El Juzgado de Briviesca señala el 10 de junio como nueva fecha del lanzamiento de las exreligiosas del Monasterio de Belorado

por Natxo de Gamón,

clarisas Belorado burgos

 

Ante las últimas novedades judiciales, la Oficina del Comisario Pontificio de los Monasterios de Belorado, Orduña y Derio quiere realizar las siguientes manifestaciones:

 

  1. Mediante una diligencia notificada en el día de hoy a las partes personadas en el proceso de desahucio que se está tramitando en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción N.º 1 de Briviesca, se comunica la decisión judicial de señalar la vista previa para el próximo día 13 de mayo de 2025.
  2. Asimismo, se señala el próximo día 10 de junio de 2025 como fecha para la práctica del lanzamiento.
  3. Este procedimiento no afecta a las cinco monjas que no han participado del cisma, y que conforman actualmente la comunidad monástica de Belorado. Estas religiosas, dada su avanzada edad y delicado estado de salud, han sido desde el primer momento objeto de especial preocupación por parte del Comisario Pontificio y la Comisión Gestora. La atención y cuidados que precisan serán inmediatamente asumidos por la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu, a la que pertenecen, tan pronto como sea posible acceder al Monasterio.

Jóvenes que viven la cultura vocacional

por redaccion,

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Formando una familia, estando presentes en medio del mundo y transformándolo con la fuerza del evangelio; consagrando su vida al Señor en el silencio de un monasterio; en la lejana misión o como sacerdotes. Son muchos los modos de vivir la santidad recibida en el bautismo y abanico de las diferentes vocaciones que existen en la Iglesia sirvieron como marco para celebrar el último encuentro diocesano de jóvenes, que se desarrolló el pasado sábado en torno a la fraternidad Verbum Spei, recientemente asentada en Burgos.

 

Después del último congreso nacional de vocaciones celebrado en Madrid, el secretariado diocesano de Pastoral Vocacional y la delegación diocesana de Infancia, Adolescencia y Juventud han querido de esta manera suscitar una «cultura vocacional» entre los jóvenes que les ayude a «profundizar en esta dimensión de la vida cristiana». Además de una charla sobre la vocación en sí, la jornada contó también con diferentes talleres y testimonios, además de otros momentos para la convivencia y la oración.

 

Rumbo al Jubileo de los Jóvenes

 

Entre los participantes al encuentro cobraron especial protagonismo los que se preparan para peregrinar a Roma el próximo verano para participar en el Jubileo de los Jóvenes. Ellos fueron convocados para iniciar «un primer contacto» y «comenzar a conocernos», como explica el delegado diocesano de Infancia, Adolescencia y Juventud, Carlos Navarro. De esta manera, y a la espera de tener otros encuentros de aquí al 25 de julio, cuando parta la expedición diocesana a la Ciudad Eterna, los jóvenes comienzan a conocer a los jóvenes de otras parroquias y movimientos de la archidiócesis.

 

Hasta la fecha, 275 jóvenes de entre 16 y 35 años se han inscrito para participar en el Jubileo de la mano de la delegación diocesana, a los que habría que sumar los que viajen con sus colegios o movimientos eclesiales. En total, se estima que viajen a Roma medio millar de burgaleses. Además, del 25 al 27 de abril, la delegación de Infancia, Adolescencia y Juventud también participará en el Jubileo de los Adolescentes, en el que participarán 109 burgaleses.

Alejandro Sánchez y Óscar Olivares: «Somos felices en el Seminario»

por Natxo de Gamón,

Alejandro Sánchez y Óscar Olivares: «Somos felices en el Seminario»

Óscar Olivares y Alejandro Sánchez, en su visita a los estudios de COPE Burgos. | Archidiócesis de Burgos.

 

Escucha aquí la entrevista completa con motivo del Día del Seminario en ‘El Espejo’ de COPE Burgos

 

Este domingo, 16 de marzo, la Iglesia en España celebra el Día del Seminario bajo el lema Sembradores de esperanza, en sintonía con el año jubilar Peregrinos de Esperanza que está celebrando la Iglesia universal. Con este motivo, los seminaristas Alejandro Sánchez y Óscar Olivares han compartido su testimonio en el programa ‘El Espejo’ de COPE Burgos, donde han hablado de su vocación, su experiencia en el Seminario y la alegría de responder a la llamada de Dios.

Ellos son dos de los dieciocho seminaristas que se forman en el Seminario Diocesano de San José, uno de los dos centros de formación para los aspirantes al sacerdocio que tiene la archidiócesis, junto al Seminario Misionero Redemptoris Mater, en el que se forman 10 candidatos al sacerdocio.

Alejandro Sánchez, en su primer año de licenciatura en Teología, ha recordado cómo su vocación surgió de su implicación parroquial desde muy joven: «Siempre he sido de misa, de recibir catequesis y luego de darla». Con el tiempo, su deseo de profundizar en la fe lo llevó a discernir su vocación sacerdotal. El descubrimiento de su vocación ha estado ligado a san José: «Conocer su historia y sus virtudes me hizo desear ser como él: dedicarme a los demás, transmitir la buena noticia que hemos recibido los cristianos, celebrar la Eucaristía, los sacramentos y dar testimonio de esa verdad que es Jesucristo». Ahora, además de formarse académicamente, está en la etapa pastoral y colabora activamente en la parroquia de San Pedro y San Felices, donde acompaña a jóvenes y participa en la organización de actividades parroquiales.

 

Por su parte, Óscar Olivares ha relatado una experiencia diferente pero igualmente significativa. Aunque siempre ha sido católico, no era practicante hasta que un día sintió la necesidad de confesarse y empezar a participar en grupos juveniles en la archidiócesis: «Iba a Hakuna, luego hice Effetá y también hice unos ejercicios espirituales. Ahí es donde sentí la llamada del Señor y, después de un acompañamiento, el deseo de entrar en el seminario. Un acompañamiento que ha continuado hasta llevarle a las puertas del seminario, donde ahora afronta su segundo curso.

 

Ambos seminaristas han destacado el apoyo que han recibido de sus familias y amigos en este camino. Olivares ha contado entre risas que su madre reaccionó con naturalidad cuando le comunicó su decisión: «Bien, sí, yo ya lo sabía», demostrando que en muchas ocasiones, los seres queridos perciben la vocación antes que uno mismo. En el caso de Sánchez, la sorpresa fue menor, ya que desde pequeño su entorno le hacía bromas sobre su posible vocación al sacerdocio. «Siempre decían que acabaría en el Seminario», ha comentado con una sonrisa.

 

«En el Seminario de Burgos venimos de varias diócesis y eso es muy enriquecedor»

En cuanto a la vida en el Seminario, han explicado que los días comienzan con la celebración eucarística y la oración, seguida de clases en la Facultad de Teología, momentos de estudio y convivencia con los demás seminaristas. Pero la jornada no se reduce solo a la formación académica: el deporte, la vida comunitaria y la formación espiritual también desempeñan un papel fundamental. Aprenden a vivir en comunidad, algo que es «muy enriquecedor, porque en el Seminario de Burgos venimos de varias diócesis y de varios países también, entonces yo creo que todo eso cuenta y suma», ha comentado Sánchez. «Pasa de todo, desde que te ganen el turno para lavar la ropa hasta que les puedas contar una cuestión personal que te tiene preocupado», ha añadido Olivares con humor.

 

Finalmente, ambos han definido su vocación en una frase que resume su compromiso con Dios y la Iglesia. Sánchez la ha expresado como «servir a los demás», mientras que Olivares la ha descrito como «entregarme al Señor». Un testimonio que, en pleno Día del Seminario, pone rostro y voz a quienes han respondido a la llamada de Dios al sacerdocio con pasión, esperanza y un corazón dispuesto a servir.

«Pastores que siembran esperanza»

por Natxo de Gamón,

reservado tierra vaciada

 

Escucha aquí el mensaje de Mons. Iceta

Queridos hermanos y hermanas:

 

«Si la Iglesia es la Esposa de Cristo, vosotros constituís el momento del noviazgo, la primavera de la vocación, la estación del descubrimiento, de la prueba, de la formación». Hoy, cuando celebramos el Día del Seminario en torno a la fiesta de san José (que es el día 19), deseo recordar estas palabras que el Papa Francisco dedicó a un grupo de seminaristas y novicios en julio de 2013, en la Basílica Vaticana. Allí, ante su mirada atenta y despierta, les hacía una pregunta que debemos hacernos nosotros cada día: «¿De dónde nace la misión?».

 

En estos momentos, cuando vivimos sobrepasados por las prisas, las emociones y los sentimientos, el Señor vuelve a llamarnos para preguntarnos por la raíz donde nace nuestra vocación, por esa brisa vocacional que acompasa nuestro andar y por el agua que baña nuestra fe. Es una llamada de Dios que no solamente se la hace a los seminaristas, sino que lleva escondido el rostro de todos sus hijos. El lema que nos propone la Iglesia para esta jornada lleva implícito un mensaje cargado de sentido: Sembradores de esperanza. Y ha sido elegido por la Subcomisión Episcopal para los Seminarios para recordar que, en medio de las realidades que provocan sufrimiento e injusticia, es necesario «descubrir las zonas luminosas de la aventura humana y el papel que tienen los sacerdotes para generar esperanza». El compromiso silencioso de estos sacerdotes con cada persona es «generador de esperanza en el día a día», ayudando a «encontrar soluciones a sus problemas» y «aportando un sentido a sus experiencias vitales», señalan desde la Subcomisión.

 

Queridos seminaristas, que estáis viviendo esa primavera de la vocación: a los sacerdotes nos emociona volver a recordar esa llamada del Padre para ser eternamente suyos. Nunca olvidéis que vosotros vais a servir a Cristo en los hermanos, haciendo presente su misericordia con el perdón de los pecados, consagrando y distribuyendo su Cuerpo y su Sangre, fuente de amor y de vida, predicando su Palabra, consolando y fortaleciendo a los enfermos, santificando el amor de los esposos, acogiendo y cargando sobre los hombros a los heridos de la vida y el desamor.

 

En eso se fundamenta la vocación, en sabernos llamados por Él para algo infinitamente bello que supera nuestras fuerzas y debilidades, y que conlleva el mejor de los regalos: la Vida Eterna.

 

«Dios está vivo, y necesita hombres que vivan para Él y que lo lleven a los demás. Sí, tiene sentido ser sacerdote; el mundo, mientras exista, necesita sacerdotes y pastores, hoy, mañana y siempre», reveló el Papa Benedicto XVI a los seminaristas, al concluir el Año Sacerdotal, en octubre de 2010. Un canto a la esperanza que ha de fundamentarse en la formación humana, intelectual, pastoral, espiritual y comunitaria para configurarnos con el corazón del Buen Pastor. Porque la fe no se reduce a una palabra o un conjunto de normas, sino una respuesta a una llamada que conforma la existencia con un amor que «todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta» (Cor 13).

 

Estos años de Seminario son un tiempo de maduración humana y espiritual, de manera que cada tiempo vaya enraizando en vosotros «un equilibrio justo» entre corazón y mente, razón y sentimiento, cuerpo y alma, «y que sea humanamente íntegro», como escribía Benedicto XVI a los seminaristas.

 

Sois moldeados bajo el cuidado de san José y de la Virgen María, para que seáis el reflejo de su corazón en cualquier rincón donde Dios os envíe. Fiaos de su manera de servir y de amar; su generosa entrega os acercará, cada vez más, al Reino de Dios. Que Ellos sean bálsamo para vuestras vidas y os configuren con Cristo, el amor primero, para que seáis apóstoles de la misericordia, pastores según su corazón y buenos samaritanos de todo el que sufre.

 

Con gran afecto, pido a Dios que os bendiga.

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

Las diócesis de Iglesia en Castilla celebrarán una asamblea común en 2026

por Natxo de Gamón,

Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila. Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila. Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila. Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila. Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila. Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila. Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila. Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila. Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila. Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila. Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila. Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila. Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila. Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila. Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila.
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Gonzalo G. de Vega/Diócesis de Ávila.

 

Los días 10 y 11 de marzo, nueve representantes de la archidiócesis de Burgos, encabezados por el arzobispo, Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, han participado en el Encuentro de Obispos, Vicarios y Arciprestes de Iglesia en Castilla, que ha acogido la diócesis de Ávila y que ha congregado a un centenar de personas provenientes de las 9 diócesis que conforman este grupo con el objetivo de ahondar en ese camino común de más de 40 años.

 

Junto al arzobispo, por parte de la archidiócesis han participado el vicario general, Carlos Izquierdo Yusta; el vicario de Pastoral, José Luis Lastra Palacios; el vicario Territorial, Julio Andrés Alonso Mediavilla, que también es arcipreste de Arlanza; y los arciprestes de San Juan de Ortega, Santo Domingo de Guzmán, Amaya y Burgos-Gamonal, Heriberto García GutiérrezFrancisco Javier Valdivieso SáenzRafael Casado García y Julián Palencia Ubierna, respectivamente. Además, como ponente también ha acudido Eloy Bueno de la Fuente, que ha ofrecido a los participantes una conferencia titulada ¿Qué está pidiendo hoy el Espíritu Santo a nuestras Iglesias?.

 

En esta ocasión, los trabajos se han centrado en continuar el itinerario que se abrió el pasado 2024 para replantear la renovación del estilo pastoral y las estructuras evangelizadoras de las diócesis de Castilla, a la luz de la reflexión sobre el contexto sociodemográfico y eclesial que vivimos en nuestra tierra. En esta segunda fase del itinerario, los trabajos se han centrado en analizar los datos obtenidos el pasado año, para ir clarificando el estilo pastoral y las estructuras que mejor ayuden al anuncio del Evangelio y siempre con la guía y con la luz de la Palabra de Dios.

 

La apertura corrió a cargo del obispo de Ávila, Mons. Jesús Rico García, quien dio la bienvenida a los participantes, insistiendo además en la necesidad de tener presente a Cristo en el centro de nuestras reflexiones. “No nos limitemos a hablar sobre Jesús, sino hablar durante todo nuestro encuentro con Jesús. Sólo así nuestra reflexión será fecunda”.

 

Por su parte, el secretario de Iglesia en Castilla, Gabriel Ángel Rodríguez realizó una memoria de los pasos dados en el itinerario «que nos hemos marcado, así como lo que resta por caminar». Desde el encuentro de laicos justo antes de la pandemia de 2020, hasta el traslado de los encuentros a Ávila en 2023, así como el camino iniciado el pasado 2024 de ese itinerario de 3 años que reconduce el clásico «ver, juzgar y actuar» por la nueva propuesta metodológica que ha puesto en marcha el papa Francisco: «reconocer, interpretar, elegir».

 

Y, si bien, el pasado año se pudo «reconocer» la realidad sociodemográfica actual, en este 2025 es el turno de «interpretar» aquellos datos en el aquí y ahora. «Nuestra reflexión no es un elemento aislado, sino que converge con lo que en estos momentos está viviendo la Iglesia universal con las conclusiones del Sínodo sobre la sinodalidad y la Iglesia española con el Congreso de laicos y sus itinerarios y con el Congreso de vocaciones recientemente celebrado», destacaba el también vicario general de Osma-Soria.

 

Por eso, anunciaba que este encuentro trata de profundizar, de analizar los datos obtenidos en el «reconocer» para darles sentido; lo cual implica reflexionar, comprender las causas y efectos, y considerar las consecuencias para ir «individuando» el estilo pastoral y las estructuras que mejor ayuden al anuncio del evangelio en nuestras diócesis.

 

Asimismo, adelantó que todo este itinerario culminará en 2026 con una gran Asamblea, «un encuentro más amplio y diverso que los ordinarios, pues estarán representados los laicos y la vida consagrada. Todos los miembros del pueblo de Dios podemos aprender unos de otros a caminar juntos desde las diversas experiencias». Dicha Asamblea se celebrará en Ávila en mayo del próximo año.

 

Por último, en esa primera toma de contacto, también intervino el arzobispo de Valladolid, Mons. Luis Javier Argüello García, quien agradeció «el camino que hemos vivido juntos, teniendo siempre como referencia el Vaticano II, y que ha supuesto para nuestras iglesias, con distintos obispos, presbíteros, laicos, un permanente ensayo de camino compartido». Ese camino compartido se materializa ahora en el camino sinodal, que hace un llamamiento especial a la colaboración de las iglesias particulares vecinas. El también presidente de la Conferencia Episcopal apuntaba también a esa novedad que el papa Francisco ha hecho como metodología de discernimiento. «El interpretar es caer en la cuenta de lo que el Señor nos pide. Si reconocemos que, en el caminar de la Iglesia, el Señor va siempre delante de nuestros pasos, tratamos de reconocer y caer en la cuenta de a qué nos está llamando el Señor».

 

Finalmente, Mons. Argüello hablaba del «momento eclesial» que estamos viviendo estos últimos años con el Sínodo, que supone el deseo de una Iglesia que peregrina en esperanza. Para ello, animaba a los presentes a que en el encuentro no buscaran materializar normativas «ni conclusiones que sustituyan lo que cada diócesis está llamada a vivir, sino unas pistas para el camino de la peregrinación».

 

Tras un breve descanso, el administrador apostólico de Huesca y Jaca, Mons. Vicente Jiménez Zamora, dirigió una lectio divina en la capilla del Seminario, en la que ofreció, a la luz del Evangelio, unas sencillas claves para fortalecer la comunión misionera en las diócesis de Iglesia en Castilla, respondiendo así a la llamada del papa Francisco en Evangelii Gaudium para una renovación del estilo pastoral y de los organismos de evangelización (que es, precisamente, el transfondo de este encuentro). La mañana del lunes concluyó con la Eucaristía presidida por el obispo de la diócesis anfitriona, Mons. Rico García.

 

Los trabajos se reanudaron el lunes por la tarde con la esclarecedora ponencia del teólogo Eloy Bueno de la Fuente, quien trató de discernir sobre qué nos está pidiendo el Espíritu a nuestras Iglesias en el momento presente, «pensando que este encuentro no es la reunión de un grupo de personas, sino la representación de nuestras Iglesias».

 

Teniendo como referencia el documento final del Sínodo, del que él mismo participó en primera persona, el teólogo burgalés habló de las dificultades que surgen en la evangelización actual, unas «heridas» que nacen en especial de la diferencia entre la experiencia subjetiva que cada uno tiene de la fe, y la propia realidad de la Iglesia. «Ahí hay una herida que dificulta. y tiene repercusiones prácticas evidentes», destacaba, poniendo además como solución «ir a la raíz de la conversión pastoral», teniendo siempre como referencia «a la persona de Cristo como personaje que sale a nuestro encuentro cada vez que proclamamos el Evangelio».

 

Eloy hablaba asimismo de la constante y notable preocupación por el primer anuncio y la iniciación cristiana, pero también de la «soledad» con la que se ejerce «demasiado frecuentemente» el ministerio ordenado, «y que conlleva consecuencias negativas como el reparto de la eclesialidad, o la falta de dimensión comunitaria». Para superarlos, proponía el configurar «el nosotros» dentro de las dinámicas pastorales, una apertura de comunión con todos los bautizados que forman parte de nuestras Iglesias particulares.

 

Al término de la ponencia, el vicario de Pastoral de la diócesis de Ávila, Jorge Zazo, recordó a los presentes la nueva dinámica de trabajo que había propuesto el papa Francisco durante el reciente Sínodo. La llamada ‘conversación en el Espíritu’, que se va implementando poco a poco en nuestros modelos de trabajo y reuniones diocesanas, fue la forma de llevar a cabo el trabajo por grupos que se realizaba durante el resto de la tarde, con una puesta en común que supuso la antesala al rezo de Vísperas, con el que se puso el final de este primer día del Encuentro.

 

La última jornada de trabajo comenzaba con la intervención de cada uno de los obispos presentes, poniendo en común el trabajo del campo pastoral que cada uno de ellos se encarga en la región. Tras sus palabras, de nuevo el trabajo en grupo, seguido por un diálogo fecundo a partir de las propuestas que habían surgido en ese trabajo previo, fruto de la conversación en el Espíritu. El Encuentro concluyó con la intervención final del arzobispo de Valladolid y la puesta en común de lo que será el itinerario de trabajo en las distintas diócesis de cara a esa gran Asamblea que se celebrará en Ávila en mayo de 2026.