Scouts: una familia forjada de compromiso y fe
Seguro que casi todos, hemos oído hablar en alguna ocasión de «los Scouts», pero, ¿sabemos cual es la labor de este movimiento?
El escultismo católico en Burgos ha sido siempre la base de esta Asociación Diocesana que nació con la misión de contribuir al desarrollo integral de los niños y jóvenes de Burgos, logrando ciudadanos críticos y comprometidos. El trabajo de Scouts Burgos se basa en la educación en el tiempo libre, a través del Método Scout ideado por Baden Powell, teniendo como modelo la persona de Jesús de Nazaret.
A día de hoy, en nuestra ciudad, existen cinco grupos pertenecientes a la Asociación Diocesana Scouts Burgos. El Grupo Scout Castores, vinculado a la parroquia de la Sagrada Familia; el Grupo Cucaña Nº1 cercano a la parroquia de San Pedro y San Felices; el Grupo La Yecla, afín a la parroquia de San Juan Evangelista; el Grupo Rododendro, que aunque no está vinculado a ninguna parroquia, mantiene relación con la de Santo Domingo y La Inmaculada, debido a que el que fue consiliario de Scouts, Emiliano Nebreda, ha sido párroco de esta última durante un largo periodo de tiempo; y el Grupo Sayela, propio del Colegio La Salle. Los niños y jóvenes, están divididos por grupos según edades, lo que permite realizar actividades adaptadas a su desarrollo personal.
El equipo de Permanente de Scouts Burgos es el encargado de establecer las líneas pedagógicas y de gestión junto con los jefes de cada uno de los grupos Scouts.
Este movimiento ha ido creciendo con el paso de los años y muchos jóvenes han desarrollado su autonomía. José Fernando García, es profesor y forma parte de la historia de Scouts Burgos. Todos le conocen como «Jota». Ha trabajado con cientos de jóvenes a los que siempre ha inculcado el compromiso de construir un mundo mejor. «Les invitamos a ser los actores principales de su propio desarrollo, esto supone favorecer su autonomía y autoconocimiento para intentar ser cada día un poco mejores. Desde pequeños trabajamos con ellos la importancia de revisar lo que hemos hecho para poder mejorarlo, intentamos desarrollar su capacidad crítica y su capacidad de búsqueda de alternativas ante los problemas que se nos planteen, para así poder afrontarlos y superarlos con alegría. Todo esto va configurando la personalidad de los scouts a través de una forma de vida basada en unos valores y en el compromiso de construir un mundo mejor» señala Jota.
450 niños y jóvenes pertenecen actualmente a estos grupos diocesanos. El papel de todos ellos en los Scouts, es fundamental. «Ellos eligen y organizan las actividades que quieren desarrollar y se establecen sus objetivos de desarrollo personal. Los responsables scouts somos acompañantes en su proceso de crecimiento» sostiene Jota, quien se encarga junto con otros scouts, de la organización de las actividades más importantes. «Durante quince días, en verano, hacemos de un campamento en plena naturaleza, nuestro hogar. Allí convivimos con otros scouts y vamos fraguando amistades. Aprendemos a desarrollar nuestra personalidad teniendo en cuenta que no estamos solos, sino que hay muchas personas con las que compartimos este mundo, y por ello, es necesario vivir acorde a unos valores». Para promover una buena convivencia, el grupo Scouts, recoge todos estos valores en la que llaman la «Ley Scout».
Se reúnen los sábados por la tarde, y con el objetivo de fomentar la educación de los jóvenes en su tiempo libre, organizan a lo largo del curso decenas de actividades, dinámicas y proyectos. «No podemos olvidar las actividades de servicio a los demás, muchas de ellas realizadas en colaboración con otras asociaciones. Pretendemos fomentar el compromiso de los scouts con los más necesitados, experimentando la satisfacción de dar sin recibir nada a cambio» cuenta este scout, destacando la celebración de la Luz de la Paz de Belén, el día de su fundador Baden Powell o de su patrón San Jorge, como los días más relevantes para los grupos.
Vida de fe
La Asociación Diocesana Scouts Burgos no olvida que es un movimiento católico, por ello pertenecen y forman parte de la Iglesia. Ofrecen a los niños y adolescentes un lugar en el que conocer, desarrollar y compartir su fe. Carlos Navarro, vicario parroquial de San Lesmes Abad y consiliario de Scouts Burgos, recalca la importancia de tener presente el Evangelio en cada acción que realiza Scouts. «Dentro del escultismo educamos en el modelo de persona de Jesús de Nazaret, por ello, para Scouts, el Evangelio es fundamental. A través de él, conocemos la vida, virtudes y actitudes de Jesús. El Evangelio nos muestra el ejemplo claro que tenemos que seguir como scouts en nuestro actuar y vivir diario».
Pero no sólo la Iglesia es esencial para Scouts, sino que estos grupos también son fructíferos para la Iglesia. Un binomio perfecto que cada Navidad se aprecia en el reparto de la Luz de la Paz de Belén. «Gracias a este proyecto de ámbito internacional, Jesús está presente en cada hogar. Es un momento de recogimiento muy especial porque preparamos la oración joven de la Delegación de Infancia y Juventud de la diócesis, lo que nos hace sentirnos más cercanos a la Iglesia y nos ayuda a cumplir nuestra misión como cristianos de transmitir la alegría de nuestra fe» expresa Navarro.
Sin duda alguna, la dedicación de la Luz de la Paz de Belén es muy especial para todos los scouts, una oportunidad privilegiada para dar a conocer su mensaje. El reparto de la Luz se realiza por muchos países del mundo.
Cientos de jóvenes han formado parte de Scouts Burgos y han profundizado gracias a este movimiento valores de compromiso, respeto y fraternidad. Desde el escultismo, Scouts Burgos acerca a los niños y jóvenes a Dios, teniendo siempre como objetivo, propiciar el encuentro con Jesús, una práctica que destaca Carlos Navarro. «No todos los miembros de Scouts proceden de parroquias o forman parte de algún grupo parroquial. Les ofrecemos la oportunidad de desarrollar su dimensión espiritual mediante juegos, dinámicas, debates, oraciones, celebraciones… queremos que aumenten su relación con Dios».