«No concibo una Iglesia sin Cáritas»

Tobías Burgos Nieto es voluntario de Cáritas, donde centra su colaboración en el economato para repartir alimentos a las personas más necesitadas. Una labor que como cristiano, le reconforta.

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Natural en Villahoz y feligrés de la parroquia de San Fernando, en Río Vena, Tobías Burgos Nieto colabora en el economato de Cáritas repartiendo alimentos a las personas necesitadas. «Lo que hacemos es la entrega de alimentos que nos llegan desde el Banco de Alimentos y donaciones de las parroquias que también hacen recogida y nos lo acercan a Cáritas. Si faltan alimentos esenciales en algún momento, lo complementa Cáritas» cuenta este voluntario, vinculado a esta institución de la Iglesia desde su jubilación.

 

Para Tobías, Cáritas siempre ha sido esencial en la Iglesia. «No concibo una Iglesia sin Cáritas, porque la doctrina de Jesús se fundamenta en el amor a los demás, y eso es lo que hace la institución, servir al prójimo desde el amor». Es también miembro del Consejo Económico de su parroquia, donde lleva la contabilidad. En la iglesia, primero acogen a las personas que solicitan ayuda, escuchan sus problemas y hacen un seguimiento para conocer sus necesidades. «Nos reunimos el grupo de Cáritas parroquial, al que también pertenece una asistente social, para decidir la ayuda que podemos prestar en cada caso, que puede ser no sólo económica, sino también de búsqueda de empleo, aportación de alimentos, o ayuda en forma de pagos de alquileres, agua, luz… lo que se estime necesario que podemos cubrir».

 

Al economato de Cáritas acude gente de todo tipo, de edades variadas, con familia o sin ella, de nacionalidades diversas y diferentes religiones. «En Cáritas no miramos creencias, para la Iglesia todos son hijos de Dios y hermanos nuestros. Se atiende a todos por igual. Jesucristo no miró a quién hacía el bien y en la Iglesia tampoco lo hacemos» señala este padre de dos hijos y abuelo de cuatro nietos. El reparto de alimentos se hace siguiendo una serie de criterios, cuentan con sustento básico y fundamental, como legumbres, leche, huevos y en general productos no perecederos. Son muy exhaustivos en controlar las fechas de caducidad de los alimentos antes de ponerlos a disposición de las personas que lo solicitan. «Cada persona trae un vale en el que figuran unos puntos después de la valoración que se les ha hecho en la parroquia con un asistente social de Cáritas. Los puntos son canjeables por los alimentos que ellos consideran que necesitan, dentro de lo que tenemos en el economato. Además, la parroquia también les da vales para la compra, en los establecimientos colaboradores, que cuentan con alimentos perecederos, como fruta, carne o pescado, porque de estos productos no disponemos en el economato» detalla Tobías.

 

El número de personas que acuden a Cáritas ha incrementado estos últimos años. No solo llegan familias necesitadas de países de fuera o de otras ciudades, si no también vecinos de Burgos que precisan apoyo para poder comer. «Muchos han perdido el empleo o carecen de medios económicos. Desde que se desató la pandemia, hemos notado el aumento de personas que acuden al economato, muchos tuvieron que cerrar sus negocios y se quedaron sin medios de vida» señala este voluntario de Cáritas, quien asegura que se siente «muy contento y satisfecho de poder ayudar». Una labor que le permite «hacer algo por los demás».

 

El trabajo que realiza Cáritas Diocesana de Burgos es esencial. En el año 2020, atendieron a 9.739 familias y el total de intervenciones realizadas en todos sus programas fueron 86.921. A pesar de todo, Tobías considera que mucha gente desconoce los servicios que aporta esta institución de la Iglesia. «La mayoría de la gente ignora el sentido de todo el trabajo que se hace y su cercanía con las personas necesitadas. Cáritas no es dar unos alimentos o ropa y ayudar a las personas en problemas, es mucho más que eso, hay una gran labor de fondo, de acogida, de escuchar, acompañar y apoyar, conocer sus necesidades e intentar ayudarles, en definitiva, una vocación de servicio al prójimo. Muchos de estos aspectos no se conocen».

 

La labor de Cáritas es servir a las personas necesitadas, ayudarlas y quererlas. «No hay una evangelización de manera directa, aunque amar a los demás ya supone una evangelización esencial. En Cáritas no se adoctrina a nadie. Si con nuestro servicio descubren a Jesús y conocen la Iglesia, pues fenomenal, pero no hay una labor explícitamente evangelizadora» concluye.

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