Las parábolas: pedagogía divina para la catequesis
Si a Jesús le funcionaron hace 2.000 años y han sido cauce de experiencias de fe a lo largo de los siglos, ¿por qué no habrían de ser útiles también a la Iglesia de hoy? Las parábolas son la expresión más sublime de la pedagogía divina. Son narraciones sencillas de leer y entender pero no son cuentos divulgativos para gente ignorante. No son acertijos ni enigmas que haya que desvelar, sino relatos vivos y realistas con un mensaje unitario, imágenes de la vida cotidiana y una finalidad concreta: sumergir a su oyente en el misterio de Dios que se revela en la Historia de la salvación.
Al estudio y análisis de las parábolas y las implicaciones en sus sesiones en las parroquias han dedicado hoy su formación los catequistas del arciprestazgo de Burgos-Vena. Acompañados por Jesús Varga, profesor de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología, medio centenar de catequistas –de los más de 150 que componen este arciprestazgo– han buceado sobre lo que estos escritos pueden suponer en su tarea ordinaria. Han aprendido que con estos relatos Jesús no pretende que sus oyentes aprendan contenidos, sino invitarlos a tener una experiencia del Reino, de la misericordia de Dios o de sus llamadas a la conversión o la vigilancia.
Además de una sesión de carácter teórico sobre el contenido y finalidad que estos textos (unos cincuenta diversos en los evangelios) podían tener en la pedagogía de Jesús, los catequistas han compartido también un momento de trabajo en grupos para analizar varios de estos relatos, bucear en su estructura y escudriñar la intención de Jesús a la hora de narrarlos. La jornada, que se ha desarrollado en los salones de San Martín de Porres, también ha contado con momentos para compartir el trabajo realizado en las parroquias y ha concluido con una oración y un momento de convivencia.