Santo Domingo de Guzmán, predicador para un mundo materialista que no reconoce la trascendencia
Al nuncio de Su Santidad en España, monseñor Bernardito Auza, le unen muchas cosas con santo Domingo de Guzmán. El prelado estudió en las escuelas universitarias que los Dominicos poseen en Manila y en Roma, y Caleruega fue uno de los primeros lugares que visitó cuando vino a España por primera vez en 1986. Por ello, y 35 años después, no dudó en aceptar «con gusto y alegría» la invitación que el arzobispo, don Mario Iceta, le hizo para presidir ayer la solemne eucaristía en honor del patrono de la provincia, justo cuando se cumplían ocho siglos de su «dies natalis».
El nuncio portó a los presentes el «saludo afectuoso» del papa Francisco y señaló que santo Domingo, que «tanto bien ha hecho a la vida de la Iglesia», es también «capaz de hablar al siglo XXI». Hoy en día, en una época en la que «la fe parece haber perdido su lugar cultural» y donde «el bien y el mal aparecen como dos principios indiscriminados», santo Domingo se presenta como «un alma llena de luz, flexible e insondable», como un «predicador de gracia» que indica que «todo acontece por voluntad de Dios, por amor».
El representante del Santo Padre en España aseguró que hoy «nos enfrentamos a manifestaciones cambiantes de los mismos desafíos pastorales» que vivió el santo dominico en su época, donde las herejías albigense, gnóstica o pelegiana eran (y aún hoy son en cierto modo) un síntoma de vivir «apegados al materialismo que no reconoce la trascendencia». El patrono de la provincia urge así a los cristianos del siglo XXI a «hablar con Dios y de Dios», a poner «la oración y la conversión personal» en primer plano, a vivir la virtud de la humildad –«solo un hombre humilde es capaz de Dios»– y a potenciar la devoción a la Santísima Virgen.
La celebración tuvo lugar en el monasterio de las Madres Dominicas de Caleruega y contó con la asistencia de numerosas personalidades políticas de la provincia, con el presidente de la Diputación, César Rico, a la cabeza, que hizo el tradicional voto al santo patrón. Además del arzobispo, también estuvieron presentes el arzobispo emérito, don Fidel Herráez, el obispo emérito de Jaén, don Ramón del Hoyo, el obispo de Osma, don Abilio Martínez, y el provincial y prior de los padres Dominicos. El Orfeón Arandino acompañó el canto litúrgico y numerosas personas siguieron el acto desde la calle, ante las limitaciones de aforo en el templo, y a través de las ondas de RTVCyL en toda la Región.
Fotos: Ricardo Ordóñez – ICAL