Un motor económico y social llamado Iglesia
El impacto de la Catedral de Burgos en la economía y el empleo de la ciudad es significativamente elevado. El templo gótico es un centro de atracción turística que cada año recibe miles de visitantes. Las cifras reflejan que el incremento de la actividad económica se debe en gran parte a los gastos generados por los turistas. En el año 2018, la Catedral de Burgos recibió 373.449 visitas, de las cuales un 88% (328.635) fueron personas no residentes en Burgos (nacionales y extranjeros).
Siguiendo la metodología propuesta por PricewaterhouseCoopers, se constata que la presencia de la Catedral generó ese año un gasto en la ciudad de 21 millones de euros, que no se habrían obtenido en su ausencia. De estos gastos fueron receptores distintos sectores, principalmente el de alojamiento, donde los visitantes desembolsaron más de 6 millones de euros (29%). En restauración, los turistas atraídos por la Seo gastaron 4 millones y medio de euros y algo más de 4 en transporte. El gasto medio por visitante fue de 56,60 euros.
La existencia de la Catedral contribuye significativamente a la economía burgalesa. En el año 2018 generó una contribución al PIB burgalés de 19,6 millones de euros, lo que supuso un 0,187% del PIB provincial.
Debido a este incremento de la actividad económica, la Seo fue responsable durante ese año de la creación de 485 empleos indirectos a nivel local (0,28% del total de ocupados). A esta contribución al empleo hay que sumar los 23 puestos de trabajo generados directamente por la Catedral entre el personal que atiende al turismo, ahora en erte desde hace más de un año.
En 2019, aumentaron ligeramente las visitas a la Catedral hasta un total de 374.686 personas. Sin embargo, como consecuencia del estado de alarma, en 2020 el número de visitantes sufrió un importante descenso. Debido al cierre total o temporal de la Catedral, acogió solamente 83.771 visitas, lo que supuso un desplome del 78% en comparación con el año anterior.
Turismo religioso
El valor del patrimonio religioso y cultural es inmenso, y en nuestra provincia contribuye a generar economía. La existencia de la Iglesia provoca encuentros, suscita diversas ceremonias a lo largo del año y beneficia con ello, de manera indirecta, a numerosas personas.
En la provincia, la mayoría de los puntos de interés turísticos están asociados con el patrimonio eclesiástico. Un buen ejemplo a destacar son las visitas que registró la oficina de turismo de Lerma en 2019, año en el que se celebraron las Edades del Hombre. La cifra, 39.516 personas, casi duplicó la del año anterior. También, la colegiata de Covarrubias registró un aumento significativo de turistas, promovido por la cercanía de la localidad con la exposición.
El monasterio de San Pedro de Cardeña, la colegiata de Santa María la Real de Sasamón o el monasterio de Santa María de La Vid registran miles de visitas cada año. En la capital, junto a la Catedral de Burgos, la Cartuja de Santa María de Miraflores y el monasterio de Santa María la Real de las Huelgas son dos referencias turísticas que este año han contemplado una caída de más del 70% en el número de visitas. Este desplome se ha visto reflejado en distintos sectores.