La paralización de las instituciones por la pandemia complica los trámites para solicitar asilo

La Delegación de Pastoral de Migraciones y Atalaya presentan la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado, que se celebra el domingo con la mirada puesta en las personas desplazadas internas.
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El domingo 27 de septiembre se celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, cuyo lema es: «Como Jesucristo, obligados a huir». «Existen infinidad de causas, como las emergencias humanitarias y sanitarias, conflictos armados, cambio climático, violencia, hambre y el querer una vida mejor para la familia, que obligan a millones de personas a salir de sus hogares, en principio a trasladarse a una región y país más cercano por falta de recursos económicos, pero que cuando esos recursos se lo permiten, llegan a Europa o Estados Unidos. Aquí llega un porcentaje mínimo», ha argumentado en la presentación de la Jornada la delegada diocesana de Pastoral de Migraciones, Hilda Vizarro Taipe.

 

El papa Francisco pone este año un énfasis especial en los desplazados internos, un drama que es invisible a nuestros ojos. «Es necesario ponerles rostros, nombres, a personas que sufren como son los migrantes, los refugiados, las víctimas de trata, menores en riesgo, dejar de lado nuestros miedos y acercarnos a ellos. Cada persona tiene una historia que nos puede enriquecer», ha subrayado Vizarro. «El mensaje de este año nos da la oportunidad de reflexionar y acercarnos también a los que están aquí con nosotros. Para eso nos ayudarán las seis parejas de verbos que el Papa nos propone para encontrarnos con el otro: conocer para comprender, acercarse para servir, escuchar para reconciliarse, compartir para crecer, involucrar para promover, colaborar para construir».

 

En la provincia de Burgos viven actualmente 28.550 extranjeros, «una población asentada, que lleva muchos años aquí y con muy buena convivencia», ha asegurado la delegada de Pastoral de Migraciones. A lo largo de 2019 llegaron 700 colombianos, 300 venezolanos y 200 hondureños. Precisamente la mayoría de los asilados son personas procedentes de Colombia, Venezuela, El Salvador, Honduras y Nicaragua y el proceso para la concesión puede prolongarse dos y solo el 40% lo consigue. Los solicitantes de El Salvador, Honduras y Nicaragua son los que lo más dificultades encuentran. «Se consideran países hermanos y no se quieren enemistar con ellos», ha explicado.

 

Una soledad habitada

 

Por su parte, Isabel Olazagotia Olano, Hija de la Caridad que trabaja en Atalaya Intercultural, ha destacado la soledad de muchas de esas personas, especialmente durante el confinamiento, si bien ha matizado que ha compartido «la dicha de una soledad habitada». «El confinamiento nos ha permitido a todos pararnos», ha asegurado para destacar el papel que la Iglesia ha desempeñado en los momentos más críticos. Así, se ha referido a la cesión del Seminario de San José a Cáritas para acoger a los más vulnerables, la actividad de la Casa de Acogida de San Vicente Paúl y la de la propia Atalaya, que durante el confinamiento ha atendido a 140 personas. Igualmente ha puesto de relieve la coordinación entre las distintas ONG, el apoyo ofrecido por los empresarios desde la FAE y diversas instituciones, aunque también ha lamentado que la paralización de las organismos públicos ha dificultado aún más los trámites para regularizar la situación de los solicitantes de asilo.

 

Dos jóvenes venezolanos solicitantes de asilo, Franklin José Patiño y Javid Iglesias, han ofrecido su testimonio. El primero, que llegó aquí en 2017, pasó antes por Ecuador y Perú, donde trató de ganarse la vida como vendedor ambulante. Cuando tuvo oportunidad dio el salto a Europa y eligió España por el idioma. «Desde que llegué he sentido el apoyo que no había sentido antes», ha asegurado, y ha expresado su agradecimiento a organizaciones como Atalaya, ACCEM, Cáritas y la Casa de Acogida San Vicente de Paúl. Javid, por su parte, que tuvo que dejar su país por razones políticas dejando allí a su familia, incluida su hija, ha explicado que en América Latina no aprecian el potencial que los desplazados internos suponen y que «aquí nos han sabido escuchar». Ambos coinciden en valorar, sobre todo, el apoyo psicológico que se les ha prestado.

 

Actos con motivo de la Jornada

 

Dadas las medidas anticovid en vigor, este año las actividades organizadas para celebrar la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado han tenido que limitarse (por ejemplo, el ya tradicional Encuentro de Naciones no podrá celebrarse). Se han programado tres vigilias de oración: el miércoles 23, a las 20 h, en la iglesia del Carmen de Burgos; el jueves 24, a las 19:30, en la parroquia de Santa Casilda de Miranda: y el viernes 25, a las 20 h, en la parroquia de Santa Catalina de Aranda. Además, el sábado 26, a las 18:00 h tendrá lugar en el Paseo de la Sierra de Atapuerca un acto de sensibilización y el domingo, también a las 18:00 h, el parque Antonio Machado de Miranda acogerá un nuevo Círculo de Silencio. El viernes, día 25, a las 19:00 h, se celebrará un cinefórum en la parroquia de San Pablo de Burgos.

 

 

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