«El orgullo de ser Cáritas»

La institución afronta el nuevo curso con el reto de incrementar su número de voluntarios, fortalecer sus programas y analizar en profundidad los datos del último informe Foessa.
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Tres son los objetivos prioritarios que Cáritas diocesana de Burgos quiere alcanzar durante este curso: seguir incrementando el número de voluntarios de la entidad, sobre todo jóvenes, involucrando también a los propios participantes en distintas acciones; fortalecer los programas puestos en marcha aumentando los recursos económicos y trabajar con los datos del último informe Foessa elaborado por Cáritas Nacional sobre la exclusión social en nuestro país. Así se lo ha dejado ver el director de la entidad en Burgos, Jorge Simón, a los cerca de 400 trabajadores, voluntarios y participantes que se han reunido esta mañana en el Seminario de San José para celebrar su encuentro anual de agentes.

 

Para Simón, es esencial «seguir haciendo de Cáritas una institución acogedora y atractiva» a fin de que sean cada vez más las personas que se sumen como voluntarias a sus proyectos. Los 792 voluntarios con los que cuenta «son la base de la institución». Sin embargo, «hemos de seguir renovándonos para hacer de Cáritas una casa acogedora y atractiva» a la que se sientan convocados a participar no solo nuevos jóvenes, sino hasta los mismos participantes de la institución caritativa, porque también ellos deben ser «protagonistas» y «sentirse llamados».

 

Otro punto importante de la acción de Cáritas durante este curso será seguir fortaleciendo sus programas, pues, a través de ellos, «se articula nuestra opción y nuestra acción». En este sentido, el director ha señalado que «cuanto mayores sean nuestros recursos mayor será también el alcance de nuestra acción». Una acción que se verá fortalecida con los datos del último informe Foessa y que ayudarán a técnicos y voluntarios a «hablar de lo que ocurre a nuestro alrededor no con sensaciones, sino con datos que corroboren» la desigualdad que campa en la sociedad actual y a la que Cáritas quiere hacer frente.

 

Junto a ello, el director confía en que la Asamblea Diocesana puesta en marcha también pueda suponer un revulsivo para la entidad, ya que ayudará a buscar vías de participación y colaboración entre trabajadores, voluntarios y participantes.

 

Un día para «cuidar nuestro ser»

 

El encuentro ha servido para que la gran familia de Cáritas se reúna para mantener una jornada de formación, convivencia y oración. En palabras de Fernando García Cadiñanos, delegado diocesano, «es un día para cuidar nuestro ser, cuidar la interioridad, cuidar el desde dónde lo hacemos y cómo lo hacemos y por qué lo hacemos». Un día, en definitiva, para reafirmar «el orgullo de ser Cáritas» y tomar conciencia de que «somos fermento de nueva humanidad, de que existe otra forma de vivir, que es la que brota del evangelio».

 

La jornada se ha completado con la formación a través de distintos talleres sobre Latinoamérica en Burgos, la Amazonía, espiritualidad, psicología y salud emocional para voluntarios, nuevas adicciones, derecho a la vivienda y el precio de la salida de la crisis. También ha habido tiempo para la celebración de la eucaristía, una comida de hermandad y una cuidada sobremesa con distintas actuaciones.

 

Más: galería fotográfica del acto

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