«Se me encomienda una tarea de servicio, de entrega y no de poder»

Fernando García Cadiñanos ha sido nombrado por el Santo Padre obispo de la diócesis de Mondoñeno-Ferrol. Se ha ofrecido «para ser pastor a imagen del único Pastor». Tomará posesión el 4 de septiembre.

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El hasta ahora vicario general de la archidiócesis de Burgos, Fernando García Cadiñanos, ha sido nombrado por el papa Francisco obispo de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol. Recibirá la ordenación episcopal de próximo 4 de septiembre en la catedral de Mondoñedo, convirtiéndose así en el obispo número 101 de dicha diócesis.

 

El nuevo obispo ha declarado estar atravesando un auténtico Domingo de Ramos, lleno de alegría y vítores, pero también ha dicho ser consciente de que atravesará Viernes Santos, con la esperanza de que siempre llegue la Pascua, la alegría. García Cadiñanos ha expresado su agradecimiento a Dios «por ser quien guía nuestra historia personal de salvación», al papa Francisco por escogerle, a su familia por el apoyo, a la Iglesia de Burgos «a la que he servido lo mejor que he podido» y en especial, a los arzobispos a los que ha servido, en particular a don Fidel Herráez «por la confianza que depositó en mí al nombrarme vicario general en el año 2016». También ha querido tener presente «a la gran familia de Cáritas donde he desarrollado mi sacerdocio y vocación», a la Facultad de Teología, donde «he podido desarrollar una de mis pasiones, el amor a los pobres», a todas las parroquias a las que ha servido y a todos los sacerdotes y diáconos. «Ha sido un privilegio formar parte de este presbiterio de Burgos».

 

Fernando García Cadiñanos ha reconocido sentirse «especialmente débil y frágil. Siento en mi corazón temblor, temor y alegría». Ha tenido presentes a los medios de comunicación y a la Fundación VIII Centenario de la Catedral de Burgos, con los que «hemos creado lazos de amistad y colaboración». Ha pedido perdón «por si en algún momento no he hecho mi tarea como debía» y se ha ofrecido «para ser un pastor a imagen del único Pastor».

 

Ha señalado, convencido, que este es un paso más en su camino: «Se me encomienda una tarea de servicio, de entrega y no de poder». Emocionado, ha asegurado que «no seré yo quien tome posesión de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, sino ella de mi corazón».

 

Por su parte, el arzobispo de Burgos, don Mario Iceta, ha calificado este nombramiento como «un nuevo regalo en este Año Jubilar». Ha dicho sentirse satisfecho con el clero de Burgos, «un clero excelente, bien preparado, disponible, generoso, austero, entregado y bueno. Debe estar reconocido, y lo hace en la persona de nuestro vicario general».

 

El pastor diocesano ha definido al nuevo obispo como «un hombre de fe, de Dios, castellano profundo e infatigable trabajador. Una persona siempre disponible, capaz de ver caminos que poder resolver. Estoy seguro de que hará un trabajo excelente». Iceta le ha recordado que esta siempre será su casa.

 

La diócesis de Mondoñedo-Ferrol, sufragánea de Santiago, abarca toda la zona norte de la provincia de Lugo y la parte más septentrional de A Coruña. Comprende una superficie total de 4.523,68 kilómetros cuadrados, con 420 parroquias y más de cien sacerdotes que las atienden. El que será su nuevo obispo, ha apuntado que esta diócesis no es un lugar de paso, sino que allí se va. «Es una Iglesia ilusionada que atraviesa un momento de transformación diocesana. El obispo se inserta en el camino que la diócesis va haciendo».

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