El silencio regresa a las calles no por decreto, sino por devoción

El Cristo de la Salud ha salido a la calle después de dos años sin hacerlo a causa de la pandemia. Penitentes de diferentes cofradías han vuelto a jurar silencio en la procesión burgalesa más sobria.
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Pasa la media noche. El sutil golpe de un tambor a la puerta de la iglesia de San Cosme y San Damián apenas rompe el estremecedor silencio que reina en el lugar a causa del juramento que, instantes antes, han realizado miembros de diferentes hermandades y cofradías de la ciudad, vestidos con un sobrio hábito franciscano. La procesión del Silencio, tras dos años de pandemia, ha vuelto a las calles de la ciudad portando la imagen de un sobrio Cristo crucificado perteneciente a la escuela castellana de mitad del siglo XVI, que ha recorrido algunas calles de la zona sur de la ciudad hasta la Catedral, donde se ha elevado una oración por los difuntos, especialmente los de la pandemia.

 

El Cristo de la Salud se ha convertido en una talla de especial significado en lo que parece la desescalada final del coronavirus y que permite que los actos de piedad vuelvan de nuevo a las calles de la ciudad. El silencio impuesto hace dos años se ha asumido de nuevo no por decreto, sino por el deseo expreso de casi un centenar de penitentes que han querido con esta señal de duelo comenzar la Semana Santa, respetado por numerosas personas que han secundado el acto. «Si guardáis silencio, Dios Padre, que es todo amor, os lo premie. Y si no es así, el Señor, que es todo misericordia, os lo perdone», les ha exhortado el párroco de San Cosme, Máximo Barbero, antes de emprender la procesión, recuperada en 2016 tras siglos en el olvido y convertida en la más austera de la capital.

 

No ha sido el primer desfile en salir a las calles en la recuperada Semana Santa burgalesa. Horas antes, en el barrio de San Pedro de la Fuente, la cofradía de la Oración en el Huerto ha sacado en procesión la imagen de la Virgen de los Dolores, una talla de vestir de autor desconocido.

 

Mañana sábado, el programa de actos cuenta con otros tres desfiles: una procesión infantil con salida desde la iglesia de San Gil, una procesión penitencial por la barriada Juan XXIII y la salida de la Virgen de las Angustias, ya por la noche, de nuevo desde San Cosme y San Damián.

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