Un nuevo Círculo de Silencio invita a construir un futuro con migrantes y refugiados
Un nuevo Círculo de Silencio en el Paseo Sierra de Atapuerca marcó ayer el inicio de la celebración de la Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado, cuya fecha es el último domingo de septiembre, el día 25. El lema de este año recuerda e invita: “Aquí construimos un futuro con migrantes y refugiados”. «Aquí es en tu ciudad, en tu barrio, en tu pueblo, en tu familia, en tu trabajo, en tu comunidad, en tu asociación, en tu parroquia…», rezaba el manifiesto con el que concluyó la concentración.
«No podemos dejar para el futuro lo que tenemos que hacer hoy. No podemos soñar una sociedad que progresa en convivencia si no ponemos nuestro esfuerzo, nuestro granito de arena hoy. Y en este proyecto nadie debe ser excluido. Si hablamos mucho de la “Casa común”, significa que es de todos y para todos, independientemente de dónde vengamos y dónde hayamos nacido». Como recuerda el Papa en su mensaje para esta jornada, gracias a los migrantes tenemos la oportunidad de conocer mejor el mundo y la belleza de su diversidad, podemos madurar en humanidad y construir un ‘nosotros’ más grande».
Se recordó que «las leyes y las políticas deben contribuir a esta construcción conjunta de la sociedad y, en este sentido, se valoraron las medidas de la última reforma del Reglamento de Extranjería, que han abierto puertas para facilitar el arraigo y la reagrupación familiar. «Aun así, sigue siendo insuficiente, deja fuera a miles de personas que están en situación irregular, a muchas de las cuales, durante la pandemia, hemos llamado “esenciales”». Por ello siguen recogiendo firmas para la Iniciativa Legislativa Popular que pide una regularización extraordinaria.
«Que nos centremos en el “aquí” no significa que dejemos de mirar “allá”, más allá de nuestras fronteras. Desgraciadamente, continúan las guerras, en Ucrania y en otros muchos lugares. Y siguen provocando muertes y desplazamientos forzosos. ¡Basta ya de violencia! Y sigue el goteo de muertos intentado llegar a las costas de España y del sur de Europa». Sin ir más lejos, el 29 de agosto se localizaban 7 cadáveres en playas de Murcia y Alicante, que pueden pertenecer a varias pateras que naufragaron cuando estaban en alta mar. «El futuro que queremos no puede pasar por tantas muertes “colaterales”; es una vergüenza. Nos queda mucho por hacer aquí y allá. Nosotros queremos ponernos manos a la obra, queremos construir juntos. Es posible. Merece la pena», concluyeron.