Desde hace varios años, las comunidades de esta comarca trabajan por conseguir una «comunidad de comunidades».

 

ubierna urbel

El vicario general presidió la eucaristía en el santuario de la Virgen de la Vega.

 

El pasado domingo, y coincidiendo con la solemnidad de la Santísima Trinidad, las comunidades parroquiales del arciprestazgo de Ubierna-Úrbel se dieron cita en el santuario de la Virgen de la Vega para celebrar su día bajo el lema «Caminando juntos», un eslogan acuñado años atrás y que pretende resumir la filosofía de este arciprestazgo, tan centrado en crear comunión entre las diferentes comunidades que lo conforman. Los actos fueron preparados con anterioridad a través de momentos de «catequesis y de celebración» organizados por un «equipo gestor, que cuajaba en equipos de servicio, para cubrir todos los flancos», tal como indican los organizadores.

 

La jornada concitó en torno al santuario a numerosas personas venidas de los pueblos de la comarca que portaron sus cruces parroquiales y acudieron ataviadas con fulares de las distintas unidades arciprestales. Los actos comenzaron con el saludo de los alcaldes de Tozo y Valdelucio, tras la que siguió la celebración de la eucaristía. «Comunidad que honra a la Trinidad Santa cantando, con ayuda del coro arciprestal, fruto de horas de ensayo en kilómetros de corresponsabilidad», aseguran desde el arciprestazgo. «Calidad y piedad mariana que, en la voz de Ana Clara, ponía remate de calidad. La Virgen, en esa su advocación secular de Nuestra Señora de la Vega, acogía la oración y presentaba al Padre, por medio de su Hijo, Jesucristo, en el Espíritu Santo la adoración de sus hijos y devotos».

 

Tras la misa, la jornada dio paso a una comida de hermandad que tuvo como marco el polideportivo municipal de Basconcillos. «Una mesa que se abría en abrazo de familia ampliada, con el bien hacer de las madres que saben de adornos florales, de servicio ágil a las mesas, de aplausos de cumpleaños», como relatan los organizadores.

 

Los actos concluyeron con con un acto mariano por las calles de la localidad, un ejercicio del «mes de las flores en altares llenos de piedad mariana», señalan.

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