La Pastoral de la Salud celebra el Jubileo y la Pascua del Enfermo

El arzobispo presidió la celebración, centrada en los afectados por la pandemia de Covid, en los profesionales sanitarios y personas que las acogen, cuidan y acompañan.
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La Delegación de Pastoral de la Salud celebró ayer el Jubileo y la Pascua del Enfermo con una celebración presidida por el arzobispo, don Mario Iceta Gavicagogeascoa, acompañado por siete sacerdotes concelebrantes. Pese a la tarde desapacible, la asistencia fue muy numerosa: enfermos presentes y espiritualmente unidos por las redes sociales, Delegación y voluntarios de Pastoral de la Salud, asociaciones que atienden a los enfermos y la discapacidad, un nutrido grupo de profesionales de la salud y congregaciones religiosas y personas que acogen, cuidan y acompañan en diversas realidades al mundo del dolor.

 

En la celebración se tuvo presente el paso de la pandemia con todas sus consecuencias: «Año duro, porque a las enfermedades y muertes habituales se han añadido las enfermedades y muertes de la pandemia», señaló el arzobispo, quien matizó que «también encontramos motivos para la esperanza, para despertar nuestra sensibilidad y agradecimiento, porque el Señor siempre nos acompaña, ha enviado ángeles que nos han sostenido en el camino, como han sido las familias, profesionales de la salud, capellanes, cuidadores…, infinita legión de ángeles que nos han acompañado».

 

Con el pan y el vino se ofreció una urna donde las familias depositaron nombres de personas fallecidas por la pandemia y de otras que enfermaron o están enfermas por covid. Además, presentaron el dolor de las familias y también el corazón y las manos de los sanitarios que les han prestado cuidado y entrega. Una persona que padeció la enfermedad ofreció su testimonio, narró la confusión que vivió y cómo confiar en la presencia del Padre fue el apoyo para continuar el camino.

 

«Junto al dolor, nos sentimos agradecidos por la Esperanza que nos da Jesús Resucitado, que guía nuestra vida y nos regala Luz y amor», expresó la delegada de Pastoral de la Salud, Feli Pozo.

 

Finalmente, enfermos, familias y profesionales sanitarios se encomendaron a la patrona de la ciudad, Santa María la Mayor.

 

 

 

 

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