El arzobispo participa en la inauguración de ‘Hospitalitas’ en Villafranca del Bierzo

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En la mañana de ayer, miércoles 12 de junio, se inauguró la sede castellano-leonesa de una nueva edición de Las Edades del Hombre, titulada Hospitalitas, en Villafranca del Bierzo, León y diócesis de Astorga. A la inauguración acudió Su Majestad el rey Felipe VI, acompañado de un gran número de obispos, entre los que se encontraban Mons. Abilio Martínez Varea, obispo de Osma-Soria y presidente de la Fundación Las Edades del Hombre; y Mons. Jesús Fernández González, obispo de Astorga, que ejerció de anfitrión. Además, les acompañaron Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo de Burgos; Mons. Francisco José Prieto Fernández, arzobispo de Santiago de Compostela; Mons. Luis Ángel de las Heras, obispo de León; Mons. Alfonso Carrasco Rouco, obispo de Lugo; Mons. Fernando García Cadiñanos, obispo de Mondoñedo-Ferrol; y el obispo emérito de Santander, Mons. Manuel Sánchez Monge. Por parte de la archidiócesis, además del arzobispo, acudieron el vicario general, Carlos Izquierdo Yusta, el delegado de Patrimonio, Juan Álvarez Quevedo, y el director del Taller de Restauración, Antonio García Ibeas.

 

En primer lugar, el grupo visitó la iglesia de Santiago, donde una proyección audiovisual en 360 grados representaba, a través de diferentes personajes bíblicos, distintas escenas de hospitalidad. Después de esta primera parte, el grupo acudió a la colegiata de Santa María, donde esperaba el grueso de la comitiva. Allí, Su Majestad fue recorriendo las distintas estancias de la exposición. Una muestra en la que la archidiócesis de Burgos ha contribuido con 25 piezas, distribuidas entre sus dos sedes de Villafranca del Bierzo y Santiago de Compostela.

 

Al concluir el recorrido de Hospitalitas, Su Majestad inauguró el Libro de Honor con una extensa dedicatoria y llegó el momento de los discursos, realizados en una sala en la que se expone uno de los tapices con los que la archidiócesis ha contribuido a la exposición. En sus palabras, el obispo de Astorga reconoció que «el arte cristiano en sus diversas formas se revela como un lenguaje universal que trasciende barreras corporales y lingüísticas. A través de la belleza y la creación, el arte nos ofrece un atisbo de la gloria de Dios y nos invita a contemplar los misterios de nuestra fe de una manera profunda y tangible», señaló Mons. Fernández, antes de añadir que «hoy también es el patrimonio que derriba fronteras para unir dos territorios con lazos de fraternidad, Galicia y Castilla y León».

 

El próximo miércoles, 19, será la inauguración de la parte de Hospitalitas que acoge Santiago de Compostela de manera simultánea a Villafranca, «dos lugares irremediablemente unidos por el Camino de Santiago», subrayó el obispo. Un Camino de «hospitalidad» que es el eje vertebrador de la presente edición de Las Edades del Hombre como lo es también «del Viejo Continente que se debate entre dos posturas extremas: convertirse en un modelo de eficiencia económica o hacer tabla rasa de su historia, de su filosofía, de su espiritualidad, de su religión», expresó Mons. Fernández.

 

Después de la visita, y como novedad, Su Majestad el rey Felipe VI departió amigablemente con los presentes y se mostró disponible para todo aquel que quiso acercarse a hablar con él.

La Virgen de la Piedad arandina recuperará este verano su esplendor original

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La Virgen de la Piedad, una talla del finales del siglo XVI que alberga la iglesia Santa María la Real de Aranda se someterá durante los tres próximos meses a una intervención que permitirá recuperar su color y brillo original y reparar algunos deterioros causados por el tiempo. Se trata de una imagen que procesiona cada año en la Semana Santa arandina junto a la Hermandad penitencial de Nuestra Señora de la Piedad y el Santo Cristo de la Agonía de la que es titular.

 

La Junta de Castilla y León ha encargado estos trabajos de restauración a Juan Carlos Álvarez Sánchez por un importe de 3.600 euros y con un plazo de tres meses para su realización. La administración regional se hace cargo de esta intervención al reconocer que «esta imagen forma parte del patrimonio cultural de la Semana Santa de Aranda de Duero» y constatar que «a lo largo del tiempo los materiales que la conforman vienen presentando deterioros y alteraciones que afectan a su correcta conservación y potencial estético».

 

Tal y como se describe en el encargo de su restauración, esta valiosa imagen representa ‘la Quinta Angustia de María’, momento en el que la Virgen Dolorosa recibe en su regazo el cuerpo de su Hijo tras ser descendido de la Cruz antes de ser sepultado. «Es de dimensiones inferiores al natural, está tallada en madera, ahuecada parcialmente por su parte posterior (con una tapa que impide ver el ahuecado) y policromada en su totalidad».

 

El reto que tienen por delante los profesionales pasa por remediar las deficiencias que han aparecido en los ensambles y encoladuras, alguna falta y rotura de volumen, deterioros estéticos, fundamentalmente en la policromía y deterioros en el sistema de anclaje que compromete su sujeción para ser procesionada.

 

El informe inicial indica también la talla «está repolicromada y presenta un barniz superficial muy brillante y amarillento que disturba notablemente el cromatismo de la imagen. Los trabajos a realizar deben estar encaminados a paliar y subsanar los deterioros mencionados y reintegrar cromáticamente las lagunas presentes con el fin de restaurar el potencial estético de la imagen».

La HOAC de Burgos clama ante el último fallecido en accidente laboral: «¡Ni un muerto más!»

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La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) de Burgos realizó el pasado jueves, 6 de junio, en la plaza Mío Cid de la capital, frente a la fachada del Teatro Principal, una concentración para mostrar su indignación ante el último accidente laboral ocurrido en la provincia, que se saldó con la muerte de un trabajador.

 

Se trata de Luis Carlos da Costa Ferreira, natural de Pancorbo, aunque de origen portugués, y vecino de Haro (La Rioja), que falleció el pasado 15 de mayo al sufrir un accidente laboral en la fábrica Transformados Siderúrgicos de su localidad natal, en la que trabajaba.

 

Luis Carlos estaba en su puesto de trabajo en la fatídica noche del 15 de mayo, cuando una pieza metálica tipo fleje, de las que se fabrican en esa factoría, se desplomó sobre él. El fleje es un tipo de banda metálica delgada y plana que puede estar hecha de diferentes materiales, como acero inoxidable, acero al carbono o aleaciones de aluminio, entre otros. Cuando los servicios de emergencia llegaron, Luis Carlos ya se encontraba inconsciente debido al accidente.

 

Durante la concentración, a la que acudieron cerca de una treintena de personas, se leyó un comunicado en el que se lamentó la muerte de Luis Carlos y se recordó, entre otras cuestiones, que «la siniestralidad laboral y la pérdida de la salud en el trabajo genera un enorme sufrimiento a trabajadores y familias». Por ello, en el encuentro se reivindicaron «mejores condiciones laborales y mayor seguridad en los trabajos, implicación más activa de las instituciones para controlar el cumplimiento de la ley, mayor conciencia y sensibilidad social y empresarial y que los trabajadores no se resignen ante la siniestralidad laboral».

 

Desde la campaña Cuidar el trabajo, cuidar la vida, que la HOAC de Burgos está celebrando durante este curso, la institución se reafirma «en el compromiso en la lucha por unas condiciones de trabajo dignas y por la defensa de la salud laboral y la acogida a las personas migrantes. El trabajo es para la vida. ¡Ni un muerto más!», recuerdan.

«Recogimiento y testimonio de fe en la plaza pública»

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La parroquia de San Cosme y San Damián y su Ilustre Archicofradía del Santísimo Sacramento y Jesús con la Cruz a Cuestas actuaron como anfitrionas, el pasado sábado, del vigésimo cuarto encuentro diocesano de Hermandades y Cofradías. Organizado por la delegación de Religiosidad Popular, este evento pretende reunir a hermanos de cofradías penitenciales y de gloria de toda la provincia en una jornada de convivencia «que entrelaza oración y formación, recogimiento y testimonio de la fe en la plaza pública», como explica el delegado, Lucinio Ramos.

 

«Ante una sociedad que camina por derroteros descreídos, las cofradías siguen poniendo su granito de fe sencilla, llenándose de nuevos ánimos para construir el Reino», prosigue del delegado. Por eso, la jornada contó con una presencia pública de las cofradías en la calle, que acompañaron al Santísimo Sacramento en procesión desde la catedral hasta la iglesia de San Cosme, donde se celebró la eucaristía presidida por José Luis Lastra, vicario de Pastoral. En su homilía, recordó a los cofrades –unos 300– que «su misión es evangelizar, llevar la buena noticia de Jesús a los demás» y «sentir una unión especial con la propia parroquia donde la cofradía está establecida».

 

Además de la misa, hubo tiempo para visitar la exposición «Milagros eucarísticos», organizada por la parroquia con las explicaciones sobre la eucaristía del beato Carlo Acutis, el joven italiano que será próximamente canonizado. También conocieron parte de la historia y costumbres de la cofradía que tiene sede en esta parroquia, una de las más antiguas de la ciudad y cuyos orígenes se remontan a 1794.

 

El presidente de la Junta de Semana Santa, Luis Manuel Isasi, invitó a los asistentes a la presentación del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, que se celebrará en Sevilla del 4 al 8 de diciembre; dicha presentación será el próximo miércoles, 12 de junio, en el Salón Rojo del Teatro Principal. Este Congreso Internacional busca impulsar la oportunidad que ofrece la religiosidad popular para la nueva evangelización ante los desafíos del mundo actual. El Encuentro terminó con una comida de hermandad.

«El Corazón de Jesús, modelo de todo corazón humano»

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«El Corazón de Jesús, modelo de todo corazón humano»

 

Escucha aquí el mensaje de Mons. Iceta

 

Queridos hermanos y hermanas:

 

«Son innumerables las riquezas celestiales que el culto tributado al Sagrado Corazón infunde en las almas: las purifica, las llena de consuelos sobrenaturales y las mueve a alcanzar las virtudes todas», afirma el Papa Pío XII en su carta encíclica Haurietis aquas sobre el culto al Sagrado Corazón de Jesús, festividad que celebramos el viernes pasado.

 

Cuenta la tradición que en el año 1675, el Señor Jesús le dijo a santa Margarita María de Alacoque que deseaba que la fiesta del Sagrado Corazón se celebrara el viernes después de la octava del Corpus Christi. En 1856, la fiesta del Sagrado Corazón tomó la condición de universal.

 

A menudo, cuando pienso en el Corazón de Jesús, siento que si conociéramos verdaderamente el amor que Dios nos tiene (cf. Jn 4, 10), quedaríamos completamente extasiados ante el Cuerpo Místico de Cristo. El Señor, el Unigénito de Dios que nos estimula a devolverle amor por amor, sólo tiene un deseo: enseñarnos a amar como Él nos ama, también con un corazón profundamente humano. Y así hemos de entregarnos, participando de su Amor por y para todos, viendo a las personas como Él las ve, cuidándolas como Él las cuida, amándolas como Él las ama.

 

Esa implicación en la santidad de los demás, que nace a los pies de la Eucaristía para quedarse en el corazón del más necesitado, es lo que nos enseña el Sagrado Corazón de Cristo.

 

Esta «práctica religiosa dignísima de todo encomio», como el Papa León XIII llamaba a la fiesta que hoy conmemoramos, traspasa toda condición, sentido y planteamiento; porque bebe de la fuente que nace de la expresión más humana del Amor, porque rinde homenaje al Sagrado Corazón de Nuestro Señor, a través del cual se nos manifestó el amor eterno de Dios por todos.

 

El propio san Juan Pablo II, quien fuera un devoto incansable del Sagrado Corazón, llegó a confesar que esta advocación «recuerda el misterio del amor de Dios por el pueblo de todos los tiempos». Una oración que la Iglesia recoge en el Catecismo cuando afirma que «adora al Verbo encarnado y a su corazón» que, por amor a los hombres, «se dejó traspasar por nuestros pecados» (CCC 2669).

 

Quien guarda en su interior la palabra de Cristo y la derrama sin medida por doquier, descubre que el amor de Dios ha alcanzado en él la plenitud (cf. 1 Jn 2, 4), pues encuentra –en ese mandamiento– todos los demás.

 

Si hablamos de Dios, hablamos de amor. Y viceversa. No hay gesto de entrega, ni donación desinteresada que pasen desapercibidos para el Corazón de Cristo.

 

El Padre «amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna» (Jn 3,16). Así, «en el Corazón traspasado del Crucificado podemos descubrir la medida infinita de su amor», señaló el Papa Francisco en su discurso del año pasado a los participantes en la Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias, que «nos ama con amor eterno» y «nos llama a ser sus hijos y a participar de la alegría que tiene su fuente en Él». De esta manera, recordó cómo viene a buscarnos «cuando estamos perdidos» y cómo nos levanta «cuando caemos y nos hace renacer de la muerte».

 

El Señor nos muestra el corazón de Dios como el de un Padre que siempre espera nuestra vuelta a casa. Y en ese latido nace el Sagrado Corazón de Jesús, que sale a los cruces de los caminos, que abraza a sanos y a enfermos, a ricos y a pobres, a santos y a pecadores.

 

Hoy, con María, quien cuidó como nadie el corazón de su Hijo y sufrió en el suyo propio la Pasión, sentimos cómo la caridad de Dios ha sido derramada en nosotros por el Espíritu Santo, que nos ha sido dado (cf. Rom 5, 5). Y le pedimos que haga de nuestra vida un eterno Magnificat, para que –con santa Teresita de Lisieux– podamos cada día proclamar: «¡Si no puedo ver el brillo de tu rostro o escuchar tu dulce voz, Dios mío, puedo vivir de tu gracia, puedo descansar en tu Sagrado Corazón!».

 

Con gran afecto, pido a Dios que os bendiga.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos