Compromiso social para combatir una realidad social frágil y desigual

Cáritas Burgos ha presentado su memoria 2015 en la que refleja un aumento del número de intervenciones. Además, constata una nueva realidad social frágil y desigual porque la pobreza se extiende y se hereda. Desde la entidad, proponen transformar el actual modelo económico para poner en el centro a las personas, creando empleo digno y apoyando la economía social.
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María Gutiérrez, don Fidel Herráez y Jorge Simón en la presentación de la memoria de Cáritas 2015.

María Gutiérrez Pulgar, coordinadora de acción social en Cáritas Burgos, afirma que «el número de personas atendidas el pasado año por la entidad diocesana se mantiene estable, no ha habido un incremento de las personas, en cambio si ha habido un incremento en la actividad que realizamos. Como apostamos por estar con las personas a largo plazo, hacemos más intervenciones de promoción». Según Gutiérrez, más de trece mil personas han sido intervenidas por Cáritas en el año 2015.

 

El desempleo sigue siendo la gran causa de exclusión social. El 62,5% de las personas atendidas son desempleadas y el 40% demandan empleo en Cáritas.  La coordinadora de acción social detecta que «el crecimiento económico no se está traduciendo al desarrollo social y el empleo digno, pues más del 62% de las personas a las que atiende Cáritas están en desempleo y además el 21,20 % de las familias atendidas tiene algún ingreso estable que proviene del empleo. Es decir, son estables pero tan terriblemente precarios que no les permite vivir con dignidad».

 

Otro factor determinante de la exclusión es el fracaso escolar. Cáritas atiende a muchas personas cuyo nivel formativo es escasísimo, por lo que el 65% de ellas no supera la educación primaria.

Formación de calidad

Por todo ello, Cáritas Burgos sabe la importancia que tiene fomentar la formación de calidad y apostar por el ingenio a la hora de generar empleo.  «No porque vayamos a solucionar nosotros el problema de desempleo, sino por dar ejemplo de las cosas que a veces se pueden hacer de otra manera, como proyectos como agroecología en Miranda» afirma Gutiérrez.

 

El proyecto de agroecología tiene como misión formar a personas en agricultura ecológica y de esta forma ayudar a que consigan un empleo.  «Estas pequeñas experiencias o pequeños servicios pretenden demostrar que hay posibilidad de un modelo económico que genera empleo diferente».

Una sociedad comprometida

La sociedad civil y eclesial burgalesa se han volcado con las personas necesitadas durante la crisis. Sin embargo, María Gutiérrez advierte que este apoyo no debe disminuir.  «La sociedad burgalesa es una sociedad sensible, pero no tiene que decaer en su apoyo a las personas más necesitadas, pueden ayudar de diferentes maneras, no solo con un apoyo económico, también con voluntariado, con horas de dedicación. Queremos que la sociedad se comprometa con la gente que sufre de otras muchas maneras».

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