La aportación burgalesa a los Derechos Humanos

Francisco de Vitoria, Antonio de Valdivieso, Alonso de Salazar o Teresa de Cartagena son algunos burgaleses sobre los que han centrado su atención las últimas jornadas «Felipe López».
Representación de «Cartografía de la Desobediencia». Jornada de reflexión sobre Derechos Humanos.
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Representación de «Cartografía de la Desobediencia».

 

Los pasados 20 y 21 de noviembre, la asociación Encuentro y Solidaridad organizó en Burgos la vigésimo tercera edición de las Jornadas de Militancia Cristiana en recuerdo del sacerdote burgalés Felipe López, fallecido hace ahora 30 años. En esta ocasión, las jornadas tuvieron como hilo conductor el compromiso por la promoción de los derechos humanos.

 

Las jornadas comenzaron en esta ocasión con la puesta en escena de la obra teatral «Cartografía de la desobediencia», en la que Moisés Mato, de la compañía ‘Teatro del Abrazo’ planteó la necesidad de un mayor compromiso con la justicia y los derechos humanos hasta llegar, incluso, a la desobediencia por amor.

 

El viernes 21, los militantes de Encuentro y Solidaridad Francisco Rey y Jorge Lara presentaron la investigación que han realizado en los últimos meses sobre la contribución de personajes burgaleses –muchos de ellos desconocidos– a los derechos humanos desde el siglo XV. No se trataba, como plantearon los ponentes, de un «orgullo provinciano por reivindicar supuestas glorias pasadas», sino la importancia de conocer y valorar la contribución que en nuestro entorno se ha hecho a la justicia en condiciones mucho más desfavorables que las actuales y que constituyen, por tanto, «un reto para todos nosotros».

 

En primer lugar se presentó la figura de Francisco de Vitoria, que nació en Burgos y se educó en el convento de San Pablo de los padres Dominicos, y que fue clave en el desarrollo, por ejemplo de las «Leyes de Burgos», que prohibieron la esclavitud de los indios. De Vitoria es considerado padre del derecho internacional, de los derechos humanos e inspirador de la idea de Naciones Unidas. Es una de las figuras más relevantes de la Escuela de Salamanca que hizo posible una autocrítica en el modo en el que se comportaban algunos encomenderos en América. Planteó el derecho a migrar, el deber de acogida, la prohibición de esquilmar los recursos de otros e incluso la propia desobediencia a las leyes injustas.

 

Otros personajes menos conocidos fueron Antonio de Valdivieso, misionero y obispo burgalés que murió martirizado por defender a los indios Nicaragua, así como Alonso de Salazar y Frías, sacerdote denominado «el abogado de las brujas» que evitó las injustas condenas que se daban en otros lugares. En Oña destaca la labor de la escuela de sordos y la figura de Andrés de Olmos, que defendió las lenguas indígenas y desarrolló la primera gramática Náhuatl.

 

También es considerable la figura de Teresa de Cartagena, religiosa, la primera mujer que escribió un libro en castellano, reflejando su experiencia con los enfermos. Acusada de plagio, pues muchos no creían a una mujer capaz de tal obra, escribió un nuevo libro esta vez en defensa de la mujer.

 

Todas estas aportaciones a los derechos humanos tienen su origen en la cultura castellana del municipalismo, los concejos, la democracia, en la que el propio santo Domingo de Guzmán fue un adelantado a su tiempo estableciendo una regla que luego inspiró la constitución americana.

 

Según destacan desde Encuentro y Solidaridad, «es tarea nuestra continuar en esta defensa de la dignidad humana». En este sentido están trasladando distintas propuestas al Ayuntamiento para que esta rica herencia sea conocida por los estudiantes y la ciudadanía en general. Para ello se está planteando instaurar un premio internacional para defensores de los derechos humanos hoy, hacer patente la importancia histórica del convento de San Pablo y que esta dimensión sea destacada en las exposiciones y eventos conmemorativos del VIII Centenario de la Catedral.

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