Feligreses de Belorado, Sevilla, Córdoba o Murcia han peregrinado hasta la Catedral

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En los últimos días, varios grupos de jóvenes de diferentes zonas de España han peregrinado hasta la Catedral con motivo del Año Santo. Desde que se inició el pasado 7 de noviembre de 2020, más de 8.000 fieles y grupos de distintos lugares del país se han acercado hasta la Catedral de Burgos. La pandemia ha propulsado a la Santa Sede a prorrogar hasta el 5 de junio el Año Jubilar.

 

Desde la parroquia de Santa María la Mayor y San Pedro Apóstol de Belorado, un grupo de colaboradores ha participado junto con los dos sacerdotes en el itinerario jubilar. Todos ellos, han ido realizando los pasos en cada una de las puertas de la Seo. Los feligreses beliforanos mostraron especial interés en localizar las imágenes de Santa Casilda y de San Vitores en el templo gótico. Culminaron su peregrinación participando en la misa capitular celebrada a las 19:30 horas con el canto de la oración de Vísperas.

 

También otros grupos de fuera de nuestra diócesis han realizado los cinco ritos del Año Jubilar: la peregrinación, atravesar la Puerta Santa, participar en la celebración de la reconciliación, ofrecer limosna y orar por la Iglesia Universal. Entre ellos, un grupo de cincuenta y cinco jóvenes de la pastoral universitaria de Sevilla hicieron parada en la Catedral de Burgos. Centrados en el sentido del jubileo, atravesaron la Puerta Santa del Perdón, donde fueron acogidos. Celebraron la Eucaristía en la capilla de Santa Tecla con la presencia de la imagen de María Inmaculada. Durante estos días se está rememorando la visita de la Virgen al apóstol Santiago en el año 40, y esta peregrinación se ha detenido en Burgos.

 

Muy numerosa ha sido la participación de un grupo de jóvenes llegados desde Murcia para lucrar las gracias jubilares. Tras cruzar la Puerta del Perdón celebraron la oración de Laudes, y en la capilla del Santo Cristo rezaron por las intenciones del papa Francisco e hicieron profesión de su fe con el Credo.

 

Desde la localidad cordobesa de Lucena, otra comunidad de jóvenes se ha acercado a la acogida en la Puerta Santa y ha visitado la Seo en clave catequética. Descubrieron así un mensaje de salvación desde el lenguaje del arte en distintas épocas.

La Santa Sede prorroga hasta el 5 de junio el Año Jubilar de la Catedral

por redaccion,

puerta santa año jubilar

 

La Santa Sede prorroga hasta el próximo 5 de junio de 2022, solemnidad de Pentecostés, el Año Jubilar con con motivo del VIII Centenario de la Catedral. En respuesta a una petición presentada por la archidiócesis de Burgos y a causa de la pandemia del covid-19, la Penitenciaria Apostólica ha decidido prolongar las gracias jubilares en la Catedral «por el honor de Dios, de la beata Virgen María y para la consolación espiritual de los fieles» por «mandato del papa Francisco», tal como se remite en una carta firmada por el cardenal Mauro Piacenza el pasado 22 de julio.

 

La Santa Sede alarga así siete meses más el Año Santo, iniciado el pasado 7 de noviembre de 2020 y que debería haberse concluido el próximo 8 de noviembre, permitiendo a los fieles que se acerquen hasta el templo lucrar la indulgencia plenaria cumpliendo con una serie de requisitos, como participar en los sacramentos de la penitencia y la eucaristía, orar por la Iglesia y el Papa y realizar actos de caridad.

 

Desde que comenzara el Año Santo, han sido más de 8.000 los fieles y grupos de distintos lugares de la provincia y el país (Lucena, Sevilla, Córdoba, Murcia, Madrid, Santiago de Compostela, entre otros) que se han acercado hasta la Catedral para celebrar el Jubileo. Cada tarde, a las 19:00 horas, tiene lugar la acogida de los peregrinos y el rito de apertura de la Puerta Santa para celebrar, a las 19:30 horas, la eucaristía Jubilar en el interior del templo. La archidiócesis de Burgos ha preparado, además, un itinerario espiritual para que todos los grupos que acudan a la Seo comprendan el significado teológico del edificio y puedan vivir con mayor plenitud las gracias de este Año Santo.

Tiempo para serenar el alma

por redaccion,

verano

 

Queridos hermanos y hermanas:

 

Adentrados en un periodo que ojalá sea de serenidad y descanso, Dios –una vez más, después de todo este tiempo de pandemia– nos concede la oportunidad de disfrutar de la belleza de la creación, al lado de las personas que confirman y dan sentido a nuestra existencia.

 

El verano es tiempo de familia, de amistades, de respiro, de pobres y de Dios.

 

La familia es el hogar de nuestro amor cotidiano, la casa donde el pan, la paz y el corazón siempre están dispuestos. En estos días de descanso, es esencial convertirnos en custodios de este regalo para que no olvidemos la importancia de cuidar, con compasión, la fragilidad que conforma nuestra propia carne y sangre. Esta iglesia doméstica nos enseña, día tras día, y a ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret, el verdadero sentido del amor.

 

«Un amigo fiel es una protección segura; el que lo encuentra ha encontrado un tesoro» (Ec 6:14). Un verdadero amigo es un bálsamo de vida que «no se paga con nada y no hay precio para él» (Ec 6:15). Las amistades, para cualquier persona que se adentra en el corazón del Misterio, están en el corazón de la fe: en ellas encontramos nuestro lugar, nuestra morada, nuestro alivio. Los amigos verdaderos son amanecer, consuelo, faro y puerto seguro cuando nuestra barca naufraga a la intemperie. Vivir este tiempo vacacional junto a ellos nutre de estabilidad nuestra preciosa condición de hijos amados del Padre.

 

Las vacaciones son, también, un respiro: una tregua de calma, serenidad y sosiego para el espíritu, para volver a habitarnos de nosotros mismos. Qué bonito es volver a esa fuente «que mana y corre», ese deseo de amor tan infinito que nos regala el precioso canto de san Juan de la Cruz (el poeta místico por antonomasia de la literatura española). Ese cantar del alma que acompaña cada uno de nuestros días y «que se huelga de conocer a Dios por fe» nos lleva, en cada gota que mana de esa fuente de Vida, a cada uno de esos instantes en presencia del Amado. Esos momentos que tanto necesitamos; aunque solo sea escuchando el latido de su corazón, aunque sea de noche.

 

Y no podemos, durante estos días, descuidar a los pobres: el lugar de la Iglesia, los preferidos del Padre. Ellos, quienes moldean cada letra de la palabra Evangelio, han de tener hueco en nuestros corazones, en nuestros equipajes, en nuestros momentos de descanso. El vínculo inseparable entre nuestra fe y los pobres (EG 48) ha de permanecer sólidamente anclado en el corazón. Como Cristo, aquel que fue enviado por el Padre a «evangelizar a los pobres y liberar a los oprimidos» (Lc 4, 18), hemos de abrazar con amor y gestos concretos a todos los afligidos por la debilidad humana. También en esta época estival que la vida nos regala.

 

Y hemos de hacerlo, junto a la familia, los amigos y uno mismo, con Dios en la mirada. Porque solamente en Él, y con Él, todo adquiere su verdadera profunidad y sentido. Desde la oración (que es el hilo suplicante que nos conecta directamente con las manos gastadas del Señor) hasta la acción (como ese quehacer cotidiano que llena de sentido cada detalle que ofrecemos).

 

Y de la mano de la Santísima Virgen María, ese testimonio viviente de amor materno hecho vida en sus ojos de discípula y madre. En Ella ponemos cada gesto, cada paso y cada acción de estos días de descanso, para que bajo el manto de su maternidad nos sintamos protegidos, amparados y cuidados.

 

Con gran afecto, os envío la bendición de Dios y os deseo un feliz descanso.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos