El ejemplo del perdón y el encuentro con los empobrecidos en las Jornadas Don Felipe López

La última edición de las jornadas Don Felipe López han abordado encuentro con los hermanos, enemigos y empobrecidos desde el perdón y la solidaridad.
Jeny Castañeda y Ramón Isaza.

Jeny Castañeda y Ramón Isaza. Foto: Desarmados.

 

La Facultad de Teología de Burgos celebró los pasados días 25 y 26 de septiembre las Jornadas de militancia cristiana dedicadas a don Felipe López, sacerdote burgalés que dedicó su vida a la formación de militantes cristianos y el servicio a numerosas comunidades eclesiales desde su honda formación teológica y humana.

 

El primer día contó con la presencia de don Luis Argüello, obispo auxiliar de Valladolid, que ofreció una ponencia tras inaugurar las jornadas con una eucaristía en la capilla de la Facultad. En su intervención, abordó las claves para la cultura del encuentro a la luz de la vida y el magisterio del papa Francisco: «Dios en sí mismo es puro encuentro, es amor trinitario, es solidaridad. Las comunidades cristianas en este nuevo tiempo debemos aprender a discernir en todo momento cuál es su voluntad». Para ello, la clave es reconocer el paso de Dios en la Historia, «interpretar su voluntad y elegir cuál debe ser nuestra respuesta hoy. Abrir brechas de encuentro y solidaridad con los empobrecidos exige actuar desde la caridad política en actitud de permanente combate interior y exterior, eso implica apostar por una vida militante y no violenta». Las decenas de asistentes a esta primera jornada entablaron posteriormente un coloquio con el ponente.

 

Del odio al perdón

 

Al día siguiente las jornadas contaron con el testimonio valiente y alegre de Jeny Castañeda. Procedente del departamento de Antioquía, en Colombia, su vida fue marcada hace 17 años por el asesinato de su madre, Damary Mejía, líder social de la zona, por parte de grupos paramilitares de la Autodefensa Colombiana. Jeny compartió con todos los asistentes su experiencia de largos años de odio hacia quienes la habían hecho tanto daño. En el año 2013, tras el abandono de las armas de los responsables de la muerte de su madre en el contexto del proceso de reconciliación establecido por la comisión intereclesial Justicia y Paz, consiguió llegar a perdonarlos. La ayuda y la oración constante de un sacerdote amigo, el arrepentimiento de los asesinos y la fuerte influencia de su madre desde el seno del Padre, la llevaron a acudir a la cárcel donde estaba preso el responsable de la orden del crimen contra su madre, Ramón Isaza, y aceptar su perdón de corazón.

 

Hoy Castañeda, Isaza y el hijo del mismo, Oliverio Isaza, siguen unidos por una fuerte y sobrenatural amistad fundada en el perdón y lideran la fundación Damary Mejía, para la reconciliación y la paz en Colombia. El testimonio de Jeny ha tocado muchos corazones y así sucedió también en estas jornadas con los asistentes. Numerosas personas se quedaron conversando con ella agradeciéndole su ejemplo y su vida de lucha para transitar del odio al perdón. Su testimonio llegará a más gente con ocasión de la película «El mayor regalo», que el director Juan Manuel Cotelo estrenará en noviembre contando esta y otras historias reales de reconciliación.

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