Saber vivir en plenitud
La variedad de campos de acción es una de las riquezas que ofrece la Iglesia, escenarios para diferentes edades y gustos, que permiten combinar la cotidianidad con el fortalecimiento de la espiritualidad. Esto lo ha sabido aprovechar Amelia Díez Reoyo, quien desde hace 44 años sirve a los demás en el campo de la salud y alterna su vocación, que ocupa la mayoría de sus noches, con actividades en su parroquia, la Anunciación.
Nació en la localidad burgalesa de Arlanzón, pero su vida la ha desarrollado en la capital. Desde pequeña sintió una inclinación por el cuidado de los enfermos y ahora su servicio está en el paritorio del Hospital de Burgos. Está casada y tiene dos hijos y tres nietos.
Para ella, la música es una manera de acercarse a Dios, por eso le gusta particularmente la de tipo religioso; de ahí que durante el día, se dedique a la dirección del coro de la Anunciación, que acompaña diariamente las misas y demás actividades de la iglesia. Además, pertenece al grupo de liturgia, al grupo de Adoración Real Perpetua Universal (ARPU) y al movimiento de Vida Ascendente, del cual recientemente ha sido nombrada presidenta. Este nuevo paso le ha supuesto profundizar en su fe y desarrollar los valores de la amistad y la convivencia con los demás, fortaleciendo su dimensión humana y cristiana.
Afirma que ser mayor no es un tema de edad, pues hay que vivir con ilusión y plenitud una etapa en donde se puede aportar mucho a los demás, enseñando lo que han recibido tras largos años de experiencia y así, seguir participando de una vida comunitaria. Estos espacios de formación y alimento espiritual, permiten tejer lazos de amistad que ayudan a transmitir el entusiasmo y la alegría de la fe; de esta manera, también se combate la soledad, que ella identifica como el principal problema de las personas mayores.
Por eso, Amelia ve en Vida ascendente una oportunidad para que jubilados y personas mayores, dejen atrás la tristeza, compartiendo lo que les preocupa y ayudándose mutuamente. El martes 12 de junio, habrá un acto de final de curso de este movimiento, que consistirá en una convivencia con comida. Y Amelia espera que sean muchos quienes se animen a hacer parte de este espacio: «Lo pasaremos muy bien, por eso los invito a que vengan y participen, porque les vamos a recibir con los brazos abiertos».