Discurso del arzobispo ante la visita del Presidente del Gobierno a la Catedral
Sr. Presidente del Gobierno, Sr. Ministro de Educación Cultura y Deporte, Sr. Presidente de Castilla y León, Sra. Presidenta de las Cortes de Castilla y León, Sr. Alcalde de Burgos, Sra. Delegada del Gobierno, Sra. Consejera de Cultura y Turismo, autoridades autonómicas, regionales, provinciales y locales, miembros del Cabildo Catedral, patronos y trabajadores de la Fundación VIII Centenario, autoridades académicas y militares, representantes culturales y sociales, señoras y señores:
Un día más la Catedral nos vuelve a acoger en este escenario que está lleno de historia y de belleza. Sus piedras labradas hasta el mínimo detalle, sus retablos que adornan los diferentes espacios, sus agujas caladas que se elevan y nos elevan hacia lo alto, su grandioso Crucero que nos sobrecoge…, todo canta la belleza de Dios y de Él quiere ser expresión, anuncio y promesa. Esta Catedral es obra granada de la fe de todo un pueblo.
A lo largo de este último año, desde la constitución de la Fundación VIII Centenario de la Catedral de Burgos, el 20 de julio del año pasado, nos hemos reunido en ocasiones similares a la que hoy nos convoca. Diferentes lugares de esta inigualable Catedral han sido testigos de momentos y actos que nos han ayudado a visibilizar y dar a conocer los sucesivos pasos que venimos dando con el objetivo de garantizar una mejor celebración del 800 aniversario de la colocación de la primera piedra en la catedral de Burgos. Hoy, con este acto, recibimos el apoyo del Gobierno del Estado a través de la presencia del Presidente del Gobierno D. Mariano Rajoy, que ratifica así las promesas realizadas hace un año por su Ministro de Educación.
Mi primera palabra, además de desearle una feliz estancia -aunque sea breve- entre nosotros, ha de ser la de agradecimiento. Gracias por venir hasta Burgos y reunirse en este acto con la Fundación VIII Centenario de la Catedral de Burgos. Usted conoce que esta Fundación, constituida por el Cabildo de la Catedral, la Diócesis de Burgos y la Cámara de Comercio e Industria, y a la que se han unido otras instituciones políticas y sociales de la Ciudad y de la Provincia, como el Ayuntamiento y la Diputación, así como la propia Junta de Castilla y León, tendrá la responsabilidad de llevar adelante la organización de un acontecimiento que deseamos signifique para Burgos una ocasión y una oportunidad de desarrollo social, cultural, humano, económico y religioso. Todos somos conscientes de la importancia que tiene el respaldo del Estado para que estas metas puedan verse cumplidas. El Gobierno de la Nación, al manifestar así su apoyo a las celebraciones del VIII Centenario, ratifica los objetivos para los que nace esta Fundación. De esta manera, la política se transforma en lo que es su fin prioritario: la búsqueda del bien común, es decir, de esas condiciones sociales que posibilitan y permiten el desarrollo más pleno de cada pueblo y de cada persona a la que el poder público siempre tiene que tener en el centro de su preocupación.
El VIII Centenario es una oportunidad para esta generación que le ha tocado celebrarlo. Se convierte así en ocasión de hacer realidad una de las estrofas de nuestro hermosísimo Himno a Burgos. En él cantamos en muchas ocasiones: «Aprendamos todos juntos a cantar a nuestra tierra, a leer en su pasado y a labrar su porvenir». Pues bien: el VIII Centenario de nuestra Catedral que nos convocará hasta 2021 es la oportunidad de aprender a caminar todos juntos. Así está siendo hasta el momento en lo que está significando esta experiencia de unidad entre sensibilidades, instituciones y organizaciones diversas que quieren proyectar juntas, unidas, por el bien de todo un pueblo. Igualmente, el VIII Centenario nos ayudará a leer nuestro pasado, a contemplarlo y admirarlo enraizado en una profunda cultura cristiana que ha sido capaz de hermosas y grandes metas. Pero, sobre todo, nos ha de ayudar a labrar nuestro futuro desde las claves del humanismo y la cultura que se reflejan en cada piedra de esta sin par catedral: pluralismo, integración, comunidad, trabajo, belleza, espiritualidad…
La presencia del Presidente del Gobierno en nuestra Catedral, apoyando hoy los actos que poco a poco iremos disfrutando, es también expresión de una de las notas que ha de caracterizar la vida democrática: la sana laicidad. Desde este clima, que reconoce positivamente el hecho religioso como un bien legítimo de cada persona y de la propia sociedad, se facilita y se permite el respeto, el apoyo y la colaboración entre instancias religiosas e instancias políticas y civiles. Porque la Catedral, siendo el templo madre de la Iglesia Católica que camina en Burgos, supera el ámbito estrictamente religioso y se convierte en Patrimonio de la Humanidad, título que ostenta desde 1984.
En nombre de toda la Fundación, y en nombre también del resto de instituciones y organizaciones que hoy nos congregamos, muchas gracias Sr. Presidente por su presencia y por su apoyo a esta noble causa.