Así ha sido la felicitación de Navidad del arzobispo a la archidiócesis

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Este viernes, 22 de diciembre, el arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, ha realizado la tradicional felicitación de la Navidad a la curia diocesana y a la archidiócesis. La mañana ha comenzado con una meditación predicada por el vicario territorial de la archidiócesis, Julio Andrés Alonso Mediavilla, en la capilla de la Casa de la Iglesia. Esta oración estaba dirigida a todas las personas que habitualmente colaboran en el trabajo de la curia —los sacerdotes, el personal laboral y los voluntarios—.

 

Tras la meditación, el personal de la Casa de la Iglesia ha posado para la fotografía navideña de la curia, antes de participar en la felicitación de la Navidad que el arzobispo ha dirigido a toda la archidiócesis, en una sencilla celebración de la Palabra en la capilla de la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos, de la que Mons. Iceta es, además, gran canciller. Una liturgia que ha concluido con la adoración del Niño Jesús que nace en Belén.

 

Para terminar la celebración, todos los participantes han sido invitados a compartir un rato de conversación en el patio de la Facultad, mientras disfrutaban de un ágape y de los dulces tradicionales de estas fechas.

«El amor de Dios nacido en Belén»

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Queridos hermanos y hermanas:

 

«La Navidad es un símbolo de sufrimiento y, al mismo tiempo, de triunfo de la humanidad, del hombre, como hijo de Dios. Sufrimiento porque Jesús vino a nacer en un mundo de exilio y dificultades; triunfo porque, al hacerse hombre, salvó a la humanidad, venció a la muerte y ofreció la resurrección». Acojo hoy, con especial respeto y admiración, estas palabras de la Madre Teresa de Calcuta; e intento hacerlas mías en este día tan especial en el que celebramos el nacimiento de Jesús.

 

Ella quiso estar personalmente y por entero en contacto con Jesús «que vive en los pobres». Así, un 25 de diciembre de 1948, nada más terminar la Misa de Navidad, lo dejó todo y se adentró en un peligroso barrio de Calcuta. Quería estar con los pobres, ser parte de su dolor, dejarse la vida por ellos. Y se quedó a vivir en aquel lugar. Allí acabaría construyendo una escuela y, aunque Dios después le llevara por otros caminos, cada año, por Navidad, la Madre Teresa volvía allí para celebrar esta fecha con los preferidos del Padre: los niños enfermos de lepra o de sida o los moribundos de Calcuta.

 

Madre Teresa de Calcuta encontraba a Jesús en los más necesitados, en aquellos a quienes la sociedad de su tiempo despreciaba, en la miseria que se esconde en los más pobres de los pobres. Y así nacía cada día en el pesebre de su corazón. «Amarle y servirle en los pobres es para mí la mayor de las recompensas», repetía incansablemente la fundadora de las Misioneras de la Caridad.

 

Hoy, cuando celebramos la Navidad, lo hacemos abrazando la ternura de Dios: un Dios que se hace niño para estar cerca de cada uno de nosotros, para propiciar su encuentro con nuestra intimidad. La pequeñez, la miseria y la humildad del establo nos adentran en el misterio del amor: un Amor frágil, recién nacido y envuelto en pañales, que –aun siendo Dios– nace en la más absoluta desnudez para vestir de consuelo nuestras vidas.

 

La voz del Amor solo puede ser escuchada en silencio. ¿Estamos preparados para abandonar los ruidos y permanecer, con Él y en Él, en el silencio interior? Quizá es el momento de preguntarnos cómo queremos vivir estos días: ¿lo haremos desde la mansedumbre, la contemplación y la paz del pesebre o, por el contrario, nos dejaremos llevar por estilos de vida ajenos a la verdad del misterio de la Navidad?

 

«La Navidad no se trata solo de algo emotivo, sentimental», destacaba el Papa Francisco durante la Misa de Nochebuena del año 2013; «nos conmueve porque dice la realidad de lo que somos: somos un pueblo en camino, y a nuestro alrededor –y también dentro de nosotros– hay tinieblas y luces». Y en esta noche, confesaba el Papa, cuando el espíritu de las tinieblas cubre el mundo, «se renueva el acontecimiento que siempre nos asombra y sorprende: el pueblo en camino ve una gran luz que nos invita a reflexionar en el misterio de caminar y de ver».

 

Dejémonos sorprender durante estos días por la luz que disipa las tinieblas y que lleva a la vida (cf. Jn 1, 4-5), siendo plenamente conscientes de que la luz y la salvación de Dios nos amparan del peligro en momentos de prueba (cf. Salmo 27) y nos muestran el camino hasta sus brazos: «Ando errante como oveja perdida; búscame, pues no me he olvidado de tus mandamientos» (Salmo 119, 176).

 

San León Magno decía que no podía haber lugar para la tristeza cuando acababa de nacer la Vida, «la misma que acaba con el temor de la mortalidad y nos infunde la alegría de la eternidad prometida». Ante un escenario tan lleno de esperanza y ante un don tan indescriptible, ¿cómo no vamos a vivir con ojos nuevos de resucitados?

 

Hoy, día de Nochebuena, le pedimos a la Virgen María, la Madre del amor y de la espera, que vuelva a poner al Niño recién nacido en nuestros brazos, para que durante esta Navidad acojamos a Jesús en el pesebre de nuestro corazón: para que lo llene de generosidad y de misericordia, de humildad y de amor.

 

Con gran afecto, os deseo una Feliz y Santa Navidad.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa
Arzobispo de Burgos

La Fundación UMAS concede a la archidiócesis una ayuda de casi 5.000 euros para formación

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El vicario general de la archidiócesis, Carlos Izquierdo Yusta, ha recibido del delegado de UMAS en Burgos, Juan Carlos Benito Martínez, la cantidad de 4.989,98€ para cursos de capacitación profesional y pastoral de los agentes de la archidiócesis.

 

Una de las apuestas importantes de la archidiócesis de Burgos es la capacitación profesional en aquellos servicios pastorales o administrativos en los que se requiere una cualificación especial. La sugerencia proviene de las Conclusiones de la reciente Asamblea Diocesana, concluida en 2022. El Consejo Episcopal se hizo eco de ella y en septiembre pasado decidió poner a disposición de los nuevos delegados o directores de departamentos las cantidad de 6.000€ para la financiación parcial de cursos monográficos o másteres en 2023.

 

En estos cuatro meses se han recibido 7 peticiones de ámbitos como la pastoral familiar, el patrimonio, la educación o la Oficina de Protección de Menores. Aparte de los recursos propios y de las instituciones públicas como la Junta de Castilla y León, la archidiócesis ha recibido una ayuda de 4.989,98€ desde la Fundación UMAS. Esta ha sido destinada para financiar un máster de Gestión de Patrimonio que se desarrolla en la Universidad de Valladolid, un máster en la Universidad Francisco de Vitoria y parte de los cursos que imparte la Oficina de Protección de Menores en colaboración con Voluntared.

 

La colaboración entre esta Fundación, perteneciente a la Mutua de Seguros UMAS, y la archidiócesis es muy estrecha desde hace años. Recientemente colaboró en el encuentro nacional de delegados de Patrimonio o en el Congreso Internacional de las Catedrales. Una vez más, como ejemplifica la foto de entrega, la Archidiócesis de Burgos expresa, a través del delegado territorial, Juan Carlos Benito, el agradecimiento a esta aseguradora por financiar un proyecto más de Burgos.

«La plenitud de Dios en la fragilidad de un Niño»: así ha sido el pregón de Navidad del arzobispo

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La Catedral ha acogido esta tarde una de las citas más esperadas de la Navidad en Burgos, el pregón de la Fundación Círculo, que este año ha pronunciado Mons. Mario Iceta. Tras la bienvenida al templo del deán-presidente del Cabildo de la Catedral, Félix José Castro Lara, y la presentación del pregonero a cargo del presidente de la Fundación Círculo Burgos, Emilio de Domingo Angulo, el arzobispo de Burgos ha subido al atril instalado en el presbiterio de la nave central para pronunciar su pregón.

 

Mons. Iceta ha dividido su pregón navideño en cinco capítulos, trufadas de citas de la Sagrada Escritura, de homilías y discursos de los papas Benedicto XVI y Francisco, de escritos de santos como Juan Pablo II o Edith Stein, de piezas musicales como el popular villancico Noche de paz, de Franz Xaver Gruber, o el famoso oratorio navideño El Mesías de Haendel, y siempre con referencias a la imponente arquitectura gótica de la Catedral, que ha acogido este pregón.

 

En el prólogo de su pregón, Mons. Iceta ha recordado que el Nacimiento de Jesús es un acontecimiento que «cambiará para siempre el corazón de la humanidad, su historia y el universo entero. Ya nada será igual. (…) La vida de Dios, que reviste nuestra fragilidad y es fuente perenne de amor y esperanza. La pax romana de aquella plenitud del tiempo terrenal se ve abrazada y superada por una Paz nueva, la del Niño Dios, nacido en Belén, Príncipe absoluto de los siglos, cuyo Reino no tendrá fin».

«Que la Navidad se haga realidad en nuestras vidas»

El arzobispo ha continuado con la segunda sección del pregón, titulada Medianoche, en la que ha evocado escenas que muchos vivirán la noche del 24 de diciembre: «La Nochebuena es un acontecimiento que reúne a las familias en torno al pesebre y nos enseña a ser familia, a agradecer este don inmenso, necesitado de cuidado, tantas veces frágil, en el que se nos acoge y ama tal y como somos. Es escuela primordial e insustituible de humanidad, amor y fraternidad».

 

«Nos sentimos amados, inundados por una esperanza nueva que nos invita a hacernos sencillos, como los pastores. Necesitamos abrir las puertas de nuestras limitadas y acartonadas seguridades para acoger el anuncio de lo eterno, de una sorprendente novedad que se revela en lo cotidiano de nuestras vidas», prosigue Mons. Iceta, que analiza la liturgia de la Misa del Gallo, «la más popular y entrañable de la Navidad».

 

«Cantamos la paz nueva y definitiva que sólo Dios puede otorgar. (…) Cuánto necesitamos de esta paz, que es fruto de la verdad y la justicia, el amor y la misericordia, la conversión y el perdón: paz en nuestro corazón, paz en las familias, paz en nuestra tierra, paz en el mundo entero, en Ucrania, en Gaza e Israel y en tantos lugares olvidados que no aparecen en los titulares de los noticieros, paz en toda la creación», ha señalado.

 

El arzobispo ha recordado a los descartados, para los que también nace el Niño, «luz de los pobres, los que no cuentan, los migrantes, los que sufren, los que no encuentran trabajo, los que están solos; para que compartamos en la misma mesa generosa los dones que Dios ha puesto en nuestras manos. Si María y José no hallaron posada, todos la deben encontrar nuestros hogares, para que la Navidad se haga realidad en nuestras vidas».

«Miramos al mundo como Dios lo mira, con misericordia y compasión»

Ya en La mañana del día de Navidad, Mons. Iceta recuerda que «es el día del cumpleaños de Jesús. Hemos de ir a felicitarle al pesebre». También se fija en la liturgia de la misa de la Natividad del Señor, en especial en el Evangelio de ese día: «San Juan nos habla de Dios como fuente de luz, vida y amor. Y testimonia su venida como principio de una nueva relación que genera la filiación divina y la fraternidad para las que hemos sido creados, porque no hemos nacido sólo de carne y sangre, sino de Dios».

 

El cuarto epígrafe de este pregón proclamado por el arzobispo de Burgos lleva por título Atardecer del día de Navidad y, en él, Mons. Iceta se fija en el Himno de Vísperas, en el que la Iglesia «canta su amor, postrada ante el Niño en los brazos de su Madre». «Volvemos la mirada y el corazón a María, a quien nuestros antepasados dedicaron esta imponente Catedral. Y le pedimos que nos mire como mira a su Hijo en su regazo. Cómo se cruzan las miradas de la Madre con el Hijo, y cómo se dicen todo sin pronunciar palabra».

 

«También el corazón se vuelve a José, que vigila la noche, que todo lo dispone con suavidad y fortaleza, que acompaña la maternidad de María custodiando al Niño. (…) Con ellos miramos al mundo como Dios lo mira, con misericordia y compasión. Hoy lo contemplamos con una mirada nueva. (…) ¡Cómo brilla desde ahora y para siempre con el reflejo de la luz de Dios nacido en Belén, que debe reflejarse en todos los corazones!», apunta el pregonero.

«Sencilla invitación a vivir la Navidad con profundidad y alegría»

En el epílogo de este pregón, el arzobispo ha recordado que «estamos a las puertas de la Navidad. Apuramos el tiempo de Adviento con la oración de la Iglesia que aguarda al Esperado de las naciones en esta semana mayor del Adviento. (…) Incluso los fieles de otras confesiones y los no creyentes, para los cuales la vieja historia del Niño de Belén no significa nada, se preparan para esta fiesta pensando cómo pueden ellos encender aquí o allá un rayo de felicidad».

 

«Que este pregón, orado y escrito con cariño, pensando en todos y cada uno de vosotros, se convierta en una sencilla invitación a vivir la Navidad con profundidad y alegría, y disponga nuestros corazones para apurar los últimos compases del Adviento para acoger a quien cura todo desamor y sana toda herida», ha concluido Mons. Mario Iceta.

 

Tras el pregón, se han sucedido las actuaciones musicales del coro del colegio público Los Vadillos, ganador del LXV Certamen de Villancicos de la Fundación Círculo, de la Orquesta de Cámara Santa Cecilia del Círculo, dirigida por Miguel Ángel Cuevas Vicario y de la Schola Cantorum Burgos del Círculo, dirigida por María José Barrio Morquecho.

 

En estos enlaces se puede consultar el texto íntegro y el vídeo del pregón de Navidad de la Fundación Círculo de 2023, titulado La plenitud de Dios en la fragilidad de un Niño, a cargo de Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo de Burgos.

El arzobispo continúa con su visita pastoral en la Real y Antigua de Gamonal

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El arzobispo de Burgos continúa realizando la visita pastoral al arciprestazgo de Burgos-Gamonal. En esta ocasión, ha llegado el turno de que Mons. Mario Iceta visite la parroquia de Santa María la Real y Antigua. La primera toma de contacto ha llegado este viernes, 15 de diciembre, con el diálogo personal entre el arzobispo y cada uno de los sacerdotes que componen la parroquia. Ha sido «un diálogo cercano, en el que cada uno hemos tenido la oportunidad de transmitirle nuestra situación personal, así como la realidad de la parroquia desde nuestra perspectiva», explican, a la vez que califican ese encuentro como «positivo y alentador».

 

Después, Mons. Iceta ha mantenido un encuentro con el equipo de voluntarios de Cáritas parroquial. Uno de sus miembros le ha presentado la realidad de precariedad a la que se enfrentan tantas familias en la parroquia y, a continuación, se han presentado cada uno de los presentes. En una conversación «distendida y jovial», los asistentes han podido presentarle al arzobispo su situación y sus inquietudes. Pronto se ha creado entre el arzobispo y los asistentes una confianza que ha impregnado al encuentro de un diálogo «rico y expresivo».

 

Tras ese encuentro con Cáritas, ha llegado el momento del diálogo con los miembros del Consejo Pastoral de la parroquia. Tras las presentaciones, Mons. Iceta los ha animado, como representantes de la comunidad, a derrochar imaginación para hacer el Primer Anuncio, cuidando a su vez a todos los que ya viven su fe y participan en la parroquia.

 

El arzobispo también ha tenido la ocasión de conocer a los diferentes grupos que componen la parroquia. Presentados por su representante en el Consejo, y tras informar sobre su misión y tarea en la parroquia, Mons. Iceta los ha animado a «seguir viviendo y fortaleciendo su fe desde el encuentro personal con Jesús, en compromiso de ser buena noticia fuera de los muros del templo». También ha hablado de la importancia de la pastoral familiar y, después de un diálogo abierto, en el que algunos de los asistentes le han planteado sus inquietudes, el encuentro ha concluido invocando a la Virgen de la Antigua cantando su himno.

 

En la segunda jornada de la visita pastoral, el domingo, 17 de diciembre, el arzobispo ha mantenido un encuentro con las catequistas de la parroquia, así como con los padres y los niños de catequesis. Mons. Iceta ha comenzado dialogando con los padres de la importancia y de los retos de la familia y de la educación de los hijos, e insistió en la importancia de apostar por la pastoral familiar. En el diálogo con los catecúmenos, gracias a la cercanía del arzobispo y la espontaneidad de los niños, se han producido unos momentos «entrañables».

 

Tras ese encuentro, toda la parroquia ha participado en la misa estacional de la visita pastoral. En torno al pastor, la comunidad de la Real y Antigua ha celebrado la eucaristía en el III Domingo de Adviento, domingo de Gaudete. Antes de la bendición final, Mons. Iceta ha bendecido a las figuritas del Niño Jesús que tanto niños como adultos han traído y que, en unos días, presidirán los belenes de las casas. Tras la celebración eucarística, el arzobispo ha compartido un aperitivo en los salones parroquiales con el que ha puesto fin a la visita pastoral a la Real y Antigua de Gamonal.