Castilla y León: más de once puntos por encima de la media nacional en alumnos de Religión
Los representantes de las delegaciones diocesanas de Enseñanza de Castilla y León, mantuvieron una reunión en la que analizaron la nueva situación en la que se encuentra la asignatura de Religión en el modelo escolar actual. Ante la nueva ley educativa –la LOMLOE– los responsables de educación en las diócesis reconocieron que «el diálogo permanente con la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León ha permitido mantener prácticamente la misma carga lectiva de la asignatura en todos los niveles». En este sentido, los delegados diocesanos indicaron que «en próximas jornadas se reunirán de nuevo con miembros de la consejería para presentarles propuestas concretas de mejora en orden a diseñar el marco escolar en el que se impartirá el área en el curso 2023-24».
Respecto a los datos obtenidos del estudio realizado en prácticamente la totalidad de los colegios públicos, concertados y privados de Castilla y León, los delegados indican que 162.568 alumnos, es decir el 68,47% del alumnado del sistema escolar obligatorio, cursa el área de Religión. En la provincia de Burgos el porcentaje de alumnos que optan por esta asignatura se sitúa en un 66,25%, sumando un total de 26.177 alumnos matriculados en Religión en los diferentes niveles educativos de los 99 centros escolares de la provincia.
Estas cifras sitúan a Castilla y León más de once puntos por encima de la media nacional y los delegados diocesanos hacen una valoración positiva de estos datos. Aún así, se ha producido una disminución de matriculación y por ello, «invitan a los diferentes actores de las administraciones educativas a buscar soluciones en los modelos escolares europeos que, en la gran mayoría de los casos, integran perfectamente la asignatura en el sistema escolar».
Con la mirada puesta en el siguiente curso académico, los representantes diocesanos de Enseñanza insisten que la clase de Religión «asume e integra la experiencia religiosa cristiana en la cultura y ofrece una formación decisiva en la construcción de la identidad personal y social del alumno». Para Manuela García, delegada diocesana de Enseñanza en Burgos, «la asignatura de Religión contribuye a la formación integral de la persona». Y en esta clave se plantea que esta materia en Castilla y León «sea una llamada a provocar un diálogo entre la fe, la razón y las ciencias para seguir creando espacios donde quepamos todos, fomentando la cultura del encuentro, de la creación de redes y de la acogida».
En este nuevo escenario curricular, los delegados diocesanos preparan ya un encuentro regional de profesores, previo a un congreso de carácter nacional en el que se compartirán buenas prácticas docentes que ayuden a mejorar la calidad de la formación del profesorado para que esta redunde en el mejor servicio a la educación de sus alumnos.