El ministerio de los laicos en la Palabra y la Eucaristía

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Queridos hermanos y hermanas:

 

Cuando se sirve por amor, en libertad y desde una entrega desprendida, el corazón toma la forma del de Cristo, que «no vino a ser servido, sino a servir y a dar la vida por todos» (Mt 20, 28).

 

A principios de año, el Papa Francisco estableció con el motu proprio Spiritus Domini, que los ministerios del lector y del acólito, que hasta ahora se conferían únicamente a los candidatos al ministerio ordenado, estén abiertos a todos los laicos precisamente en su condición de laicos y, por tanto, también a las mujeres, de forma estable e institucionalizada con un mandato especial.

 

Es cierto que, en muchas comunidades del mundo, no es ninguna novedad ver a mujeres leyendo la Palabra de Dios o sirviendo en el altar, colaborando en la distribución de la Eucaristía o llevándola a los enfermos. Sin embargo, no ha sido hasta ahora, a raíz del discernimiento que brotó de los últimos Sínodos de Obispos, que el Santo Padre ha hecho oficial e institucional esta presencia laical y también femenina en el servicio de la Palabra y la Eucaristía.

 

La nueva formulación del canon 230 del Código de Derecho Canónico señala que «los laicos de una edad y unos dones determinados por decreto de la Conferencia Episcopal podrán ser empleados permanentemente, mediante el rito litúrgico establecido, en los ministerios de lectores y acólito». El hecho de suprimir la especificación «del sexo masculino» y que estaba anteriormente presente en dicho texto, supone un paso relevante para nuestra Iglesia que, como madre, hija y hermana que es, no desprecia a quien se acerca a Dios para servirle en los hermanos con amor.

 

Es la Iglesia «de los hombres y mujeres bautizados la que debemos consolidar promoviendo la ministerialidad y, sobre todo, la conciencia de la dignidad bautismal», asegura el Papa, merced a la «preciosa contribución» que, desde hace tiempo, muchísimos laicos –y de modo mayoritario las mujeres– ofrecen a la vida y a la misión de la Iglesia.

 

Hoy, además, quiero agradecer, recordar y reconocer el impagable servicio de los diferentes ministerios laicales en la Iglesia. Cada día los laicos (testigos, discípulos e instrumentos vivos del Señor) edificáis el Pueblo de Dios, habitáis y consagráis vuestra vocación «en la medida del don de Cristo» (Ef 4,7).

 

Y Cristo quiere continuar su servicio por medio de vosotros. Cada uno desde vuestra condición laical, desde el lugar que Dios ha pensado para vuestras vidas. ¿Cómo? Llevando el Evangelio a las personas que cada uno trata, tanto los más cercanos como los desconocidos. En cualquier lugar: en la calle, en el templo, en la plaza, en la catequesis, en el altar, en el hospital, en el trabajo, en una casa sin techo, en un camino perdido y sin hogar. En la liturgia: participando en el desarrollo de la celebración, proclamando la Palabra, animando el canto y la oración o colaborando en la distribución de la Eucaristía de modo particular a los que por edad o enfermedad no han podido venir a la celebración. Y como no, acompañando vidas rotas o atendiendo la acción caritativa y social.

 

A la luz de este deseo, hecho bienaventuranza en la Evangelii gaudium, os animo a seguir siendo ese hospital de campaña, hoy tan necesitado, que ha de plantar su tienda «en un estado permanente de misión» (EG 25).

 

Queridos hermanos y hermanas: ¡los laicos sois la multitud mayoritaria de la Iglesia, comunidad de discípulos y misioneros! Por vuestra condición de bautizados, sois en Cristo sacerdotes, profetas y reyes, y sois hijos e hijas corresponsables de esta preciosa llamada al testimonio en la Evangelización. Porque vuestro ministerio significa eso, servicio, no poder al estilo mundano. Porque vosotros hacéis presente en todos los ambientes el Reino de Dios que es misterio de salvación y de amor de Cristo Jesús. Ánimo con vuestra preciosa tarea. Con gran afecto, pido al Señor que os bendiga.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

Lanzan una web para dar a conocer el proyecto de cambio de puertas en la Catedral

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puertas que unen antonio lopez

 

Formar parte de la construcción de una Catedral en permanente evolución desde hace ocho siglos. Es la idea que pretende trasladar Historia Abierta, una página web puesta en marcha por el Cabildo para dar a conocer el proyecto en el que trabaja Antonio López para dotar a la fachada de Santa María de unas nuevas puertas en bronce. A través de este sitio web, se pueden conocer no solo la historia del templo Patrimonio de la Humanidad, sino también descubrir las razones del cambio de puertas, su proceso de construcción y adherirse a la causa para recibir información o, incluso, colaborar económicamente con el proyecto.

 

Bajo la premisa de ser unas «Puertas que unen», es el propio arzobispo, don Mario Iceta, quien asegura que adherirse al proyecto puede convertir a sus colaboradores en «mecenas de nuestra historia y nuestro patrimonio», una «oportunidad de dejar huella» en el templo, que incorporará de esta manera unas puertas que «hagan justicia a una fachada maltrecha por la reforma realizada en el siglo XVIII» a través de la aportación de arte contemporáneo con uno de los mejores artistas vivos del país.

 

En esta web, muy visual y adaptada a distintos dispositivos, se dan a conocer la historia de la Catedral, el perfil del artista que construye las nuevas puertas y las características de la obra. De ella, subraya el sitio web su «gran calidad artística» por el estilo y la forma. Una construcción reversible que no modifica la estructura del edificio y realizada con «un lenguaje plástico contemporáneo pero inteligible» que se integrará en la fachada «sin estridencias».

 

La web cuenta también con un espacio de adhesión al proyecto, bien para recibir información sobre el desarrollo de la obra, bien para colaborar económicamente. Todo, aseguran sus impulsores, para «dejar un legado a las futuras generaciones» e «impulsar la ciudad» con motivo del VIII Centenario del templo. Son ya decenas las personas y empresas que se han sumado al proyecto desde que la web se pusiera en marcha esta misma semana.

 

El proyecto de comunicación en torno a las nuevas puertas se completa, además, con una sección de noticias de actualidad y plataformas de difusión en redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.

Varias parejas de la Ribera se preparan para recibir el sacramento del matrimonio

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Esta semana, seis parejas de novios de la zona de la Ribera retomaban en la parroquia de Santa María sus encuentros de preparación para recibir el sacramento del matrimonio. Después de un primer encuentro mantenido el pasado mes de diciembre, en el que se regaló a las parejas la exhortación del papa Francisco Amoris Laetitia, ahora comienzan una serie de seis encuentros intensivos a lo largo de dos semanas.

 

El primero de los encuentros giró en torno a la vocación al amor, que concluyó con un rato de adoración eucarística. Durante esta oración, los novios escribieron una carta a Dios hablándole de su proyecto matrimonial, carta que será entregada en un monasterio de clausura durante un año y medio para que las religiosas recen por ellos. Pasado ese tiempo se les enviará a sus hogares para que puedan valorar si ese proyecto se está llevando a cabo.

 

El segundo de los encuentros contó con la presencia de un matrimonio cristiano, Inma y Manolo, que compartieron con los novios su testimonio, contando su propia experiencia y trasladándoles los mejores modos que pueden ayudarlos a cultivar el amor y llevarlo adelante.

 

El encuentro de esta tarde versará sobre el sacramento en cuanto tal. En sucesivas reuniones, se les hablará de la paternidad responsable y de la visión cristiana de la sexualidad, se preparará de manera práctica la ceremonia de la boda y finalmente se tendrá un encuentro con diversas que les ayudarán a conocerse mejor y a potenciar lo positivo en la relación.

Don Mario Iceta participa en la reunión de la Comisión Permanente de la CEE

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comisión permanente cee

 

La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) celebra su primera reunión de este año los días 23 y 24 de febrero en la Casa de la Iglesia, en Madrid. En ella participa don Mario Iceta Gavicagogeascoa en su doble condición de miembro de la comisión ejecutiva de los obispos y arzobispo de la provincia eclesiástica de Burgos.

 

Durante estos dos días los obispos trabajarán sobre varios asuntos, entre los que sobresalen las líneas de acción pastoral de la Conferencia Episcopal para el quinquenio 2021-2025. También dialogarán sobre la puesta en marcha de la carta del papa Francisco para la institución de laicos, hombres y mujeres, como lectores y acólitos; el trabajo de las oficinas diocesanas para la protección de menores o la puesta en marcha del plan de formación que fue aprobado en la anterior plenaria. También habrá diversos informes sobre la eutanasia y el testamento vital y la relación de trabajo surgida entre TRECE y COPE. Los obispos también aprovecharán para dialogar sobre diversas cuestiones de actualidad.

 

El orden del día incluye, además, la aprobación del temario de la Asamblea Plenaria prevista del 19 al 23 de abril. Los obispos recibirán, igualmente, información sobre temas económicos, diversos asuntos de seguimiento y de las distintas Comisiones Episcopales; además del capítulo de nombramientos.

Relación de ayuda en tiempos de pandemia

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relación de ayuda

 

La Cátedra Francisco de Vitoria de la Facultad de Teología pone en marcha la segunda parte de su curso de relación de ayuda, centrado en estos tiempos de pandemia.

 

El curso pretende formar a los agentes pastorales de los diversos ámbitos, como salud, familia, migraciones, exclusión social, juventud, y en especial, para los agentes del Centro de Escucha diocesano San Camilo. Se pretende de esta manera reforzar la personalización de modelo humanizador de relación de ayuda y profundizar en la dimensión teológica y evangelizadora del modelo de relación de ayuda.

 

El curso se extenderá del 1 de marzo al 10 de abril en un temario que se prolongará durante 30 horas. Quienes deseen participar deberán formalizar su inscripción en la secretaría de la Facultad de Teología antes del jueves 25 de febrero. El curso tienen un precio de 70 euros y se desarrollará cumpliendo siempre la normativa sanitaria vigente. Por este motivo, y tal como detallan los organizadores, los horarios, días y lugares de cada sesión pueden estar supeditados a la evolución de la pandemia. En el caso de que no se pudieran realizar las sesiones presenciales, tendrá lugar de forma telemática. El número máximo de matrícula será de 25 personas asignadas por orden de inscripción.