La fiesta de Santiago apóstol también se celebra en Burgos

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Santiago apóstol también es fiesta en Burgos

 

La archidiócesis de Burgos ha celebrado con enorme devoción la solemnidad del apóstol Santiago el Mayor, uno de los doce discípulos más cercanos de Jesús de Nazaret. El arzobispo emérito de Burgos, Mons. Fidel Herráez Vegas, ha presidido esta tarde la celebración de una solemne misa en el altar mayor de la catedral de Burgos. Pero durante todo el día se han sucedido las celebraciones en la capilla de Santa Tecla y en la del Santo Cristo. Si hubiera que destacar alguna, quizá habría que hablar de la que se ha celebrado a las 12:00h en la capilla de Santa Tecla, organizada por la Cofradía de los Caballeros del Santísimo y Santiago y presidida por el abad de la Cofradía, Andrés Picón Picón, en la que han participado vestidos como caballeros medievales.

 

Hoy también ha sido un día de mucho trabajo para los sacerdotes que acompañan a las comunidades rurales, porque muchos de los pueblos de la archidiócesis también tienen al apóstol Santiago como santo patrón, al igual que la Nación española. Y es que este santo tiene mucha relación con nuestro país.

 

Quién era el apóstol Santiago

Las listas bíblicas de los doce mencionan dos personas con este nombre: Santiago, el hijo de Zebedeo y Santiago, el hijo de Alfeo. Por lo general, se distinguen con los apelativos de Santiago el Mayor y Santiago el Menor. Este Santiago el Mayor, juntamente con Pedro y Juan, pertenece al grupo de los tres discípulos privilegiados que fueron admitidos por Jesús a los momentos importantes de su vida.

 

Precisamente por ello, Santiago pudo participar, juntamente con Pedro y Juan, en el momento de la agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní y en el acontecimiento de la Transfiguración de Jesús. Se trata, por tanto, de situaciones muy diversas entre sí: en un caso, Santiago, con los otros dos apóstoles, experimenta la gloria del Señor, lo ve conversando con Moisés y Elías, y ve cómo se trasluce el esplendor divino en Jesús; en el otro, se encuentra ante el sufrimiento y la humillación, ve con sus propios ojos cómo el Hijo de Dios se humilla haciéndose obediente hasta la muerte. Llegado el momento del testimonio supremo, Santiago no se echó atrás. Al inicio de los años 40 del siglo I, el rey Herodes Agripa, nieto de Herodes el Grande, «echó mano a algunos de la Iglesia para maltratarlos e hizo morir por la espada a Santiago, el hermano de Juan», explica el Libro de los Hechos de los Apóstoles.

 

Una tradición sucesiva, que se remonta al menos a san Isidoro de Sevilla, habla de una estancia suya en España para evangelizar esa importante región del Imperio Romano. Según otra tradición, su cuerpo habría sido trasladado a España, a la ciudad de Santiago de Compostela. Este lugar se convirtió en objeto de gran veneración y sigue siendo meta de numerosas peregrinaciones, no sólo procedentes de Europa sino también de todo el mundo. Así se explica la representación iconográfica de Santiago con el bastón del peregrino y el rollo del Evangelio, características del apóstol itinerante dedicado al anuncio de la buena nueva y de la peregrinación de la vida cristiana.

 

Un camino de vida

Fruto del descubrimiento de la tumba del apóstol, en la Edad Media nació una tradición que todavía perdura en nuestros días: la de peregrinar a Santiago de Compostela. Peregrinos llegados de todos los puntos de Europa se pusieron como meta alcanzar la tumba de Santiago. Fue así como se gestó, por ejemplo, el Camino Francés, que recorre la provincia de Burgos de este a oeste, desde Redecilla del Camino hasta Puente Fitero y a lo largo de 112 kilómetros trufados de historia, fe y patrimonio.

 

El presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Burgos, Jesús Aguirre, reconoce que se impresionó «enseguida del Camino de Santiago y todo lo que conlleva en sí, como este camino de peregrinación que es en esencia ya desde la Edad Media, pero que luego se ha ido engalanando a su vera con extraordinarios ejemplos monumentales, artísticos y el propio paisaje que rodea el Camino de Santiago».

 

Para Aguirre, es importante que la provincia sea consciente de que el Camino de Santiago pasa por ella, «porque a veces pasamos el propio camino físico, pero yo creo que tenemos que ser conscientes que el Camino de Santiago Francés, este que es Patrimonio de la Humanidad desde hace treinta años. Tantas localidades que le deben tanto al Camino: Belorado, Villafranca Montes de Oca, Gamonal, Capiscol, Hospital del Rey, Castrojeriz… y, por supuesto, también la Catedral. En la ciudad de Burgos unimos dos elementos en el Camino de Santiago, yo veo el mirador de la calle Fernán González o la Puerta de la Coronería, y veo cómo se integran la Catedral y el Camino. La Catedral se abre al Camino de Santiago», ha señalado.

 

La principal labor de la Asociación, con sus cerca de 600 socios, es la de atender el albergue municipal, situado a escasos metros de la Catedral. Pero va mucho más allá: «Hacemos numerosas actividades, como marchas por el Camino, visitas, recorridos… acogemos también a grupos culturales, a colegios que vienen al albergue a conocerlo, damos charlas, participamos también, juntamente con la Federación del Camino Francés, en actividades…», explica Aguirre.

 

«El Camino de Santiago no debe morir de éxito, hay que respetarlo y conservarlo, evitando, por ejemplo, que el peregrino vaya por carreteras, Hay que hacer senderos peatonales para que el peregrino no coincida con el tráfico rodado. En las entradas de Burgos esto se puede mejorar, por ejemplo en Gamonal, que tiene el polígono pero que se puede humanizar un poco más; la del Capiscol, y luego la otra alternativa que hay, la de Fuentes Blancas, en la que el peregrino no sabe dónde llega, por lo menos que se le reubique al casco antiguo y no se pierda ya la antesala del Camino intramuros, con la Plaza de San Juan, donde se encuentra la iglesia de San Lesmes, patrón de Burgos, vinculado, indudablemente, al Camino de Santiago, y donde está el antiguo monasterio de San Juan, y el antiguo hospital, que dio servicio a los peregrinos y a la ciudad durante largo tiempo», reclama el presidente de la Asociación.

 

En cualquier caso, Jesús Aguirre recomienda hacer el Camino «porque te cambia». «Estamos en una sociedad con muchos estrés, ansiedad, estar pendiente del teléfono, las continuas noticias, el bombardeo de datos, de cifras… Yo creo que el Camino, por higiene mental, es aconsejable para cualquiera. Y, por otro lado, ¿por qué no se puede reencontrar uno consigo mismo también haciendo el camino? Y no porque vaya solo, sino que también a veces la reflexión es conveniente en nuestra vida, un poquito, un rato de descanso. Y luego también, es un camino donde uno va a conocer a mucha gente, donde va a tener que compartir, donde va a ver que hay muchas cosas que lleva que son superficiales y que no le van a hacer falta, porque en la propia mochila no va a poder cargar con ellas, como a veces en esta vida no podemos cargar tampoco con todo y hay que dejar muchas cosas», concluye.

Concluye la estancia de los primeros estudiantes mexicanos en la Facultad: «Una acogida maravillosa»

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El curso académico de la Facultad de Teología del Norte de España, sede de Burgos, ha llegado a su fin este miércoles, 24 de julio, con la defensa de la tesina del sacerdote regimontano Alexis de Jesús Hernández Fuentes, que le otorga el título de licenciado en Teología Dogmática. Concluyen así las defensas previstas para el final de este curso 2023-2024 que se ha saldado con ocho tesinas de Licenciatura.

 

Alexis forma parte, junto a Miguel Alejandro Ortiz Balandrán y Marcelo de Jesús Varela Ramírez, del grupo de tres sacerdotes mexicanos, pertenecientes a la arquidiócesis de Monterrey, que durante dos años han estado estudiando en la Facultad con el objetivo de obtener la Licenciatura. Alexis y Miguel ya regresan a su arquidiócesis de origen, mientras que Marcelo presentará su tesina en septiembre, antes de volver a México.

 

«Ha sido una acogida maravillosa»

«Somos los primeros en participar en este convenio entre las dos archidiócesis», explica Marcelo Varela, «y no sabíamos qué era lo que nos íbamos a encontrar». Narra cómo cada uno de los tres sacerdotes mexicanos ha vivido este tiempo en la archidiócesis de Burgos y, apunta cómo Miguel y Alejandro llegaron siendo diáconos, por lo que pasaron el primer año viviendo en el Seminario de San José: «Participaron mucho, trayendo ideas del seminario de Monterrey, porque han pasado 12 años de formación en él y tenían muchas cosas que compartir», señala. Él, mientras tanto, recibió encargos pastorales en los pueblos, «teniendo esa experiencia del contacto con la gente, muy diferente de la realidad de allá, que es una ciudad grande».

 

Varela afirma que «ha sido una acogida maravillosa» la que han recibido por parte de la archidiócesis de Burgos. «Los sacerdotes, el arzobispo… nos han acogido como uno más de casa. Nos hemos sentido muy en familia. Y eso se refleja en las experiencias que hemos tenido», asegura. En la cuestión de los estudios en la Facultad, la experiencia «ha sido increíble». Reconoce entre risas que a él la cuestión académica le ha costado un poco más, tras 30 años sin pisar un aula, pero que «los muchachos ya ‘traían vuelo’» y ha resultado más fácil para ellos.

 

En cualquier caso, se ha tratado de una experiencia muy enriquecedora porque, además, han podido constatar cómo «en la misma Facultad no están reñidos el rigor académico con la fraternidad que se experimenta». Varela destaca «unos profesores muy cercanos, todos expertos en su campo y realmente preparados, así como una relación muy interesante entre todas las materias, con una organicidad entre los contenidos de todas las asignaturas».

 

A esta primera «camada» de sacerdotes mexicanos la va a suplir otro sacerdote y un seminarista, que se incorporarán el curso que viene a la Facultad. Varela no descarta, incluso, que Alexis y Miguel regresen en un futuro a cursar el Doctorado. La única queja que formula sobre Burgos es por el frío: «Venimos de una tierra caliente. Pero todo pasa. Ojalá todo fuera tan sencillo como eso», afirma entre risas.

 

Una labor formativa que traspasa fronteras

El secretario de la Facultad de Teología del Norte de España, Raúl Pereda Sancho, ha señalado que el centro de estudios cuenta con cerca de cuarenta alumnos extranjeros en sus aulas. «Hemos tenido alumnos de varias nacionalidades durante este pasado curso: de México, de Angola, de Costa de Marfil, de Burundi, de Tanzania». Casi el 25 por ciento de ellos ha recibido algún tipo de beca directamente de la Facultad: «Es un servicio que prestamos, como generosidad con otras diócesis más jóvenes y con menos recursos. Se les beca con el deseo de que el conocimiento y el saber de la Teología se pueda compartir y ayudar a otras diócesis». Unas becas en las que la Facultad invierte cerca de 100.000 euros cada año. «Becar a un alumno supone pagar la matrícula y las tasas de estudios, pero también el alojamiento, el seguro médico…», señala Pereda.

 

La mayoría de los que llegan son sacerdotes que se desplazan a Burgos para estudiar la Licenciatura en Teología. «Hasta este año hemos tenido dos seminaristas de la diócesis de Gitega, en Burundi», explica Pereda, «y a partir del próximo curso comienza un acuerdo con la diócesis de Mbaiki, en República Centroafricana, cuyo obispo es Mons. Jesús Ruiz Molina MCCJ, natural de Miranda de Ebro, que también enviará dos seminaristas para que sigan formándose aquí».

 

Muchos de los sacerdotes que llegan a estudiar a la Facultad compatibilizan los estudios con la colaboración en tareas pastorales: «Colaboran en alguna parroquia, en los pueblos, en alguna comunidad de vida religiosa… y de esta forma prestan un servicio a nuestra archidiócesis, en la que cada vez se nota más la carencia de sacerdotes. De alguna manera, nos enriquecemos las dos partes. Los sacerdotes porque vienen aquí a continuar su formación y la archidiócesis porque se beneficia de su servicio pastoral». La gran mayoría terminan los estudios con la Licenciatura, pero cerca del 30 por ciento continúa para lograr el Doctorado, que no cuenta con un sistema de becas tan establecido como para la Licenciatura. «Es un acuerdo a largo plazo, porque se tardan cerca de cinco años en defender la tesis», concluye Pereda.

El Día del Misionero Burgalés se convierte en una jornada «emotiva y llena de significado»

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La Delegación Diocesana para las Misiones de la archidiócesis de Burgos organizó el pasado sábado una nueva edición del Día del Misionero Burgalés en Quintanar de la Sierra. Una cita en la que han participado cerca de 200 personas entre misioneros, sus familiares y amigos y simpatizantes de la misión, y que tuvo como lema Sembrando esperanza, recogiendo vida.

 

La jornada comenzó con una cálida bienvenida en la plaza del pueblo, donde se ofreció un refrigerio a los asistentes. El ambiente era festivo, con familias y amigos reencontrándose. Tras la acogida, el acto se trasladó al salón del Ayuntamiento, donde Antonio Gil, alcalde de Quintanar, y Sergio Pérez, el párroco, dieron la bienvenida oficial.

 

Los testimonios

El momento más emotivo llegó con el testimonio de la familia del misionero Luis Fernando de Miguel SJ, jesuita en Cienfuegos, Cuba; de la del hermano marista Teódulo Hernando Ureta FMS, también misionero en Cienfuegos, Cuba; y del misionero Santiago María Antón SC, siervo de la Caridad en Porto Alegre, Brasil. Todas ellas compartieron su experiencia y orgullo por la labor de sus seres queridos. Maite Domínguez, delegada diocesana para las Misiones, también dirigió unas palabras a los presentes.

 

Posteriormente, a través de un vídeo, los misioneros Luis Fernando y Santiago hicieron llegar su saludo y compartieron su experiencia. Santiago mostró imágenes impactantes de las inundaciones en el estado de Río Grande del Sur, Brasil, lugar al que se destinarán los donativos recaudados durante esta jornada festiva. Con estos fondos se busca ayudar a reconstruir las comunidades afectadas y proporcionar alimentos a las familias necesitadas.

 

El evento también contó con el testimonio presencial de dos misioneros: el sacerdote diocesano Tarsicio Antón Terrazas IEME, natural de Hacinas y con experiencia misionera en Nicaragua y Cuba, y Mons. Rafael Cob García, que partió a misiones siendo párroco de Canicosa de la Sierra y desarrolla su labor en Ecuador, donde es obispo del Vicariato Apostólico de Puyo.

 

Compartiendo misa y mesa

Como es tradición, ninguna celebración está completa sin misa y mesa. El arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, presidió la celebración de la misa en la que concelebraron varios misioneros –entre ellos, la Junta Directiva del Instituto Español de Misiones Extranjeras–. También concelebró Mons. Cob, que este año celebra 25 años de episcopado. Mons. Iceta le dirigió unas palabras de felicitación y agradecimiento.

 

La misa fue animada por el coro de la parroquia, que aportó armonía y música a la celebración. También participó el grupo de danzas de Quintanar de la Sierra, que bailó durante el ofertorio y al finalizar la ceremonia deleitó a los participantes con jotas serranas.

 

El restaurante Casa Ramón fue el lugar elegido para compartir mesa, con 150 comensales que disfrutaron de una buena comida y compañía. La sobremesa fue amenizada por Richi y Ana Candi, del pueblo de Quintanar de la Sierra, quienes crearon un ambiente festivo invitando a los presentes a bailar y cantar.

 

Hacia las 18:30h concluyó la fiesta, con los participantes encomendándose a María, la primera misionera, deseando un un buen viaje a todos ellos y agradeciendo al pueblo de Quintanar de la Sierra por su cálida acogida.

 

Una jornada para recordar

El 37º Día del Misionero Burgalés en Quintanar de la Sierra «fue una jornada emotiva y llena de significado. Sirvió para homenajear la labor de los misioneros burgaleses, concienciar sobre la importancia de la solidaridad y recaudar fondos para ayudar a los más necesitados», explica Maite Domínguez, la delegada para las Misiones de la archidiócesis.

 

«Los misioneros y misioneras de Burgos son un ejemplo de amor y entrega. Como decía santa Teresa de Jesús: ‘No podemos hacer grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor’. Y ese es el corazón de un misionero, lleno de un amor profundo que se traduce en pequeñas acciones que tocan el corazón de la fe», concluye.

Una misa «internacional» abre en Aranda el Festival de las Gentes de Europa

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Aranda de Duero se convierte durante una semana en una pequeña ONU en medio de la Ribera del Duero. Del 21 al 26 de julio la capital ribereña es anfitriona del Festival de las Gentes de Europa, que reúne a participantes de una decena de países con el objetivo para convivir, participar en competiciones deportivas, culturales y gastronómicas y compartir experiencias. También la fe compartida ha tenido cabida en la programación que comenzaba el domingo con una eucaristía en la parroquia de Santa María que ha precedido a la ceremonia de inauguración.

 

Representantes de las delegaciones nacionales que participan en el Eurofestival  (Alemania, Francia, Letonia, Irlanda, Luxemburgo, Hungría, Finlandia, Polonia y Bélgica) acompañados de arandinos y arandinas han participado en una eucaristía en la que español, francés e inglés se han alternado en la liturgia, desde la acogida, la lectura de la Palabra, el credo o la paz.

 

En la procesión de entrada las banderas de los distintos países han precedido al celebrante, el padre Ángel Llana, miembro de la comunidad de San Gabriel de la Aguilera, quedando a los pies del altar, que estaba adornado con la bandera estrellada sobre fondo azul de la Unión Europea. El ofertorio ha sido otro de los momentos en los que se ha puesto de manifiesto la participación internacional, con la ofrenda por parte de representantes de cada país de una biblia escrita en los distintos idiomas. No ha faltado en la misa el acento castellano, a través de la participación del grupo vocal Evocación, que ha entonado los cantos de la misa castellana. También han interpretado en el momento de acción de gracias la Oda a la Alegría de Beethoven, himno de la Unión Europa, al que se han ido sumando los participantes en la Eucaristía de las distintas nacionalidades con un suave y espontáneo tarareo.

 

En su homilía el padre Ángel Llana ha animado a la convivencia en armonía durante estos días pero también a la fraternidad entre los pueblos, reunidos entorno al mismo y único Pastor. Un mensaje que transmitió en francés y en español y que fue traducido al inglés por una voluntaria del Eurofestival.

«Dios es fiel y mantiene su alianza eternamente»

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«Dios es fiel y mantiene su alianza eternamente»

 

Escucha aquí el mensaje de Mons. Iceta

 

Queridos hermanos y hermanas:

 

El día 25 de julio celebraremos la festividad del Apóstol Santiago, patrono de España, amigo y testigo del Señor.

 

Santiago Apóstol, quien fuera pescador junto a su hermano, el evangelista y también apóstol, san Juan, formó parte de los discípulos más íntimos del Señor. De hecho, estuvo a su lado, cuidó de Él y le acompañó en los momentos más significativos del Evangelio: la Transfiguración, la oración en el Huerto de los Olivos, la Última Cena, su Resurrección…

 

Cuenta la tradición que el apóstol fue enviado a predicar desde Jerusalén a Hispania. Estando aquí, mientras atravesaba múltiples adversidades porque no era fácil anunciar el Evangelio, se le apareció la Virgen María para infundirle la fuerza, el entusiasmo y la fe que necesitaba.

 

Después de un tiempo, volvió a Jerusalén, donde sería decapitado en el año 44. La tradición narra que sus discípulos recogieron su cadáver y lo llevaron a la costa gallega para, después, hacerlo descansar en esa hermosa tierra.

 

La vida del Apóstol Santiago nos anima a orar por los desafíos evangelizadores que en este momento tan especial se nos presentan. Recuerdo ahora el Instrumento de trabajo pastoral sobre persona, familia y sociedad El Dios fiel mantiene su alianza (DT 7, 9), ofrecido por la Conferencia Episcopal Española a la Iglesia y la sociedad española desde la fe en Dios y la perspectiva del bien común. Mediante esta invitación a la reflexión, en este preciso momento de convergencia de múltiples acontecimientos políticos, económicos y culturales, desean los obispos «poner el acento en el vínculo o alianza que Dios sella con la humanidad», tanto «en la alianza matrimonial» como «en las alianzas entre las personas y los pueblos». Todo ello, iluminado en la Alianza nueva y eterna que Jesucristo «sella con su sangre rompiendo los siete sellos que parecían cerrar el libro de la historia en el abatimiento y la desesperanza».

 

Como reza el documento, también nosotros desearíamos hoy ser capaces de alentar un movimiento social «a favor del bien común» que, desde nuestra perspectiva de fe, «tiene su fuente en la comunión trinitaria y se hace sacramento, signo e instrumento en la Iglesia»; y en una comprensión trinitaria de la persona, del matrimonio y la familia «como fermento de una sociedad en la que la amistad y la fraternidad universal vayan creciendo a favor de los más pobres».

 

Para que la Iglesia pueda llegar a todos los hombres de hoy, necesita «conocer y comprender el mundo en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones y el sesgo dramático que con frecuencia le caracteriza» (Gaudium et spes, 4). Para ello, continuando con esta Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual, es necesario responder a las mociones del Espíritu y ser, cada vez, más imagen de Dios (cf. GS, 12).

 

Hemos de recordar cada día que Dios no creó al hombre en solitario (cf. Gen l, 27) y, por ello, ha de testimoniar una pasión que se renueva por su amor primero, desde el que todo adquiere un sentido nuevo e infinito. Si Él nos puso sobre la obras de sus manos y todo fue situado por Él debajo de nuestros pies (cf. Sam 8, 5-7), ¿cómo no vamos a hacer nosotros lo mismo, hasta poder gritar sin miedo «¡qué admirable es tu nombre, Señor nuestro, por toda la tierra!» (Sam 8, 10).

 

«La novedad de nuestra propuesta es la persona (trinitaria y humana), ontológicamente relacional frente al individuo autosuficiente e independiente», expresaba dicho Instrumento de trabajo pastoral sobre persona, familia y sociedad. Un desafío evangelizador que señala hasta dónde está dispuesto a llegar nuestro compromiso cristiano.

 

Le pedimos a la Virgen María y al Apóstol Santiago que sean nuestro amparo y auxilio, para que todos reconozcan en el amor que nos tenemos que somos discípulos del Señor (cf. Jn 13, 35).

 

Con gran afecto, pido a Dios que os bendiga.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos