La primera misa pública: una oración por los difuntos de la pandemia
La flexibilización de las medidas de confinamiento anunciadas el pasado viernes por el ministro de Sanidad, Salvador Illa, permiten desde hoy la celebración de culto público en las iglesias de la provincia (a pesar de estar aún en su inmensa mayoría en la «fase 0» del plan de desescalada). Para ello, será necesario guardar medidas de seguridad (un tercio del aforo total del templo cumpliendo distancias de seguridad, uso de mascarillas y geles de desinfección para los fieles) y cumplir con los demás protocolos marcados por la Conferencia Episcopal Española (como la omisión del habitual gesto de la paz o la recomendación de recibir la comunión en la mano).
La capilla de Santa Tecla ha acogido a las 12:00 de este mediodía la primera eucaristía con fieles en la Catedral desde que se decretara el estado de alarma. El arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, ha sido el encargado de presidir la celebración, a la que han acudido unas quince personas y han concelebrado varios miembros del Cabildo. Esta primera misa, al igual que en todas las que se celebren a lo largo del día de hoy en la diócesis, se ha tenido un recuerdo especial por todos los difuntos que ha dejado la pandemia.
Precaución y seguridad
Además de la obligatoriedad de no superar un tercio del aforo permitido, se habrán de cumplir otras medidas, como el uso de mascarillas y guardar la distancia de seguridad entre las personas y evitar aglomeraciones a la entrada y salida de las celebraciones. También se deberá poner a disposición de los fieles dispensadores de geles desinfectantes. Por otro lado, se deberá retirar el agua bendita, se sustituirá el rito de la paz por otro gesto y se deberá tener especial cuidado con los objetos litúrgicos que se empleen en la celebración, como vasos sagrados y vestiduras litúrgicas. La distribución de la comunión se hará en silencio y preferiblemente en la mano, lavando las suyas los sacerdotes y ministros encargados de su distribución antes y después de este momento. También queda suspendida la participación de coros.
Cada parroquia será la encargada de establecer los modos en que estas medidas se lleven a cabo, bien con la participación de equipos de voluntarios, cintas de seguridad o distintos carteles informativos.