El arzobispo visita la unidad parroquial de Arenillas de Riopisuerga

Don Fidel fue recibido por los feligreses de Padilla de Arriba, Padilla de Abajo, Villasandino, Arenillas de Riopisuerga y Palacios de Riopisuerga, que le acompañaron en su recorrido por los templos.
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El arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, realizó su visita pastoral el pasado fin de semana a las parroquias de la unidad de Arenillas de Riopisuerga, en el arciprestazgo de Amaya. Con una apretada agenda, el pastor de la diócesis comenzó la visita en la localidad de Padilla de Arriba, donde un grupo de unos doce feligreses se congregó en el templo parroquial. El esquema fue el mismo en todas las parroquias: don Fidel se presentó como hermano en la fe y servidor como obispo de la diócesis de Burgos y de cada parroquia. Explicó lo que era la visita pastoral (no solo para comprobar el estado de los templos sino, sobre todo, encontrarse con los fieles) y dio oportunidad de que le preguntaran o comentaran lo que quisieran. La visita en todos los templos terminó con una oración por los difuntos y un recuerdo a la Virgen.

 

Tras esta primera parada, el arzobispo, acompañado en todo momento por el párroco de Arenillas de Riopisuerga, Epifanio Puertas Mínguez, visitó el exterior de la ermita de Ntra. Sra. del Torreón, en el término de Padilla de Abajo. Ya en esta localidad esperaba un grupo de unas quince personas que acompañaron a don Fidel en su recorrido por el templo. Igualmente visitó el pequeño local adjunto al templo que sirve como capilla de invierno y recibió el saludo del alcalde.

 

Villasandino fue la siguiente localidad en recibir la visita del pastor. Alrededor de 25 feligreses se sumaron a la visita y algunos de ellos acompañaron a don Fidel y al párroco en su recorrido por el templo. El arzobispo se admiró de la grandiosidad y riqueza de la iglesia en todas sus manifestaciones artísticas, incluido el órgano monumental, restaurado y actualmente en funcionamiento para conciertos barrocos. Una quincena de fieles recibió posteriormente al arzobispo en Arenillas de Riopisuerga, donde los miembros de la Junta Parroquial le insistieron en las necesidades del templo y su posible ayuda económica, en un clima de diálogo afectuoso y respetuoso.

 

La última parroquia en la que recaló don Fidel fue la de Palacios de Riopisuerga, donde se reunió con una decena de feligreses en la pequeña sacristía que sirve de capilla durante el invierno. Al ser el último pueblo de la visita, los vecinos charlaron animosos con su pastor e incluso le llevaron al cementerio, adosado al templo.

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